Se han escrito ríos de tinta sobre el vestido de novia de Belén Corsini , la nueva condesa de Osorno. Sin embargo, poco se ha dicho sobre el look nupcial del novio. Carlos Fitz-James Stuart y Solís llevó el uniforme de gala de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, la organización nobiliaria fundada en 1670. El conde de Osorno lució la misma levita que usaron su padre, el duque de Alba, y su hermano, el duque de Huéscar, en sus respectivas bodas. Sin embargo, el aristócrata se puso en manos de una joven pareja de sastres para que el uniforme le sentara como un guante.
Agustín García y Lucía Serrano están al mando de la Sastrería Serna de Madrid, una de las más antiguas de España y la preferida del Rey Don Felipe para sus uniformes militares. Ellos fueron los encargados de restaurar la levita del traje de gala de maestrante del conde de Osorno y de realizar el pantalón de gala en paño de lana que llevó el novio en su boda, adornado con galón original de flor de lis.
Serna es una sastrería legendaria -entre sus piezas más inconfundibles se encuentra la chaqueta Teba, que nació hace más de cien años-, pero al mismo tiempo es probablemente la que cuenta con uno de los maestros sastre más jóvenes. Agustín García comenzó a trabajar en el taller hace más de dos décadas y aprendió el oficio del mítico Cecilio Serna, el sastre que vistió a tres generaciones de la Familia Real durante cuatro décadas: Don Juan, Don Juan Carlos y Don Felipe. Ahora, después de quince años al frente del taller y de la mano de su mujer, Agustín es el dueño de la marca y está cambiando la forma en la que se percibe esta industria en España.
Sin duda, Carlos Fitz-James recurrió a los mejores para uno de los días más importantes y felices de su vida. Algunos de los más altos rangos militares españoles encargan en Serna la confección de sus trajes de gala, que son los más lujosos y complejos que existen en la moda masculina: una chaqueta supone hasta tres meses de trabajo manual y hasta cinco mil metros de hilo.
-Agustín, ¿en qué consistió la restauración de la levita del conde de Osorno?
-La levita es una prenda histórica de la familia Alba y nosotros nos encargamos de realizar la adaptación al cuerpo de don Carlos, respetando el uniforme original. Personalmente, considero que estos uniformes son obras de arte. En este caso, la levita era de una sastrería que ya no existe.
-¿La levita era originalmente de Jacobo, el bisabuelo de Carlos?
-Eso no te lo puedo decir.
-También habéis confeccionado el pantalón.
Sí, respecto al pantalón hemos respetado el tejido original y lo hicimos a medida de don Carlos.
-¿Es difícil trabajar con piezas históricas?
-Nosotros estamos acostumbrados a trabajar con este tipo de uniformes. Se hacen muy pocos uniformes nuevos. Ahora mismo estamos confeccionando uno de secretario de Embajada, uno de la Maestranza de Granda y otro de la Maestranza de Sevilla, pero no son cosas que se hacen todos los años. A lo mejor pasan cinco años sin que recibamos el encargo de un uniforme nuevo. Restauramos muchas piezas antiguas, que tienen un enorme valor simbólico y familiar. A veces nos llegan uniformes de los años treinta del siglo pasado, son obras de arte.
-Sastrería Serna ha tenido y tiene muchos clientes importantes.
-De los clientes como tal no puedo hablar.
-¿Qué sientes cuando ves tu trabajo en la portada de una revista?
-Nos gusta poder dar a conocer piezas que se desconocen. Para mí lo importante esdar a conocer el trabajo que hay detrás de una sastrería.
-¿Cuántos personas pueden trabajar en la confección de un uniforme?
-El más largo, un uniforme de secretario de Embajada, puede llevarnos un año y medio de trabajo. Un traje de civil nos lleva entre dos y cuatro meses, unas setenta horas de trabajo. Las distintas pruebas alargan el proceso. Todo lo que hacemos es artesanal.
-Llevas toda la vida en Serna, ¿verdad?
-Yo empecé con Cecilio Serna de “botones”, hace veintidós años. Entré como “botones”, que es como se empezaba antiguamente en el taller, llevando los trajes de la sastrería a los clientes. Fui ascendiendo y hace doce años asumí el cargo de oficial, dirigiendo el taller. La sastrería la arreglé hace siete u ocho años.
-Lucía, ¿tú te ocupas de la parte de sastrería femenina?
-No, los dos nos ocupamos por igual de hombres y mujeres. La sastrería está enfocada tradicionalmente en el hombre, pero nosotros también hacemos trajes para mujer. Ahora están cambiando las cosas y hay más mujeres quieren hacerse trajes a medida en la sastrería.
-¿Y cómo es trabajar con tu pareja?
-La sastrería es un trabajo artesano, requiere muchas horas de trabajo manual y siempre se trabaja en equipo. Nosotros somos cinco personas y todas las prendas pasan por cada uno. Una persona no coge y hace un traje entero, pasa por las manos de muchos. Se requieren quince años de trabajo y experiencia para saber hacer todos los procesos de la sastrería. Agustín se encarga más de los clientes y la organización del taller, y yo estoy más centrada en la formación de alumnos, de la capacitación de nuevos talentos, y en la imagen: redes sociales, marketing. Nos complementamos muy bien.