La firma Otrura ha debutado en esta 73º edición de Fashion Week Madrid. El pabellón 14 de Ifema ha acogido por primera vez en el recinto un desfile de la marca artesanal cofundada por Sergio de Lázaro y Verónica Abián, que han presentado sus colecciones V y VI, bautizadas con el nombre de Movimientos. "Nosotros trabajamos un concepto anual, y eso nos permite tener tiempo para ir desgranando los diferentes aspectos que tiene ese concepto. Este año era 'Latente', como esa situación esas dobles realidades que a la vez existen en el mismo momento. Lo latente y lo patente. Como nos damos ese tiempo, descubrimos que con este Movimiento V y VI que desfila en Madrid queríamos reivindicar el oficio latente que hay detrás de cada prenda. Ese oficio de talleres que muchas veces no recibe el protagonismo adecuado hemos querido coger y cambiarlo y ponerlo en un primer plano", explicaba Sergio de Lázaro, director creativo de la marca, unas horas antes del desfile a Hola.com.
La reivindicación de lo artesanal queda patente (y está latente), en su calzado y sus prendas, construidas a partir de patrones que nacen de la sastrería. En estas propuestas de Otoño/invierno 2021-2022, no falta el abrigo de alpaca, un básico de cualquier armario invernal que Otrura reimagina jugando con los trampantojos más estimulantes. Las asimetrías, presentes por ejemplo en una falda midi, y el juego de plisados, como el que refleja uno de los vestidos de la firma (una apuesta tipo blazer de escote cruzado con detalles plisados en una mitad de la prenda), también rompen con la sobriedad estética que, a primera vista, pueden tener las apuestas de esta marca con talleres en Moral de Calatrava (Ciudad Real) y Sax (Alicante). La camisa blanca más clásica ensancha sus mangas hasta convertirlas en abullonadas y, en otro de los looks, ofrece su lado más desenfadado al lucirse caída sobre un hombro. No hay nada encosertado en Otrura.
En la pasarela, sin decoración superflua y con un vídeo de fondo donde se reflejaba el trasiego de un taller de costura, los colores y prints dominantes han sido el azul marino, el estampado de raya diplomática, el negro, el gris en todas sus versiones... tonalidades más próximas a la paleta cromática de las prendas de espíritu formal. No obstante, también ha habido espacio para pinceladas de luz a través del amarillo, blanco o camel. La marca ha sabido captar la atención con las audaces siluetas deconstruidas y relajadas, alejadas de lo más convencional sin caer en la extravagancia. Como siempre, estas novedades estarán disponibles bajo demanda ya que el sello apuesta por un modelo de negocio en el que no se acumula stock, lo que es quizá la mejor manera de abrazar la verdadera sostenibilidad en la moda.