Aunque el buen tiempo ha acompañado esta Semana Santa, el primer fin de semana de Coachella ha conseguido que deseemos aún más si cabe sacar del armario los vestidos de verano. El festival californiano se convierte cada año en el escaparate perfecto de prendas estivales de inspiración boho-chic con el plus, de que las lucen las modelos, artistas y cantantes mejor cotizadas del panorama internacional.
Las tendencias que hemos conocido a lo largo del año se mezclan en un festival en el que la moda se ha vuelto casi más importante que la propia música. Aunque seguramente el look que Selena Gomez escogió para acudir a Palm Springs te sepa a poco después de haber visto el derroche de estilo de Alessandra Ambrosio, Romee Strijd o Jasmine Tookes, lo que verdaderamente nos ha llamado la atención de su outfit festivalero, no ha sido tanto su capacidad para combinar prendas básicas como los mom jeans, la sobrecamisa blanca y las sneakers que llevó, sino más bien un top negro con abertura en la parte baja del escote.
La nueva generación de lencería ha permitido que los códigos a la hora de lucir ropa interior cambien de manera drástica. Desde la superposición de prendas a los looks más atrevidos como el de Selena, los nuevos diseños están pensados para ser mostrados. No obstante, lo que en un principio parece un simple bralette, en realidad es la parte superior de un bikini de la firma Tavik.
Mentiríamos si dijéramos que el outfit de Selena Gomez es trasgresor y fiel a la estética del festival californiano. De hecho, este combo de prendas hemos podido verlo en numerosas ocasiones. Sin embargo, el hecho de que la cantante haya decidido dejar de lado la ropa interior para ponerse un bikini ha creado un enorme revuelo en las redes sociales.
Con un precio que ronda los 70 euros, Selena Gomez ha conseguido convertirse en el centro de todas las miradas en Coachella. Ni siquiera la presencia de Abel Tesfaye (The Weeknd), que estuvo junto a ella en todo momento, consiguió que el look de la artista pasara desapercibido. Por otra parte, la braguita alta de su bikini saliendo por encima de sus pantalones vaqueros, terminó de poner la guinda a su look.
El top, forma parte de la nueva colección de la firma californiana. Y aunque su precio pueda resultar desorbitado para algunos bolsillos, en distintos portales de Internet, hemos encontrado esta versión de la firma que, no solo ha bajado su precio de 87 a 61 euros, sino que además, lleva cosido en la parte baja un pequeño ribete de puntilla que le confiere un toque muy romántico y naif al bañador. Una mezcla de factores que lo están convirtiendo en una prenda a punto de agotarse.