El cuerpo de la mujer otra vez a debate. Si ser modelo es complicado, ser un ángel de Victoria's Secret resulta ser una meta prácticamente inalcanzable. Son pocas las privilegiadas que consiguen cumplir las estrictas medidas exigidas para colgarse las alas de la famosa marca de lencería, convertirse así en una de las mujeres más deseadas del planeta y formar parte de uno de los desfiles más esperados del año. Una de ellas es Bridget Malcolm, una top australiana que acaba de confesar el precio que ha tenido que pagar por representar a la 'angelical' firma, y que culpa a la industria del modelaje de su mala relación con el cuerpo y la comida.
La estrella de la pasarela, que ha trabajado con importantes firmas como Ralph Lauren, Hugo Boss, Tommy Hilfiger, Burberry o H&M, ha decidido dar un paso al frente y contar la amarga experiencia que ha vivido dentro del mundo de la moda. Tras 12 años de carrera, lo ha hecho en su blog personal, con la publicación de un 'post' en el que explica que ha decidido hacer las paces con su cuerpo.
"Tiré mi báscula, mi cinta métrica y dejé de revisar mi cuerpo. Tiré toda mi ropa pequeña. Eliminé todos los 'selfies' de gimnasio de mi Instagram y todas las fotos de mis progresos del teléfono. Básicamente, no quería ninguna referencia de mi versión más delgada o más gorda. Solo quería dejar de mirarme en el espejo y decirme que estaba demasiado gorda y que no hacía lo suficiente", comienza la modelo, que asegura que es "fácil de decir, pero increíblemente difícil de hacer".
"Comencé a relajarme y a comer bien, saludablemente. Ya no omito comidas. Dejé de intentar estar a dieta y dejé de distinguir entre alimentos "malos" y "buenos". Dejé de permitir que existiera la culpa y los entrenamientos duros por completo. Iba a darle a mi cerebro y mi cuerpo la oportunidad de actuar al mismo tiempo por una vez", prosigue. "Nunca me di cuenta de cuánto tiempo y energía gastaba en hacer dieta. Ahora soy mucho más libre y es una sensación fantástica. Desearía haberlo descubierto antes, pero mejor tarde que nunca", continúa la australiana, que finaliza su alegato con un importante mensaje: "He ganado peso y me importa una mierda. Mi vida es mucho más que mi talla de vaqueros. Y todos los días, cuando esa voz en mi cabeza intenta decirme que no valgo nada, es más fácil no escucharla. Me estoy liberando lentamente".
No obstante, no es la primera vez que el nombre de Bridget Malcolm ocupa titulares por cuestiones relacionadas con su figura. En noviembre de 2015, la australiana, que entonces tenía 23 años, se convirtió en el centro de la polémica después de publicar una fotografía de su cuerpo en Instagram. En la controvertida imagen, Malcolm posaba con un conjunto amarillo de ropa interior, con el que dejaba a la vista su extremada delgadez.
Los comentarios no se hicieron esperar y fueron muchos los usuarios que insinuaron que la top padecía algún trastorno alimentario. Una dura acusación que Bridget no dejó pasar por alto y respondió con la publicación de otra fotografía en la que aparece con un ‘outfit’ deportivo, acompañada de un mensaje: "¿Podemos PARAR las críticas a la delgadez, por favor? Estoy extremadamente en forma y sana y no soy, ni remotamente, anoréxica. He trabajado muy duro para tener este aspecto y estoy orgullosa de mi cuerpo", sentenció la joven modelo que ahora disfruta de una nueva vida.