En sus más de tres décadas al frente de su propia firma, Charo Ruiz ha vestido a las mujeres más elegantes de España: de doña Letizia a Isabel Preysler, pasando por Paloma Cuevas, Eugenia Silva, Nieves Álvarez o Tamara Falcó. Pero esta diseñadora sevillana, que llegó a Ibiza en 1978 y que se ha convertido en la reina de la moda de la isla, también ha cautivado a Naomi Campbell, Heidi Klum, Alessandra Ambrosio, Olympia de Grecia… “Siempre vienen de vacaciones a Ibiza, y les encanta la moda adlib ”, nos explica Charo en su casa, en Ibiza, donde la acompañan su hija, Paloma Recoder, y su preciosa nieta, Allegra, hija de esta. Charo nos recuerda cómo empezó en este mundo como modelo: “Era lo que se llamaba maniquí y llevaba diseños de Pertegaz y Santa Eulalia, entre otros. Con veinticinco años, viajé a Beirut, México, Japón…”.
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—¿Cómo se tomaron tus padres cuando les dijiste que querías ser modelo?
—Tenían una mentalidad muy abierta. Reaccionaron igual cuando me fui a vivir con Eduardo, el padre de mis dos hijos. Me preguntaron si quería casarme con él, pero les dije que no. Lo único que me contestaron fue: “Si te va mal, ya sabes dónde está la casa”. (Ríe). Siempre he tenido esa libertad.
—Tu abuela era modista, pero ¿de niña soñabas con dedicarte a la moda?
—No. Me presenté a ‘Miss Barcelona’ —quedó tercera dama de honor— y la vida me ha llevado.
—¿Cómo llegaste a Ibiza, habiendo nacido en Carmona, un pueblo de Sevilla?
—Conocí al padre de mis hijos (que es brasileño) en Barcelona, cuando él se vino a estudiar. En mil novecientos setenta y siete, nos mudamos juntos a Ibiza. Vendimos mi coche y, con el dinero, cogimos un barquito. El negocio no tuvo éxito y decidimos hacer ropa.
—¿Cuál fue el primer diseño que realizaste?
—Un pantalón tipo indio y unas camisetas con las letras de Ibiza en grande… Empecé vendiendo en el mercadillo de Es Canar. Como yo era la única que vendía ropa allí, me forré.
—¿Quién dirías que es la persona más elegante de España?
—La Reina. Tiene una figura increíble y todo le queda bien. Igual que Paloma Cuevas, que es una gran clienta nuestra. También Nieves Álvarez y Marta Robles, que tienen estilazo.
—¿Qué celebrity te ha generado un boom?
—Cristina Pedroche cuando llevó el vestido negro de transparencias en las campanadas. Fue totalmente inesperado. Si quieres que pase, por mucho dinero que haya por medio, no ocurre.
“En mi opinión, la Reina Letizia es la persona más elegante de España. Tiene una figura increíble y todo le queda bien. Me emocioné cuando se puso uno de mis diseños”
—¿Y qué ocurrió cuando doña Letizia eligió uno de tus diseños el verano pasado?
—Fue mucho mayor. Estuve dos días atendiendo a la prensa: medios locales, nacionales, televisiones… No podía moverme de la oficina. Luego, la web se cayó durante veinticuatro horas y el modelo se agotó, aunque lo hemos vuelto a producir y se sigue vendiendo. Fue increíble porque siempre quise vestirla. Me emocioné mucho al verla, porque estaba guapísima y, además, soy monárquica.
—Entonces, realmente, marca estilo.
—Sí, es verdad. Luego, salió fuera de España y me llamaron de Brasil, México… Ni con Pedroche, que fue la bomba. Ahora hay otras Casas Reales que tienen interés por la marca. Michelle Obama también ha comprado varias cosas.
—También vestiste a la princesa Leonor, en el verano de dos mil seis, cuando era un bebé.
—Sí. Envié un conjuntivo de dos piezas muy mono, pero no sabía si se lo pondría. Fue una sorpresa. Salió en toda la prensa, en la portada, con los Reyes eméritos y sus padres. Imagínate…
Sus grandes amores y su lucha
—Trabajas con tus hijos, ¿delegas en ellos?
—Sí. Paloma es la directora comercial y Pablo, el director financiero. Yo podría estar jubilada, pero no quiero. Trabajar en lo que te gusta es un placer.
—¿Qué puedes decirnos de tu nieta, Allegra?
—Es la alegría. Es una niña rápida, simpática… y coqueta, como yo. También caprichosa, como su madre y como yo (ríe). Es el amor de mi vida.
“A finales de dos mil diez, me diagnosticaron un cáncer de pecho. Me arreglaba muchísimo durante la quimio, que era brutal. Nunca pensé que me fuese a morir”
—Hablando de amores, ¿tienes pareja?
—Soltera y abierta al amor, pero con un hombre que no sea muy mayor (ríe). Si encuentras a alguien de hasta cincuenta y cinco años, que sea alto, delgado y con pelo, mándamelo (ríe).
—Has vivido mucho, pero también luchado.
—¿Te refieres al cáncer de pecho? Fue a finales de dos mil diez. Cuando me dieron el diagnóstico, me dijeron que me tenían que operar. Decidí ir a Barcelona, a buscar una segunda opinión, y encontré al equipo del doctor Baselga.
—Fue el mismo que trató a Álex Lequio.
—Me trató una persona de su equipo. Yo no quería operarme, pero el médico me dijo: “Tú misma. Si no te operas, tienes cinco años de vida”. El día antes de la intervención, me dijeron que no me tenían que quitar la mama. Por eso fui al quirófano con una sonrisa de oreja a oreja. Nunca pensé que me fuese a morir. Nunca. Me arreglaba muchísimo durante la quimio, que era brutal. No pasé dolor, pero no podía andar. Era un agotamiento… Así estuve un año. Intentaba trabajar, pero no podía. Ahora voy a revisiones una vez al año, a pasar la ITV (ríe).
—¿Qué queda en ti de esa hippie que llegó a Ibiza hace más de cuarenta años?
—En el fondo, me queda todo. Me gusta la libertad, bañarme en la playa sin nada, ver el atardecer… Ese gusto por la estética hippie y por el hedonismo. Nunca pienso en la edad que tengo. Es como si hubiera llegado ayer. Tengo una mente muy joven (ríe).