En 2011, Kate Middleton vivió su primer verano tras su boda con el príncipe Guillermo de Inglaterra y, por lo tanto, sus primeros actos como miembro oficial de la realeza. A través de ellos, la actual princesa de Gales, a quien vimos recientemente en Wimbledon, nos dejó looks para el recuerdo. Por ello, viajamos 13 años atrás para recordar a este debut veraniego como royal, en concreto, como duquesa de Cambridge. Y lo hacemos recopilando algunas de las elecciones con las que impactó en Canadá y Estados Unidos durante su primer tour internacional tras su enlace matrimonial. Tuvo lugar a finales de junio y principios de julio y, en él, adelantó algunas de las claves que han definido su estilo a lo largo de la última década: cortes elegantes, guiños a Diana de Gales, estratégicas creaciones para marcar cintura, variedad de tacones o calzado cómodo… y una espontaneidad que le lleva a vestir con inesperados estilismos. En definitiva, elecciones decisivas que a día de hoy no se pueden olvidar y marcaron su personalidad.
En 2011, Kate Middleton vivió su primer verano tras su boda con el príncipe Guillermo de Inglaterra y, por lo tanto, sus primeros actos como miembro oficial de la realeza. A través de ellos, la actual princesa de Gales nos dejó looks para el recuerdo. Por ello, viajamos 12 años atrás para recordar a este debut veraniego como royal, en concreto, como duquesa de Cambridge. Y lo hacemos recopilando algunas de las elecciones con las que impactó en Canadá y Estados Unidos durante su primer tour internacional tras su enlace matrimonial. Tuvo lugar a finales de junio y principios de julio y, en él, adelantó algunas de las claves que han definido su estilo a lo largo de la última década: cortes elegantes, guiños a Diana de Gales, estratégicas creaciones para marcar cintura, variedad de tacones o calzado cómodo… y una espontaneidad que le lleva a vestir con inesperados estilismos. En definitiva, elecciones decisivas que a día de hoy no se pueden olvidar y marcaron su personalidad.
El primero de los looks que llevó en Norteamérica fue este vestido que mostró al aterrizar en Ottawa (Canadá) el 30 de junio de 2011. Se trataba del modelo Cecile en encaje azul marino con fondo blanco y mangas transparentes, de la firma canadiense Erdem. Lo acompañó de salones acharolados, en tono nude y con ligera plataforma de L.K. Bennett. En sus manos, llevaba un clutch coordinado con sus zapatos, el Muse de Stuart Weitzman. Completó su estilismo con pendientes y pulsera de Tiffany & Co.
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El guiño a Canada con el vestido de su compromiso
Los colores crema y rojo definieron la imagen de Kate para celebrar el Día de Canadá el 1 de julio. Para la ocasión, Kate recuperó su vestido Nanette de Reiss que presenta un favorecedor corte cruzado y volantes verticales en el pecho. Es una pieza muy significativa de su vestidor, pues es la que llevó en el retrato oficial con motivo de su compromiso con el príncipe Guillermo. Lo combinó con un tocado customizado para la ocasión con hojas de arce, de Sylvia Fletcher para Lock & Co. De forma extraordinaria, llamó la atención su bolso, unclutch de paja con forma de abanico y con borla de flecos-joya. Un complemento que firmaba Anya Hindmarch.
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Pura sofisticación en su apuesta nocturna
En Ottawa, los por aquel entonces duques de Cambridge acudieron a un concierto para celebrar el Día de Canadá. Una cita en la que Kate mostró su imagen más sofisticada con un vestido morado, de pronunciado escote y drapeados en la zona del vientre. Una propuesta de la firma Issa, la misma que le vistió en el posado con el que anunció junto al príncipe Guillermo su compromiso. La complementó con limosnera de seda, modelo Maud de Anya Hindmarch, y salones de Prada.
La sencillez se apoderó de Kate con este look también visto en Canadá. Eso sí, era muy favorecedor y suponía un guiño a Diana de Gales, pues lo firmaba Catherine Walker. Un sello icónico en el vestidor de la madre de los príncipes Guillermo y Harry de Inglaterra. En concreto, acompañó su diseño de línea muy entallada con un bolso a juego, modelo Somerton de Hobbs London; y los zapatos Dela de Tabitha Simmons.
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Una divertida chef
Uno de los múltiples ejemplos de la espontánea imagen de Kate Middleton fue esta. Durante una clase de cocina en el Instituto de Turismo y Hostelería de Quebec, no dudó en ponerse la chaquetilla de chef para participar en el acto.
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En royal blue
En su tercer día de viaje, Kate Middleton volvió a confiar en el sello canadiense Erdem. De él, rescató un vestido en azul royal que realzaba los hombros y escote con detalles de encaje floral. Se trataba del modelo Jacquenta (colección PreFall 2011). Lo combinó con salones nude de L.K. Bennett y el clutch modelo Muse de Stuart Weitzman. Además, llevaba su brazalete Diamonds by the Yard de la colección de Elsa Peretti para Tiffany & Co.
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El recuerdo a su vestido de novia
Durante su visita a Charlottetown, capital de la Isla del príncipe Eduardo (Canadá), Kate Middleton innovó con este original vestido de punto que recrea un favorecedor estilo inspirado en la indumentaria de los marineros (lo recuperaría para acudir a Wimbledon en 2021). Una pieza diseñada por Sarah Burton para Alexander McQueen, misma creadora y sello que crearon su vestido de novia. Lo acompañó de salones en tono marino, también de este sello británico.
En la ciudad de Yellowknife, Kate Middleton demostró su infalible fórmula para marcar cintura con esta elección. En concreto, lució un vestido con banda en contraste sobre las caderas, diseño Bullet de By Malene Birger. Lo complementó con sus salones nude de L. K. Bennett y su clutch a juego de Stuart Weitzman. Además, llevó sus pendientes de citronela de Kiki McDonough.
En Yellowknife, Kate no dudó en subirse a una canoa y remar. Para la ocasión, mostró su imagen más desenfadada (pero favorecedora) con camisa caqui y bolsillos frontales, de Burberry; y pantalones vaqueros en corte pitillo, de J. Brand. Como calzado, lució unos mocasines tipo náuticos de Sebago.
Durante su visita a Slave Lake en Alberta, Kate Middleton volvió a rescatar sus pantalones pitillo de J. Brand, pero los combinó de forma muy diferente. En esta ocasión, los acompañó de una chaqueta en color navy y con un solo botón, de Smythe; blusa con volantes en el pecho, cinturón artesanal de Linda Camm y alpargatas con cuña y destalonadas, de la desaparecida firma Pied-A-Terre.
El 7 de julio de 2011 en Calgary (Canadá), definió su imagen con una elección muy lady, pero juvenil. En concreto, eligió un vestido amarillo de seda, con manga corta abullonada, grandes botones en el pecho y falda de vuelo, de Jenny Packham. Lo acompañó de salones y clutch de L.K. Bennett y sus pendientes con citronelas de Kiki McDonough.
En dos días diferentes, Kate Middleton acudió al Calgary Stampede en Alberta, el rodeo al aire libre del mundo más importante. Para la ocasión, no dudó en dar una imagen irrepetible que le llevó a lucir un look inspirado en el Lejano Oeste. En la imagen que acompaña a estas líneas, lleva blusa con bordados, modelo Armonia de Alice by Temperley (colección Resort 2012). La combina con vaqueros acampanados de Goldsign y botas de estilo cowboy de R. Soles. Al siguiente día, llevó el mismo estilismo durante este evento, pero cambió su camisa por una de encaje en color blanco.
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El acierto de los complementos en nude
El color rojo dominó su look en una recepción en Alberta. En concreto, apostó por piezas de Catherine Walker estratégicamente ceñidas a la figura para ser más estilizadoras. Por otro lado, aunque los looks monocolor son una constante en ella, Kate recurrió a otra fórmula de estilo con la que siempre acierta: apostar por complementos en tonos nude cuando lleva prendas de llamativa tonalidad.
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Un look de alfombra roja
Tras visitar Canadá, los por aquel entonces duques de Cambridge viajaron a Estados Unidos. Allí, Kate Middleton lució uno de sus looks de alfombra roja más fabulosos e inolvidables. Durante un acto organizado por BAFTA (the British Academy of Film and Television Arts) en el Belasco Theater de Los Ángeles, impactó con un vestido lila de Alexander McQueen. Lo acompañó de complementos de Jimmy Choo: clutch-joya con texturas contrastadas y sandalias de tiras en serpiente metalizada, modelo Vamp. Además, llevaba brazalete de diamantes (un regalo de su suegro por su boda con Guillermo de Inglaterra) y unos pendientes que pertenecían a la reina Isabel II.