Poco a poco, Rihanna sigue demostrando que es todo un icono de moda con un estilo propio aplastante y una personalidad arrolladora, y sino basta con ver sus últimos looks. Ecléctica donde las hayas, la cantante se mantiene fiel a una tendencia y a una prenda que ha logrado fusionar a la perfección. Por una parte, es la mejor abanderada de la estética oversize. La barbadense se deja llevar en prácticamente todas sus apariciones públicas por prendas de largos generosos, siluetas muy holgadas y, a poder ser, hombros descubiertos. Lo cierto es que la amplitud de muchas de sus camisas y chaquetas no tienen medida, envolviendo su silueta al completo. Por otro lado, tiene una prenda de abrigo fetiche desde hace varios años: el batín. Lo cierto es que no se trata de la prenda más sencilla de todas, teniendo en cuenta que bebe de la tendencia lencera y que puede parecer que has pisado la calle en bata de casa, sin embargo Riri está dispuesta a convertirla en el súmmum de lo más cool.
Recientemente pudimos verla a la salida de un restaurante en Londres luciendo, como no, sus dos fetiche. Además, para rizar más el rizo, decidió apostar por una prenda salida del armario masculino, concretamente de la colección Menswear de Alexander McQueen. La cantante lucía un batín negro convertido en vestido de forma magistral y sumado a unas medias negras, unos zapatos con cordones al tobillo, de Manolo Blahnik y un bolsito, de Azzedine Alaïa. Si en París eran Kaia Gerber y Bella Hadid las que transformaban dos abrigos en el mejor de los vestidos, ahora es la barbadense la que se anota un tanto con el que será el gesto más trendy del año.
El legado de teatralidad y audacia de Alexander McQueen se recuperan con estos abrigos de estilo batín en seda y mezcla de algodón de color negro, con solapa redonda, cinturón, manga larga y acabado de diamante acolchado. Rihanna tiene todo un abanico de modelos entre los que elegir dentro de la colección otoñal de la firma, ¿la veremos con algún otro?