La moda ha formado parte de su vida desde que era pequeña -su madre era costurera y patronista-, ha triunfado sobre las pasarelas y, ahora, sopla las diez velas con Bloomers, su firma de lencería y baño que hace sentir bellas a las mujeres por dentro y por fuera.
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¿Cómo surgió la idea de crear tu propia firma?
La idea surgió hace 10 años fruto de una necesidad personal, de no encontrar en el mercado el patrón y el estilo que buscaba; podían gustarme los diseños, coloridos, tejidos, pero no los patrones, y al revés… cuando encontraba una forma que me gustaba, el diseño no me convencía. Así que decidí crear Bloomers con las características que buscaba en el mundo del baño, estando segura de que podrían gustar a más mujeres como yo.
¿Cómo definirías Bloomers?
No es solo una marca, es un proyecto muy personal, fruto de mi personalidad; muy alegre y con mucha vida. A las mujeres que nos apasiona la moda nos gusta vestir bien por dentro y por fuera y, aunque no siempre lo mostremos, nuestros diseños nos complementan ese look al detalle… Un tirante bonito que asoma por el hombro o un cuidado encaje en el escote.
¿Qué te gusta más, diseñar lencería o ropa de baño? ¿Es muy diferente el proceso de creación de estas dos líneas?
El tejido no varía tanto, te enfocas en la sublimación y trabajar las lycras recicladas. En cambio, en el diseño de la lencería, priman mucho más la calidad y confort de los tejidos, que sean extremadamente dulces a la piel y cómodos, sin estampados, pero con un colorido ‘bloomers’.
¿Qué quieres transmitir con tus diseños?
Son unos diseños totalmente atemporales, con mucho colorido porque me gusta la vida en color, no en blanco y negro, es mi filosofía de vida, fiel a mi personalidad. No sigo las tendencias, sigo mi ADN y lo intento transmitir en mis colecciones.
De modelo a directora creativa, ¿cómo has vivido este salto?
De hecho, no ha habido ningún tránsito, ya que sigo trabajando como modelo. Si entiendes la moda como un arte, este se ramifica en muchas versiones y el diseño es una de ellas. Creo que, al final, las que nacemos en el mundo de la moda como modelos acabamos tomando caminos parecidos, desde la fotografía al diseño o estilismo. Es una faceta que he podido vivir en casa desde pequeña, ya que mi madre era costurera y patronista, así que, aunque no le “prestara atención”, sí había retenido la idea esencial del amor por los tejidos.
Dibujas y creas cada diseño, ¿dónde encuentras la inspiración?
Siempre en la naturaleza, ahí no dudo. La naturaleza nos da combinaciones de colores que nuestra mente es incapaz de crear. La última colección, P/V 22’, que se llama Bloomers Fly, está inspirada en las combinaciones de colores de las aves más exóticas.
¿Para qué tipo de mujer van destinadas?
Bohemia, atemporal y ecléctica.
¿Cuál es tu diseño favorito de la colección?
Me gusta pensar que a la mujer que lleva Bloomers le gusta ir cómoda, casi que te olvidas que la llevas puesta, porque es como una segunda piel. Una mujer que ponga en valor las sensaciones que la ‘bloomers’ le transmite.