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El último desfile de Yves Saint Laurent, su despedida de la costura, despertará gran interés. Pinche sobre la foto para ver más imágenes.
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Versace también desfila estos días.
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Las modelos son sometidas a estrictos castings para desfilar.
Hay quien sostiene que con la retirada definitiva de Yves Saint Laurent, el mundo no sólo dice adiós a un genio de la aguja que renovó el guardarropa de la mujer, sino que también se despide de toda una época que nunca volverá, la de los grandes couturiers, el cuerpo y alma de la alta costura, un arte al que esas mismas voces auguran su inminente final.
Por una parte, podrían no andar faltos de razón, puesto que cada vez quedan menos modistos de los de antes, amantes de una moda tranquila, sólida y elegante, y capaces de dibujar, cortar y coser un vestido ellos solos; pero una cosa es cierta la Alta Costura sigue viva aunque sólo haya en el mundo 300 mujeres dispuestas a pagar varios miles de euros por un vestido que quizás alcancen a ponerse sólo una vez.
La razón para que perviva es muy sencilla: con la pasarela de Alta Costura, que se celebra dos veces al año en París, las casas de moda tienen el mejor escaparate posible, mil veces más efectivo que cualquier campaña de publicidad, por cara y espectacular que sea. Gracias a la magia de esos desfiles, que convierten a París en la capital del glamour y del estilo, las marcas mantienen su nombre en primera línea; todo un negocio que además es bello como pocos espectáculos.
Todo está ya listo para que comience la pasarela de Alta Costura Primavera-Verano 2002; las modelos ya han pasado por estrictísimos castings y los modistos ordenan dar las últimas puntadas a sus obras de arte hechas vestido. Aunque este año Yves Saint Laurent haya decidido decir adiós, el público aún vibrará con la elegancia de Balmain, del gran Valentino, con la sensualidad de Ungaro, con la originalidad de Jean Paul Gaultier y las locuras de John Galliano para Dior... Y con muchos otros nombres, herederos de la gran moda, que la modernizan con sus propuestas.
Estos días, hasta el miércoles 23 de enero, mostrarán sus creaciones los 13 miembros de la Chambre Sindicale de Francia, que acreditan las estrictas condiciones exigidas para formar parte de la élite del diseño de moda. Entre estos 13 couturiers se hallan las casas Dior, Chanel, Givenchy, etc. Además de este grupo, Valentino y Versace también tienen derecho a desfilar oficialmente bajo la categoría de miembros corresponsales. Y ya, sin ningún apoyo institucional del gobierno francés, otras 20 firmas menos conocidas llevan a la pasarela sus creaciones.
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