Habría que remontarse a antes de la pandemia para encontrar una fiesta tan espectacular como la que dio el pistoletazo de salida a la semana de la alta costura. Festejando la vuelta a la vida de París —confinada durante gran parte de esta última primavera—, la histórica joyería Chaumet tiró la casa por la ventana en la presentación de su nueva colección de alta joyería, ‘Torsade’. Para ello, la maison ejerció de anfitriona en la esperada reapertura del mítico Hôtel de la Marine, nuevo icono del lujo en la capital francesa.
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Los invitados, entre los que figuraban Natalia Vodiánova, Diane Kruger, Natasha Poly, la top Cindy Bruna, Alex Rivière, Adriana Abascal o Alessandra de Osma, no podían disimular su asombro al acceder al exquisito patio, presidido por un piano de cola, en el que se celebró el cóctel. Más de uno, de hecho, se asomó al restaurante del hotel, el Café Lapérouse, en el que posteriormente se celebraría la cena, para fotografiar su exuberante decoración de aire tropical.
Los looks de las invitadas, por supuesto, no desmerecieron a la ocasión. Desde el atrevido conjunto de Dolce & Gabbana de Diane Kruger al impecable Dior de Sassa de Osma, el escultórico Saint Laurent de Alex Rivière o el moderno Mugler de Natasha Poly, ninguno dejó indiferente. Todas tenían ganas de volver a vestirse por todo lo alto. Las joyas, todas ellas de la última colección de la firma, a excepción de las de Sassa, que eran de una colección anterior y estaban valoradas en torno a un millón de euros, hicieron el resto. La princesa de Hannover escondió su famosa timidez tras las artes sociales de su íntimo amigo Martin Pacanowski, el único con el habló durante la noche, y un sobrio a la par que elegantísimo vestido negro. El mismo color que eligió la influencer española Alex Rivière.
La catalana, de padre francés, triunfa en las redes sociales con un estilo sofisticado que la ha convertido en la imagen de numerosas firmas de lujo. Enamorada del empresario Christian Sieber, que suele acompañarla en sus compromisos, no podría ser más feliz. Pero ¿el anillo ‘pa cuándo’? Ella confiesa que no se separa de un sello que diseñó “hace cinco años junto a mi padre por mi cumpleaños. Es muy especial para mí, ya que contiene las iniciales de los dos, y fue el último cumpleaños que celebramos juntos antes de que falleciera”. Para Alex, tener la ocasión de llevar joyas tan importantes como las de este evento es “una sensación única; son pequeñas grandes obras de arte que te hacen sentir muy especial”. Lo que fascina a la influencer de piezas como estas es “su historia, el cuidado por el detalle, sus diseños…, pero sobre todo, su savoir faire”.