Ad Libitum, de esta expresión latina proviene precisamente Adlib, esa palabra que tan bien describe la moda ibicenca y cuyo significado literal es “con libertad”. Con ella se hacía referencia a la actitud desenfadada y el espíritu libre que caracterizaba a los habitantes de la isla, el mismo que posteriormente se trasladaría a todas sus prendas de vestir, creando un estilo y una moda con sello propio. De hecho, el origen de la moda adlib se remonta a la década de los 70’s, con la llegada a Ibiza del movimiento hippy y de la relaciones públicas de ascendencia yugoslava Smilja Mihailovich, una mujer que, pese a no ser ibicenca, vivió coronada como la “Princesa” de las Pitiusas desde que descubrió su estilo de vida y tendencias, acuñando la moda propia de la isla. Y lo cierto es que no es de extrañar que el mundo pusiese sus ojos en todos esos diseños de color blanco, elaborados con tejidos naturales, trabajados artesanalmente y ornamentados con preciosos bordados y encajes.
Casi sin saberlo, la moda ibicenca se posicionaba como la alternativa perfecta a la rigurosidad y la seriedad de las tendencias imperantes en el día a día. Como bien lo describen en Adlib Ibiza, “Un espíritu que enamoró a miles de jóvenes que combatieron con aires nuevos, frescos y personales a los diseñadores tradicionales y sobrios que ponderaban”. Su presencia emana una frescura y una originalidad que más de 40 años después se mantiene intacta, fusionando la delicadeza de los materiales naturalmente toscos trabajados artesanalmente —que caracterizaban a los trajes ibicencos tradicionales—, con el estilo hippy y su respeto hacia las formas naturales del cuerpo, la comodidad y la luminosidad de las prendas.
Su influencia ha sido tal, que en 1971 nacía la I Semana de la Moda de Ibiza abanderando un concepto que 46 años después sigue de actualidad, basado en la idea: “viste como quieras, pero con gusto”. Desde ese momento no existe verano en el que todas queramos aferrarnos a sus prendas etéreas, plagadas de volantes, aplicaciones de ganchillo, bordados y encajes. De hecho, su poder y magnetismo es tal que incluso han entrado por la puerta grande en el ámbito nupcial. Así, cada vez son más las novias que optan por casarse a pie de playa con un vestido de novia propio de la moda adlib; o que, aunque no den el “sí, quiero” sobre la arena, se rindan a un original diseño de estas características. Entre las últimas novias que se han casado con un vestido puramente ibicenco, se encuentra la modelo Malena Costa —con diseño de Charo Ruiz—. Si os interesa conocer otras firmas de prendas puramente ibicencas, podréis encontrar a Isabel Castellar, Ibimoda o Jannine Helbling, entre muchas otras.
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