Bajo el título Cuerpos celestes: la moda y la imaginación católica el Museo Metropolitano de Nueva York está ultimando los detalles de la gala que, como cada primer lunes de mayo desde 1948, reúne a los rostros más populares del momento en torno a una de las grandes fiestas de la moda.
Evento Benéfico
Aunque el fin pasa desapercibido entre los extravagantes y originales modelitos con los que los invitados llegan a la alfombra roja del acto, la gala MET tiene como objetivo recaudar fondos para 'The Costume Institute', -ahora llamado Anna Wintour Institute. El dinero conseguido durante la fiesta constituye todo el presupuesto anual del Instituto del Vestido y la colecta económica supera los cinco millones de euros desde hace varios años, llegando a alcanzar los 12 millones de dólares en su última edición. Con una entrada que roza los 25 mil euros, el elevadísimo precio que hay que pagar para formar parte de la alfombra roja más esperada del año no supone un problema para rostros como Rihanna, Blake Lively y Ryan Reynolds, Beyoncé o Katy Perry, que son algunas de las celebridades que no suelen faltar a la cita.
El papel de Anna Wintour
Desde 1995 la directora de Vogue es la cabeza visible de la dirección de la gala. Su implicación llega hasta tal punto que el evento ha recibido el sobrenombre coloquial de "la fiesta de Anna". La rigidez que ha hecho famosa a la editora de moda en su puesto de trabajo principal ha inundado también su papel como directiva de la MET, habiéndose hecho público que solo puede acudir a la gala quien Wintour así lo decide, llegando a negar la entrada a la modelo Coco Rocha en la edición de 2017 por motivos que nadie llegó a explicar a la maniquí. Sin haber hecho declaraciones respecto a dicho veto, la anfitriona de la gala confesó en una entrevista concedida a James Corden el pasado octubre que a la única persona que no invitaría jamás a la fiesta sería a Donald Trump.
Una temática por año
Cada edición de la MET Gala tiene un tema concreto sobre el que debe girar el vestuario de los asistentes. Homenajes a diseñadores o exclusivas firma, la historia de la moda, superhéroes, la cultura china o la corriente punk son solamente algunas de las temáticas que han condicionado los espectaculares looks de los participantes. El hecho de que este año sea la religión católica el hilo conductor del evento ha sido ya motivo de polémica en Estados Unidos, a pesar de que el Vaticano ha cedido temporalmente y con motivo de la fiesta una colección de cerca de 50 prendas que habitualmente permanecen en la Santa Sede.
Invitadas célebres
En la gala de 1979 Jacqueline Kennedy acudió a la fiesta, que aquel año tenía como tema diseños inspirados en el ballet ruso. Casi 20 años después, en 1996, fue Diana de Gales quien sorprendió al mundo pisando la alfombra roja del evento. Tres meses después de anunciar su divorcio del Príncipe Carlos y vestida con el primer diseño que John Galliano hizo para Dior, Lady Di confirmó que su idilio con el mundo de la moda no era algo puntual.
El baño de la MET
"Lo que pasa en la gala Met se queda en la gala MET" es una de las premisas con las que Anna Wintour animaba a sus invitados a no hacer uso de las redes sociales durante el evento. Y, si bien de cara a los espacios compartidos de la fiesta lo que allí ocurre es algo que no ha trascendido, hace un año que los cuartos de baño del Metropolitan Museum de Nueva York han cobrado una relevancia especial.
Fue Kylie Jenner, la pequeña de las Kardashian, la osada invitada que se atrevió a compartir una imagen en el espejo del baño de la gala del año pasado. Un desafiante gesto que solo en número de 'likes' y repercusión mediática hizo que mereciese la pena la posible regañina por parte de Wintour. A raíz de la fotografía publicada por Kylie las redes se llenaron de diferentes instantáneas en las que las celebridades aparecían de lo más relajadas, fumando, descalzos o sentados en el suelo de los aseos del museo.
Las imágenes de la 'trastienda' de la fiesta dieron la vuelta al mundo, llegando a inspirar una exposición que actualmente se puede visitar en el museo THNK1994 de Brooklyn y que lleva por título Celebrities fumando en el baño de la gala del MET.