Solos, en forma de ‘total looks’ monocolor, o mezclados por bloques, son la diferencia que, en simbiosis con nuevos volúmenes, iluminan los armarios ávidos de novedad
Bienvenida a una temporada vibrante y luminosa. Los colores sólidos se fijan este invierno como una raíz abrazada a la tierra, multiplicando su efecto y demostrando ser una garantía de elegancia. Solos, en forma de total looks monocolor, o mezclados por bloques, son la diferencia que, en simbiosis con nuevos volúmenes, iluminan los armarios ávidos de novedad.
La moda derriba tabúes y nos brinda la posibilidad de mezclar distintos prints y colores con gusto y personalidad. Nuestra modelo lleva top lila con bandas de color y leggings-bota con logo, todo de Gucci.
Atreverse con proporciones y mezclar estampados es la manera más estilosa de configurar tu propia zona de confort avant garde. Como el total look que vemos en esta imagen, compuesto por bomber, top y pantalón, de Louis Vuitton.
Los diseños con movimiento seducen al tiempo que aportan una frescura inesperada en invierno. un volante o varias capas de tejido elevan la presencia de un look.
Y es que los volantes ofrecen dinamismo al outfit y son tremendamente modernos. En esta imagen, nuestra modelo lleva un top con volantes, de Emporio Armani.
La arquitectura funcional y de aspecto brutalista invita a vestir en equilibrio entre proporciones y color.
Apostar por dos colores y ofrecerles protagonismo compartido aporta equilibrio al look. Junto a estas líneas, la modelo lleva un total look contemporáneo de top de punto, blazer, falda, calcetines y sandalias, de Patou.
No hay nada que supere al cuero de color. Discreto o sexy, formal o descarado, es éxito asegurado.
Jugar al total look monocolor hace que la silueta cobre mucha más importancia porque de ella depende la feminidad y el dinamismo del outfit. La modelo lleva chaqueta de piel y pantalón, todo de Alexandre Vauthier.
Combinar diseños estructurados con otros fluidos permite adaptarse a los tiempos y dar una idea de nueva elegancia mucho más orgánica y sensorial.
Siluetas propias de la sastrería y mezcla de colores con dinamismo, ahí radica la modernidad hoy. Nuestra modelo lleva chaqueta con flecos y falda, ambas de Loewe.
Los acabados acolchados llegan a los diseños más importantes del armario sin restar movilidad ni confort.
El look perfectamente coordinado, lejos de ser aburrido, invita a experimentar gracias a los tejidos. Nuestra protagonista, en esta imagen, con vestido acolchado y sombrero a juego, ambos de Tod’s.
La inspiración après skise deja ver en monos que cubren el cuerpo, pero con matices perfectos en la ciudad gracias a atrevidos prints.
La sensualidad no está reñida con los centímetros de piel vista. Así, un mono ceñido estampado llevado con guantes largos podría convertirse en paradigma del sexy este invierno. Mono de cuello alto y guantes largos, de Prada.
El punto se ciñe al cuerpo convertido en tejido clave por su calidez y feminidad. En versión larga o con diseños cortos y juveniles, este invierno, el color ilumina los armarios.
La llegada del frío permite jugar con prendas ceñidas y cálidas que, esta temporada, irradian color y optimismo. En esta página, la modelo lleva vestido de punto, de Sportmax, y medias, de Calzedonia.
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