Reconoce que el hecho de haberse dedicado al baloncesto de forma profesional ha pulido por completo su carácter. Si a eso le sumamos que, con solo quince años, Neus Bermejo escuchó el pálpito de subir a un avión hacia la Semana de la Moda de Londres, tras ser descubierta por un cazatalentos, la combinación es simplemente perfecta. Aunque la modelo confiesa que aún, a veces, duda de si hizo lo correcto dejando atrás la selección nacional de baloncesto en vísperas de un Mundial, aquella decisión la hizo llegar muy lejos en su carrera, tanto que, hoy por hoy, es uno de los rostros inconfundibles de la industria. Entre viaje y desfile, la modelo catalana saca un hueco en su infatigable agenda para dedicarnos esta entrevista.
-Has desfilado como Giorgio Armani, Jean Paul Gaultier o Guo Pei. ¿Cómo recuerdas aquellas primeras veces fuera de España?
-Estaba supernerviosa antes de salir a caminar y alucinando con todo en el backstage. Me hace gracia pensar ahora en ello. No conocía a nadie, ni era muy consciente de dónde estaba… Con los años, he aprendido a estar más presente.
Vestidos mini de marcados volúmenes y esencia sofisticada se imponen como grandes apuestas. En modo monocromático, se otorga fuerte protagonismo a joyas y complementos
-¿Cuál es la parte que más te apasiona de tu profesión como modelo?
-Viajar, experimentar, conocer diferentes culturas e idiomas… y a gente tan inspiradora de la que poder aprender continuamente. Me gusta no tener una rutina.
-¿Echas de menos dedicarte al baloncesto de forma profesional?
-Mucho. Y muchas veces me he preguntado si fue la decisión correcta. El baloncesto es mi pasión, y no es solo el deporte, sino el estilo de vida y la gente. Me siento muy en casa en ese ambiente. Esta temporada empecé a jugar en el Club Básquet l’Escala, no a nivel profesional, obviamente, porque es incompatible, pero cuando puedo entreno y compito con mi equipo y me aporta muchísima felicidad.
-¿Qué valores te aportó este juego en equipo y qué partes tuyas te ha ayudado a trabajar?
-Muchos valores: a trabajar en equipo, a crecer como persona en momentos de responsabilidad, a tener un rol determinado, a confiar en otros y a tener que confiar en mí… Estoy convencida de que, si no hubiera vivido lo que he vivido con el baloncesto, sería una persona totalmente distinta.
Las líneas depuradas definen conjuntos de dos piezas para elevar al máximo exponente el poder de un total look
-¿Recomendarías practicar este deporte?
-Lo recomendaría porque solo puedo decir cosas buenas de mi experiencia. Se aprende a perder y a ganar fuera y dentro la pista.
-Tu trabajo como modelo te obliga a viajar sin parar. ¿Dónde vives en la actualidad?
-Ahora mismo tengo la suerte de poder vivir en Barcelona. Llevo desde antes de la pandemia sin pasar largas temporadas fuera de casa y solo viajo por trabajos en concreto. Lo que me gusta de vivir en Barcelona es que soy de aquí, tengo a mi gente, a mis amigos y familia, y adoro la ciudad.
-Recibiste el premio L’Oréal Paris a mejor modelo 2020. ¿Cómo viviste este reconocimiento?
-Fue muy especial para mí. Además llegó justo después de una muy mala época, tanto en lo profesional como personalmente. Me dio un buen empujón que necesitaba.
Flecos y paillettes muestran su poderosa naturaleza, contoneándose al ritmo de su herencia disco, una de las grandes tendencias de este otoño-invierno
-¿Cómo sentiste el hecho de volver a las pasarelas tras la pandemia?
-Fue un sentimiento de alivio. Se buscaron otros métodos para enseñar las colecciones y aprendí mucho, ya que participé en grabaciones de desfiles con producciones muy grandes y con muchísima gente involucrada, pero como un desfile en directo y con público no hay nada igual.
-¿Te ves dedicándote siempre a la moda o en un futuro te gustaría poder compaginarla con otras cosas?
-Me encanta la moda y llevo muchos años dedicándome a ella como modelo. Empecé este camino desde cero y, aunque me quede muchísimo aún por aprender, en un futuro me gustaría seguir involucrada de una forma u otra. Eugenia Silva, por ejemplo, es un gran referente. No me olvido del baloncesto y también me gustaría tenerlo siempre presente. Recuerdo que, con mi primer booker, Joaquín Hortal, siempre hablábamos de hacer algún proyecto con los dos mundos relacionados. Algún día…
“El premio l’oréal paris vino después de una mala época. Fue justo el empujón que necesitaba”
-¿En qué momento dirías que te encuentras hoy por hoy a nivel personal?
-Estoy en un momento clave de mi vida. Tengo 25 años y el 2 de diciembre cumplo 26… Ya no soy una niña. Estaba acostumbrada a que me dijeran lo pequeña que era en todas partes y ahora trabajo con superfotógrafos que son más jóvenes que yo. Sentirme un poco más madura me ayuda a estar más pendiente de mí misma y de mis necesidades. Siempre he ido tirando sin replantearme mucho las cosas y, por fin, estoy empezando a ser un poco más exigente con lo que quiero y lo que no quiero en mi vida. Además, voy a ser tía gracias a mi hermana Carla y su pareja Cesc de una niña llamada Elna. ¡Me muero por conocerla!