De Barcelona a París, de París a Roma, de Roma a Sídney... La vida de Belén Hostalet -hasta que llegó la pandemia- ha sido un eterno viaje. Un viaje que llega a su fin cuando abre las puertas de su acogedora casa, un apartamento en el centro de Barcelona donde la conocida influencer encuentra su remanso de paz.
-Con 800.000 seguidores, eres una de nuestras influencers más conocidas. ¿Qué significa eso para ti?
-Me siento muy afortunada de poder dedicarme a lo que me gusta y me permite ser mi yo más creativo y feliz. Intento disfrutar de las experiencias, de la gente que conozco y mirar la parte superpositiva que este trabajo me aporta. Aunque es cierto que, al ser un personaje público, estamos muy expuestos y la presión puede ser desbordante.
-¿Cómo empezaste con el mundo de las redes sociales?
-¡De casualidad! Nunca me atrajeron, de hecho fui la última de mis amigas en tenerlas. Empecé a viajar mucho, siempre me ha encantado la fotografía, y me animaron a compartir el contenido que creaba; tímidamente fui posteando, y eso coincidió con el boom de Instagram, y... ¡aquí estamos!
“Cuando llego a casa me siento en paz, al haberlo decorado con tonos neutros, he conseguido que al entrar al salón tenga una sensación de calma maravillosa”
-¿Cuál crees que ha sido la clave de tu éxito?
-Mantenerme fiel a mí misma, a mi estilo, a mi contenido, nada es forzado, ni mis colaboraciones ni mi forma de comunicar. Siempre intento mostrar mi yo más natural y compartir mi forma de ver la vida, mis viajes, mis pasiones (como la pintura), la moda desde mi gusto personal . Intento no dejarme llevar por lo más trend. Ser fiel a uno mismo te mantiene más en la tierra y, más aún, te hace ser más feliz y estar en paz con uno mismo.
-Nos recibes en tu casa de Barcelona, ¿qué destacas de ella?
-Es un piso en una finca regia, con los techos altos y las magníficas galerías al fondo de las habitaciones, y eso me enamora. La luz que entra por la tarde es maravillosa. Cuando llego a casa me siento en paz; al haberlo decorado con tonos neutros, he conseguido que, al entrar al salón, tenga una sensación de calma maravillosa.
“A la hora de decorar mi casa buscaba, sobre todo, que fuese un hogar. Para ello tengo mis cuadros por todas partes, intento tener flores y pequeños detalles como fotos vintage o ilustraciones de algunos artistas que me encantan”
-¿Qué has querido transmitir con la decoración?
-Paz y, sobre todo, que fuese un hogar. Mis cuadros están por todas partes, intento tener flores y pequeños detalles -como fotos vintage o ilustraciones de artistas que me encantan-. Tengo luz de mañana en el salón y de tarde en las habitaciones y para mí era muy importante que estuviese decorado en tonos neutros, claros y que me ofreciera calidez en cualquier momento del día.
-Eres una gran pintora, ¿desde cuándo pintas?
-Me gustó desde niña. Mi madre siempre menciona una anécdota: de bien pequeña cogí mis cuatro bocetos, agarré su mano y le dije: “Mami, ahora vamos a la calle y los vendemos a la gente que pase” (risas).
-Acabas de lanzar una línea de moda deportiva, Manola. Háblanos de ella.
-Soy emprendedora y hace años que quería crear mi propio negocio, pero no tenía bien claro qué podía ofrecer. Hasta que de otra de mis pasiones, el deporte, surgió la idea de crear una línea de moda deportiva. He viajado mucho y me ayudó el ver que en Europa y, sobre todo, en España faltaba algo así.
“Mi éxito está en que siempre intento mostrar mi yo más natural y compartir mi forma de ver la vida, mis viajes, mis pasiones, la moda desde mi gusto personal”
-¿Qué destacarías de las prendas?
-Son piezas básicas, elegantes, de gran calidad, pero superversátiles, las puedes usar tanto en el gimnasio (y ser la más cool) como fuera, combinadas con un blazer o unos jeans.
-¿Qué importancia le das al deporte?
-Es una prioridad. En mi rutina tengo al menos una hora y media que dedico solo a mí, a mi mente y a mi cuerpo, y ese rato hace que me sienta bien conmigo misma y tenga energía para afrontar positivamente el resto del día.