La constante evolución de Martina Klein es la prueba irrefutable de que el paso de los años, en muchos casos, es sinónimo de crecimiento y expansión, también para las que se dedican al mundo de la moda y han desfilado en las mejores pasarelas de este país, como es su caso. Argentina de nacimiento, se trasladó a vivir a España a los 12 años sin imaginar que, en poco tiempo, se convertiría en uno de los rostros más demandados de la moda en nuestro país. Unas décadas más tarde y después de todos esos años en el top ten de modelos nacionales, está felizmente casada con el extenista Àlex Corretja , es madre de dos hijos y ha encontrado otra gran pasión en la decoración textil. Así es ahora Martina Klein.
-Eres uno de los rostros definitivos de la moda en nuestro país, ¿qué aprendizaje te ha brindado tu carrera como modelo?
-He podido conocer las ciudades más importantes de la moda, he aprendido a desenvolverme en ellas, en muchas, incluso, he vivido. He conocido a todo tipo de personas y he aprendido a no temer a lo diferente. Creo que lo mejor que me ha dado la moda, más allá de lo obvio, es la apertura de mente.
“Creo que lo mejor que me ha dado la moda, más allá de lo obvio, es la apertura de mente”
-¿Cuáles son los hitos en tus años como top?
-Ha habido varios momentos que han marcado mi carrera, como empezar a desfilar en las dos mejores pasarelas nacionales, que eran Gaudí y Cibeles, gracias a personas como Egidio Ghezzi, o el hecho de trabajar con fotógrafos como Peter Lindbergh o Bruce Weber.
-En tus redes te defines como ‘postmodelo’ y ahora compaginas con tu firma textil para hogar. ¿Cuál es el resultado de aunar estas dos pasiones?
-Mi carrera de modelo ha evolucionado hacia otro sitio, donde ya no es primordial una talla, una edad, sino un concepto de lifestyle mucho más relajado y respetuoso con mi vida privada y mi nuevo proyecto profesional: Lo de Manuela. Creo que ser modelo ya no tiene las mismas connotaciones que antes y a mí me gusta definirme más allá de ese concepto.
“Desfilar en las dos mejores pasarelas nacionales o trabajar con fotógrafos como Peter Lindbergh o Bruce Weber, son momentos que han marcado mi carrera”
-¿Cual ha sido la clave a la hora de reinventarte?
-Muchas veces miro la moda y la gente que hay en ella, y aunque me encanta, ¡me agota! Me gusta reciclar la parte más inspiradora que me aporta y volcarla en nuestras colecciones. Ahora miro tendencias y dejo que obren en mí una respuesta que se traduzca en prendas para el hogar. Estamos llegando a un punto de equilibrio en el que el personaje nutre a la marca, y la marca nutre al personaje.
-¿En este año de pandemia has experimentado algún cambio radical en tu forma de ser?
-He reforzado mi teoría de querer ver las cosas desde un punto de vista positivo, por más difícil que nos lo ponga el panorama de la realidad.
“Mi faceta de modelo ha evolucionado. ya no es primordial una talla, una edad… sino un concepto de ‘lifestyle’ más relajado y respetuoso con mi vida privada y mi nuevo proyecto”
-¿Cómo te recargas en épocas de estrés?
-Me sienta muy bien el ejercicio, bailar, hacer yoga... Me carga las pilas quedar con amigas o un plan con Àlex, a solas o con nuestros hijos. Me encanta ir en el coche con mi hijo mayor y que él elija la música. Tiene un gusto musical brutal, y eso hoy en día no es fácil.