Una fue la prueba fehaciente de que la elegancia clásica no tenía por qué resultar aburrida. Epítome del estilo minimalista que imperaba en los años noventa, musa de presencia sobria y sonrisa eterna, Carolyn Bessette representó desde el inicio de su vida pública al lado de John John Kennedy todo lo que una mujer podía desear. Formaba parte de la ‘realeza americana’, tenía una carrera profesional prometedora dentro del mundo de la moda y había algo en su estilo fuera de lo común, tanto es así que, 22 años después de su desaparición, sigue siendo una referencia por, entre otras cosas, convertir en único lo sencillo. Hoy, otra mujer encarna a la perfección todos esos valores que ella simbolizó. Lauren Santo Domingo dirige Moda Operandi, una de las primeras plataformas de moda de lujo online… Y es que su ojo clínico la convierte en una de las gurús de estilo contemporáneo. Cada una refleja características propias de la época que les ha tocado vivir, pero ¿qué tienen en común que las hace tan especiales?
Recientemente, supimos que el productor y guionista Ryan Murphy ampliaría su serie American Crime Story con otra entrega en la que trataría la historia de amor con triste final entre Carolyn y John John. Bien podría fichar a Lauren para que hiciera el análisis de vestuario de la actriz que encarne a Bessette en American Love Story. Y es que Lauren absorbe, posiblemente con la misma espontaneidad innata de la desaparecida Carolyn, la capacidad de transformar el look más sencillo en algo cool y llamativo. Estamos ante dos gotas de agua en cuanto a la manera de entender el propio vestuario: fácil, sin esfuerzo y siguiendo la premisa del menos es más. Sin embargo, a Lauren Santo Domingo la vemos con un punto más de riesgo. La esencia minimal la tiene, de eso no hay duda, pero también sabe crear un balance entre clasicismo y osadía estética lograda de la mano de las tendencias, aunque huyendo del disfraz, haciendo suyo solo lo que realmente encaja con ella y dejando a un lado aquello con lo que perdería su esencia.
Carolyn parecía vestirse por intuición, sin poner demasiado esfuerzo en ello. comodidad y minimalismo la acompañaron siempre, el día de su boda o paseando por la calle
Carolyn nunca habló en público. No hay una sola entrevista, ni una grabación de ella. No podía evitar que la fotografiaran y siguieran por las calles de Nueva York o de vacaciones, pero nunca participó de ello. Así, su presencia y su sonrisa fueron suficientes para cautivar y erigirse en icono hasta el día de hoy. Antes de que el estilo escandinavo volviera a encumbrar las piezas sencillas de proporciones perfectas, ella ya había desarrollado una tesis espontánea basada en una paleta de neutros, el uso del negro como comodín permanente, sobre todo de noche, poco maquillaje, jerséis lisos y camisas blancas, jeans y una querencia hacia el clásico estilo americano. Atemporalidad, limpieza de líneas y fusión masculino/femenino fueron sus únicas armas. Quizá su trabajo en Calvin Klein le dio la llave para acceder a unas claves concretas, pero lo cierto es que tenía algo que no se ve todos los días. Por ello, seguimos hablando de ella.
Para Lauren Santo Domingo, vestirse requiere mezclar prendas de siempre con otras más arriesgadas. Así consigue un estilo pluscuamperfecto y en equilibrio
El salto temporal entre ambas no impide que reconozcamos la presencia elegante de Lauren Santo Domingo y veamos en ella algo de Carolyn. Salvando el parecido razonable, comparten códigos de estilo inteligente alejados de cualquier signo de opulencia. En una era de excesos, ella vuelve a traernos la serenidad de una belleza que recurre a los ornamentos solo lo justo y necesario. Su trabajo consiste en lanzar firmas de moda emergentes y su ojo detecta aquello que podría convertirse en la próxima tendencia. Con la misma fuerza diseña su propia estética partiendo de un estilo atemporal, que hoy puede verse como un espejo de lo que fue la primera musa minimalista, Carolyn Bessette.