Es rubia y físicamente más parecida a su padre. Pero no cabe duda de que Lucía Serrano ha heredado la belleza y la clase de su madre, Arantxa del Sol. La actriz y presentadora no puede estar más orgullosa de su hija, la mayor de los dos nacidos de su matrimonio con Juan Serrano, Finito de Córdoba. Si, hace unas semanas, posaba con el diestro en nuestras páginas, ahora nos avanza, junto a Lucía, las tendencias de entretiempo. “Mejor compañera imposible, ¿no?”, le preguntamos a Arantxa: “Para mí, desde luego. Se lo pasó muy bien, aunque los nervios para ella son inevitables. Ha sido divertido hacer una sesión de moda con mi hija. Además, estaba guapísima”.
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Lucía tiene diecinueve años y estudia segundo de Diseño Gráfico y Multimedia en Madrid, por lo que su madre, que permanece en el campo de Córdoba, donde, hace años, se mudó toda la familia, reconoce que la echa mucho de menos. “Pero está disfrutando mucho de esta nueva etapa de estudiante y está feliz, que es lo que cualquier padre puede desear. Siempre ha sido muy independiente”, comenta la presentadora, que admite que, ahora, “hablamos todos los días y varias veces por teléfono, yo diría que incluso más que cuando estaba en casa. Me manda sus proyectos de la universidad para pedirme opinión y a mí me encanta que cuente conmigo”.
—Arantxa, ¿Lucía también te pide consejo para sus looks?
—La verdad es que tenemos gustos muy distintos y no nos ponemos de acuerdo casi nunca. Desde que era muy pequeña, ya teníamos nuestras discusiones por la ropa; era muy graciosa haciéndose sus conjuntos. Aunque es muy detallista y, cuando me tiene que hacer un regalo, sabe bien lo que me gusta.
“Mi hija y yo tenemos gustos muy distintos, no nos ponemos de acuerdo casi nunca. Aunque es muy detallista y, cuando me hace un regalo, sabe bien lo que me gusta”
—¿Ha tenido alguna etapa rebelde y has tenido que decirle: “No salgas así a la calle”?
—Ella siempre ha tenido su puntito de rebeldía en todo. Me podía gustar más o menos, pero no he llegado a tener que decirle eso.
—Lucía, ¿tu madre es el espejo en el que te miras?
—Mi madre es un referente para mí en muchos aspectos, pero es verdad que en cuanto a estilo somos muy diferentes, me atrevo a decir, incluso, que somos el día y la noche... Aunque siempre aprovecho para quitarle algunas prendas de su armario… (Ríe).
“Mi madre es un referente para mí en muchos aspectos, pero en cuanto a estilo… somos el día y la noche, aunque siempre le quito algunas prendas de su armario”
—¿Qué tal te va en Madrid?
—¡Estoy feliz! La mejor decisión que he tomado en mi vida ha sido volverme a Madrid para estudiar mi carrera.
—Echarás de menos a tu familia… ¿Qué es lo que más extrañas?
—Estar con mi hermano. Mis padres vienen de vez en cuando a Madrid, en cambio, Juan Rodrigo no puede venir por el colegio, lo veo menos y se me hace más duro.
“Mi madre siempre me insiste para que exprima esta etapa de estudiante al máximo, siempre con responsabilidad, porque serán unos de los mejores años de mi vida”
—¿Y de Córdoba?
—¡A mi grupo de amigas! Volver a Córdoba y reencontrarnos es lo mejor. También las comidas de mi abuela paterna: siempre que voy, me tiene preparada una jarra de gazpacho y un bote de pisto (ríe a carcajadas).
—¿Qué consejo de tus padres tienes siempre presente?
—Debido a la situación que estamos viviendo por la pandemia, siempre me dicen que me lo pase bien, pero con cuidado. Mi madre, que trabajaba y estudiaba a la vez, siempre me insiste para que exprima esta etapa de estudiante al máximo, con responsabilidad, porque serán unos de los mejores años de mi vida.
—Tu madre dice que tienes alma de artista… ¿Te gustaría probar alguna vez en el mundo de la interpretación?
—Siempre me ha llamado mucho la atención y en casa me dicen que no se me daría nada mal porque soy una payasa, muy trágica y dramática (más risas). No lo descarto para nada, de hecho, estoy mirando cursos de interpretación para cuando acabe los exámenes y así poder quitarme el pánico escénico, que es lo que más me frena.