Tras homenajear al diseñador Elio Berhanyer guardando un minuto de silencio por su reciente fallecimiento, Ágatha Ruiz de la Prada ha querido recuperar la alegría en una pasarela donde el color no solo es su máxima expresión sino que, en esta edición de Fashion Week Madrid otoño-invierno 2019-2020, se acompaña de un énfasis por acabados y tejidos brillantes, entre los que incluye el típico espumillón u oropel navideño. "El brillo será el gran protagonista", precisa la creadora. Deslumbrantes propuestas con guiños a estéticas pop, circenses o transgresoras como el glam-rock.
Los dibujos de rayos y explosiones inspiradas en los cómics se acompañan sus icónicos motivos de nubes, corazones y estrellas, así como de huevos fritos. Y como en una clase magistral de geometría, Ágatha apuesta por distintas figuras como el rombo, rectángulo o cuadrado para crear un puzzle cromático de contrastes con los que realzar aún más el impacto visual de sus prendas. Tampoco falta la pirámide, dispuesta en vestidos de línea trapecio como si se tratara de carpas de circo o megáfonos, o la circunferencia, que se recrea en tops que ocultan los brazos de las modelos. Como prendas, además de su imaginario de formas imposibles, inspiración en el mundo del deporte con sudaderas-vestido con capuchas, chandals estampados y en la sastrería clásica, pero sin dejar de agathizarla con un mix de tonalidades enfrentadas.
Al final, la alegría que quería transmitir con este desfile se culmina con una gran fiesta. Bajo los acordes del tema Dime que me quieres de Tequila, grupo de los ochenta que ha retornado a los escenarios en 2018, la diseñadora y su hija, Cósima, salieron a bailar (y saludar) junto a todas las modelos e incitando al público presente a que se uniera a su fiesta.