El prestigioso torneo de tenis de Wimbledon es uno de los más protocolarios dentro del circuito de la ATP. Disputado en Londres entre los meses de junio y julio, una de sus normas más populares tiene que ver con la vestimenta de sus participantes, que deben vestir de blanco riguroso. Algo que parece que también quiere comenzar a aplicar Roland Garros a juzgar por las últimas declaraciones de Bernard Giudicelli, presidente de la Federación Francesa de Tenis y que tienen como objeto nada menos que a Serena Williams. Más en concreto, el look con el que la norteamericana sorprendió en su regreso a las pistas tras su maternidad, un traje de compresión negro muy alejado de los tradicionales atuendos cortos de las tenistas y con el que se sentía como toda una "superheroína".
"Creo que a veces hemos llegado muy lejos. El conjunto de Serena de este año, por ejemplo, no será aceptado más. Hace falta respetar el juego y el lugar", apuntaba el directivo francés en el número de septiembre de la revista Tennis Magazine. Unas contundentes palabras con las que dejaba muy claro que el mencionado traje de una pieza no tendrá cabida en las próximas ediciones de la competición gala.
No obstante, más allá de cuestiones estéticas, la controvertida prenda creada por Nike tenía una importante función fisiológica: la de ayudar a mejorar la circulación del flujo sanguíneo yevitar la aparición de coágulos. La campeona de 23 'Grand Slams' se convirtió en mamá por primera vez de una niña llamada Olympia en septiembre del pasado año. Un acontecimiento que la ha llenado de felicidad, pero por el que también tuvo que hacer frente a un difícil embarazo y a un parto aún más complicado que a punto estuvo de costarle la vida.
Tal y como ella misma reveló, tuvo que serle aplicada una cesárea de urgencia tras sufrir una embolia pulmonar. Una dura situación que hizo que su recuperación la postrara hasta 6 semanas en cama, postergando todavía más su retorno profesional. "A todas las madres que han tenido un duro embarazo y que han tenido que regresar y estar al 100% en medio de la tormenta, pero tienen la confianza de volver a ser ellas mismas. Eso es lo que representa mi atuendo", explicaba a los medios en su partido de debut en Roland Garros el pasado mayo. Un poderoso motivo que se le escapa a Giudicelli en su polémica decisión.
Aun así, Serena no está sola. Además de contar con el apoyo de sus millones de seguidores, Nike, firma deportiva de la que es imagen desde hace años, también ha salido en su defensa. "Puedes quitarle el traje al superhéroe, pero nunca podrás quitarle sus superpoderes", escribían desde la marca recientemente en sus cuentas de Twitter e Instagram junto a una imagen de luciendo el imponente 'outfit'.
A sus 37 años, la estadounidense intenta compaginar su faceta como madre con la de deportista de élite. Algo que no le está resultando muy fácil según revelaba hace unas semanas en sus redes sociales. Al igual que otras muchas mujeres, sufre depresión postparto y a veces se siente 'mala madre' por no estar con su hija tanto como a le gustaría. "Ya sea en casa o trabajando, encontrar ese equilibrio con los niños es un verdadero arte", confesaba en su post.