Catherine Deneuve y Laetitia Casta salieron a la pasarela junto al modisto. Tanto ellas como todas las modelos vestían de esmoquin, la prenda estrella de Yves Saint Laurent. Pinche sobre la imagen para ver más fotos.
Claudia Schiffer, ya retirada de las pasarelas, no quiso perderse este adiós y desfiló para el gran maestro.
Claudia Schiffer, Carla Bruni, Naomi Campbell, Laetitia Casta, Nieves Álvarez, Jerry Hall, Eva Herzigova, Carmen Kass, Caroline Ribeiro, Karolina Kurkova... Las mejores modelos de la historia, algunas ya retiradas y otras en el mejor momento de su carrera, quisieron estar presentes en el adiós de uno de los modistos que ha escrito inolvidables páginas de la historia de la moda.
Un emocionado Yves Saint Laurent salió a saludar al final del desfile de la mano de dos de sus musas: la actriz Catherine Deneuve y la joven Laetitia Casta, que entonaron una canción en su honor. Tras ellos, todas las modelos, vestidas de esmoquin, aplaudían a rabiar al gran mestro.
El escenario escogido, el Museo Pompidou de París, se llenó de glamour y nostalgia. Más que un desfile, la presentación fue una suerte de autohomenaje del propio diseñador a sus 40 años dedicado a crear para la mujer, a embellecerla y a renovar su guardarropa.
En la pasarela se mostraron sus inolvidables vestidos de estampado Mondrian o Picasso, su trajes bicolor, sus primeras saharianas, sus elegantes vestidos de noche... Fueron más de 300 salidas que resumían un carrera brillante.
La despedida de Yves Saint Laurent ha sido tratada estos días en Francia casi como un asunto de estado, en un país en el que la moda es considerada una de las Bellas Artes. Prueba de ello es que en el desfile estuvieron presentes más de 2.000 invitados, entre los que se encontraban Lauren Bacall, Jack Lang, Bernadette Chirac, esposa del ex presidente de la república, Madame Pompidou, la actriz Jeanne Moreau, y los modistos Óscar de la Renta, Diane von Furstenberg, Gaultier, Lagerlferd, Lacroix y un sinfin de personalidades de la alta sociedad parisina.
La velada no pudo resultar más emotiva y espectacular: moda e historia se aliaron una vez más.