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Casilda y Ana Finat: diseño, moda y elegancia por partida doble

Hijas de los condes de Mayalde y nietas de los duques de Pastrana, son mellizas, trabajan juntas y posan con tendencias de esta temporada

9 de octubre de 2021 - 12:01 CEST9 oct 2021 - 12:01 CEST

Las hermanas Casilda y Ana Finat se han convertido en dos grandes referentes para las miles de mujeres que las siguen en las redes sociales. Su estilo, su clase y, por supuesto, su naturalidad, como reconocen ellas mismas, es lo que las ha hecho triunfar en el mundo digital. Hijas de los condes de Mayalde y nietas de los duques de Pastrana, las mellizas Finat comparten todo desde que nacieron y ahora, además, trabajan juntas en la firma de joyas que Casilda fundó hace años con sus propios diseños y que se ha convertido en la favorita de la alta sociedad y de muchas famosas que valoran la combinación de diseños modernos con precios irresistibles.

Tanto a Ana, casada desde 2007 con Fabio Manrique, con el que tiene cuatro hijos que van desde los catorce a los dos años, como a Casilda, que es madre de dos niños, fruto de su matrimonio con Álvaro Martínez-Conradi, lo que más les gusta del mundo es estar en familia, viajar y el campo. No en vano, hasta los dieciocho años vivieron en El Castañar, la finca que sus abuelos tienen al sur de Toledo, en el municipio de Mazarambroz. “Nuestra infancia fue maravillosa, no podría imaginar una mejor para un niño. Nos criamos entre animales en plena Naturaleza, libres. En la finca, viven aún mis abuelos, mis padres y mi tío. Los fines de semana venían todos mis primos de Madrid y nos juntábamos un montón, era la bomba”, cuenta Ani, como la llaman sus amigos y seres queridos.

“Cas y yo tenemos una relación muy especial, nos llevamos fenomenal, nos necesitamos y nos encanta estar juntas”, nos comenta Ana

De aquellos años, las hermanas atesoran un sinfín de anécdotas, pero Ani recuerda una especialmente graciosa: “Mi abuelo rescató una cría de jabalí en una montería, que luego crio a biberón; era hembra y se llamaba Flor. Vivió entre nosotros como si fuera un perro más, dormía en los sofás con los demás perros…, que tenemos muchos. También se subía a nuestro carrito de bebés cuando nos sacaban de paseo… Hasta que un día, ya siendo enorme, decidió volver al monte. Entonces, venía ‘de visita’ de vez en cuando, muchas veces, con sus crías, y era todo un acontecimiento, no sabéis el revuelo que se armaba”.

“Nuestra infancia fue maravillosa. Hasta los dieciocho años vivimos en la finca de mis abuelos en el campo. Nos criamos entre animales, en plena Naturaleza, libres”

Casilda, que admite que de pequeña era la más traviesa de las dos —“aunque en la adolescencia yo fui mucho más rebelde”, apunta Ani—, también era la más aplicada y responsable en los estudios: “Siempre le soplaba a Ani en los exámenes. El tema es que ella tenía infinitamente mejor memoria y, estudiando una tercera parte, sacaba mejor nota”.

—Más que hermanas, parecéis amigas íntimas… ¿Es esa la conexión especial que dicen que existe entre los mellizos o gemelos?

CASILDA.—Es una conexión que va mucho más allá de mejores amigas. Es una complicidad y un nivel de entendimiento que supera el de cualquier otra relación.

ANI.—Me consta, por gemelos y mellizos que he conocido, que no siempre es así. Creo que esta conexión es muy difícil de encontrar, es algo muy especial. Cas y yo somos mejores amigas, hermanas, lo hemos compartido todo. Desde que nacimos, hemos ido a la misma clase, compartido pupitre, compartido grupo de amigas, no tenemos recuerdos la una sin la otra. Nuestros hijos están también muy unidos y tienen una relación muy especial y nos hace mucha ilusión.

“Mi abuelo rescató una cría de jabalí en una montería, que luego crio a biberón; era hembra y se llamaba Flor. Vivió entre nosotros como si fuera un perro más, se subía a nuestro carrito de bebés cuando nos sacaban de paseo…”, recuerda Ana

—Desde hace cinco años, también trabajáis juntas. ¿Os lleváis bien en la ‘oficina’?

C.—Muy bien. Cada una tiene sus cometidos y nos complementamos a la perfección.

A.—Cas y yo tenemos una relación muy especial, nos llevamos fenomenal, nos necesitamos y nos encanta estar juntas, discutimos, como todo el mundo, pero nunca nos enfadamos.

“Ani se encarga de toda la parte ‘online’ y de la supervisión de las tiendas y yo, de la parte creativa y publicitaria”, afirma Casilda, que desde hace años triunfa con su firma de joyas

—¿Cómo os repartís las tareas en la empresa?

C.—Ani se encarga de la parte online y de la supervisión de las tiendas y yo de la parte creativa y publicitaria.

—Ani, ¿tú también aportas ideas a los diseños de tu hermana?

A.—Cas siempre ha sido mucho más creativa que yo. Desde pequeña le encantaba dibujar y crear bocetos de ropa, por ejemplo. Ella hace los diseños, pero, como es muy entusiasta, siempre me enseña las nuevas colecciones y yo le doy mi opinión, aunque debo decir que siempre me encantan.

“Lo que más admiro de Ani es su lealtad, su bondad, su paciencia, lo buena madre que es, su espiritualidad, su cultura y su pelazo”, dice Casilda con humor

—Casilda, ¿qué es lo que más admiras de Ani?

C.—Su lealtad, su bondad, su paciencia, lo buena madre que es, su espiritualidad, su cultura, su pelazo (ríe).

—¿Y tú de Casilda, Ani?

A.—Admiro lo trabajadora que es. Es incombustible, siempre que se pone una meta no para hasta conseguirla; además, me admira lo valiente que es y lo entusiasta y lo generosa que es conmigo.