A Rocío Peralta y a Violeta Andic les une su pasión por la moda. La sevillana, hija del famoso rejoneador Rafael Peralta, es todo un referente como diseñadora de trajes de flamenca. La catalana, sobrina de Isak Andic, presidente de Mango, creó, en 2014, su propia línea para mujeres más allá de la talla 44 en la empresa familiar. Y el éxito fue rotundo. Sin embargo, la pandemia y las circunstancias personales obligaron a ambas a cambiar de rumbo y, ahora, se han convertido en socias de un proyecto de moda de baño, prendas de vestir y complementos con ADN ecológico: Gavriella.
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Tras dejar Barcelona e instalarse en Jerez, la tierra de su marido, Violeta también se despidió de su ‘hijo’ empresarial, algo que, nos dice, se debió “a un cambio de prioridades. Después de haber liderado una marca desde el inicio, que estuvo presente en más de noventa puntos de venta internacionales, sentí que había cumplido mi objetivo. Por ello, vi que tenía que priorizar mi proyecto personal y dedicarle más tiempo a mi familia numerosa”.
“Muchas veces pienso que Violeta y yo somos almas gemelas, he encontrado en ella a alguien que le pone la misma pasión a su trabajo. Es una persona que cuanto más conoces, más te gusta”, dice Rocío
Para Rocío, el coronavirus, y la consecuente suspensión de ferias y romerías, también fue un punto de inflexión en su trayectoria. “Fue un momento muy difícil, ya que, cuando todo esto pasó, nos encontrábamos en el pico más alto de la temporada, con mucha inversión hecha. En septiembre, cuando sabíamos que no íbamos a tener ferias, decidí tomarme el año como una etapa de construir nuevas oportunidades”, nos comenta la andaluza, que recalca que la idea del nuevo proyecto junto a Violeta “surgió antes de la pandemia”.
—Rocío, ¿cómo se os ocurrió esta aventura?
—Fue idea de Violeta. Me llamó para proponerme formar, junto a ella, parte de este proyecto y no lo dudé. Me pareció muy interesante, divertido, nada que ver con lo que estoy acostumbrada a hacer y en el que podía disfrutar mucho.
—Desde luego, de la moda flamenca a los trajes de baño… ¡menudo cambio!
—Sí, aunque el baño es una pequeña parte; también hemos diseñado diferentes prendas, desde caftanes, monos, pantalones, camisas y bolsas de playa. Estoy feliz de ampliar, tenía muchas ganas de ir creciendo y no solo hacer moda flamenca.
“Andalucía entera es mágica, llena de rincones para perderse. Aquí la calidad de vida es fantástica. Sin Andalucía, no sería la persona que soy ahora”, confiesa Violeta, que se ha mudado de Barcelona a Jerez
—¿De dónde viene el nombre, Gavriella?
—Gavriella es un nombre que tanto a Violeta como a mí nos gusta mucho y decidimos que fuera con ‘V’, de Violeta, y ‘R’, de Rocío.
—¿En qué os habéis inspirado para la primera colección?
—Está inspirada en un metafórico viaje en globo, donde, conforme se va elevando, vamos dejando atrás todo lo vivido hasta ahora, viendo el mundo desde otra perspectiva y valorando la belleza de la Naturaleza. También hemos querido que la marca España estuviera muy presente y hemos hecho una ropa con mucho color y bordados que recuerdan al de los mantones. Estamos felices con el resultado, ya que se está vendiendo genial y no solamente en España, tenemos pedidos de todo el mundo.
—Cuando todo vuelva a la normalidad, ¿tienes pensado retomar el diseño de moda flamenca? ¿Te gustaría compaginar ambas firmas?
—He aprovechado este momento para preparar muchos diseños nuevos de flamenca, mi cabeza no para. Cuando todo vuelva a la normalidad, tendré muchas cosas para enseñaros. La moda flamenca, al ser estacional, me permite poder compaginar ambas cosas perfectamente. Todo es cuestión de organizarme bien.
“He aprovechado este momento para preparar muchos diseños nuevos de flamenca, mi cabeza no para. Cuando todo vuelva a la normalidad, tendré muchas cosas que mostrar”
—¿Qué destacarías de tu socia, Violeta?
—Violeta es una persona que mientras más la conoces, más te gusta; admiro mucho su inteligencia y su capacidad de trabajo; tiene una perspectiva global que la distingue especialmente a la hora de tomar decisiones.
—¿Cómo es trabajar con ella?
—Es una suerte trabajar con ella, el hecho de que haya pasado muchos años en la empresa familiar hace que tenga conocimiento de muchas cosas. Es muy trabajadora y ambiciosa, muchas veces pienso que somos almas gemelas, he encontrado en ella a alguien que le pone la misma pasión a su trabajo. Creo que hacemos un buen tándem.
‘Siempre he admirado a Rocío como diseñadora’
—Y tú, Violeta, ¿qué destacarías de tu socia?
—De Rocío destacaría su humildad y talento natural en el ámbito profesional. Y en lo personal, su gran corazón, sinceridad y lealtad.
—¿Desde cuándo os conocéis?
—Hace ya muchos años, y, después de haber mantenido una relación profesional, hemos cultivado una relación de amistad muy profunda. Además de una gran profesional, Rocío es una bellísima persona.
—¿Y cómo surgió vuestra asociación?
—Hace ya algún tiempo, tenía una idea de negocio para diseñar y comercializar prendas de baño para niñas y mujeres. A Rocío la conozco desde hace varios años y he admirado siempre su trabajo como diseñadora, confiándole mis trajes de flamenca, y en cuanto le comenté y compartí con ella esta idea, nos dimos cuenta de que el proyecto iba a ser más potente con las dos juntas.
—¿Cuáles son las señas de identidad de vuestra marca?
—Es una marca enfocada a diferentes edades —niñas, adolescentes y adultas—, inspirada en el Mediterráneo, su gente y sus tradiciones. En Gavriella podemos encontrar diferentes prendas atemporales y versátiles, que van desde caftanes, monos y pantalones hasta ropa de baño y, también, complementos como bolsas de playa y sombreros. Nuestra ropa tiene una identidad muy definida porque, aparte de ofrecer diseños exclusivos con tejidos orgánicos y naturales, así como materiales reciclados —por ejemplo, de botellas encontradas en el mar—, el color y la artesanía cobran una vital importancia, porque toda nuestra ropa está bordada a mano, haciendo un guiño a nuestras tradiciones de bordado, tan arraigadas en España. Actualmente, estamos trabajando una línea sport y casual wear para la próxima colección otoño-invierno.
—¿Qué ha supuesto para ti mudarte de Barcelona a Jerez?
—Un cambio de vida. Algo necesario para mi crecimiento como persona. Aprender a vivir más despacio y valorar los placeres sencillos.
—¿Qué es lo que más te gusta de vivir en el sur?
—Andalucía entera es mágica, llena de rincones para perderse. Aquí la calidad de vida es fantástica. Se respira otra historia. Sin Andalucía, no sería la persona que soy ahora. Lo que más me gusta del sur es esa alegría y espontaneidad tan de verdad a la hora de afrontar la vida.