Una mascota muy fácil, divertida y equilibrada
La razón fundamental por la que estos animales se están empezando a popularizar como mascotas es que son muy amigables, bastante divertidos y se llevan muy bien con las personas. Además, no constan como especie invasora en el catálogo del Gobierno, aunque en el 2016 se estudió su posible inclusión, el Ministerio de Agricultura determinó que no eran peligrosos para el medio ambiente y que, por tanto, su posesión no se prohibiría en España. Además, su mantenimiento es bastante fácil, el trabajo que requiere es similar al de un hámster: limpiar su jaula, mantener su alimentación equilibrada y jugar con él todos los días fuera de la jaula para que su vida no carezca de ejercicio y emociones. Para muchos es una mascota aún más interesante que los conejos, porque su actitud es menos huidiza, se relaciona sin tanto miedo o precaución como los hámsters, pero sin ser temerarios, como los hurones. Aun así, es un animal que debe coger confianza y eso lo hará de forma gradual, durante el primer año de vida en casa podrá mostrarse desconfiado.
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No está emparentado con las ardillas sino con los koalas
A simple vista es muy común que le colguemos la etiqueta de “roedor” a todo animal con dientes pronunciados que guste de frutos secos y que viva en un árbol. Cierto es que las ardillas, los ratones y los hámsters son roedores. Pero en el caso del petauro del azúcar nos estaríamos equivocando, como también fallaríamos si metiéramos en este saco a los conejos. El petauro, sin embargo, se denomina como roedor de forma coloquial porque es verdad que se trata de un pequeño mamífero con hábitos similares, sería por tanto el tomate en la cesta de las verduras, cuando el tomate verdaderamente es una fruta. Para ser exactos, se trata de un marsupial, de la familia de los canguros y los koalas, lo cual no es extraño pues su procedencia es Australia. Su hábitos son nocturnos, por lo que si tienes uno en casa sabrás que por la noche hace bastante ruido, no lo tengas cerca del dormitorio porque si no te costará conciliar el sueño.
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¿Pero qué es un marsupial?
Aunque solemos ver como una anécdota que los marsupiales dispongan de una bolsa para mantener a sus crías, esta es una forma de gestar verdaderamente sorprendente. Ocurre que el proceso de gestación en los petauros, koalas y canguros es extraordinariamente corto, y una vez que alumbran a la cría ésta todavía no ha madurado lo suficiente, por lo que la albergan en la bolsa marsupial hasta que esté lista para salir al mundo exterior. Sin embargo, esta bolsa se utiliza, principalmente por los canguros, durante la “infancia” de sus crías, para protegerlas y desplazarse con mayor comodidad. En el caso de los petauros del azúcar, esta cavidad no es tan grande como en los canguros, es una abertura en el abdomen que permite el acceso únicamente a una cría muy pequeña, donde sobrevivirá el tiempo justo y necesario.
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Su nombre dice mucho de ellos
Aunque el nombre científico es ‘Petaurus’, su denominación más popular es ‘planeador del azúcar’, y con esto se le está describiendo de arriba a abajo, porque lo cierto es que son mamíferos capaces de volar, o casi, pues planean gracias a los pliegues de la piel que tienen desde sus muñecas hasta los tobillos, lo que les facilita transportarse de un árbol a otro sin tener que bajar y tocar el suelo, para protegerse así de las amenazas de los depredadores. Además, originalmente se alimentan del néctar y la savia de los eucaliptos, árbol preferido también por los koalas y que ningún otro animal considera beneficioso para su dieta pues, para el resto de los mamíferos resulta venenoso. Sin embargo, el petauro o planeador del azúcar también puede alimentarse de otras plantas, frutas, insectos e incluso de otros animales, es omnívoro y no rechazará comer pájaros o pequeños roedores. Uno de los puntos negativos para tener un petauro en casa es que su dieta es exótica, y resulta más cara que la de otras mascotas, por ser tan específica. Si no se alimenta de derivados del eucalipto puede desarrollar olores corporales fuertes y algo desagradables.
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¿Puedo convivir con un petauro del azúcar en casa?
Si quieres abrir las puertas de tu casa a un planeador solo debes saber que no llevará bien verse a solas, sin un compañero de su misma especie. Son extraordinariamente sociables, tanto con los miembros de la familia como entre ellos, por esa razón si solo tienes uno puede que sus días sean demasiado tristes y vacíos, lo que incluso les puede llegar a enfermar y conducir a la muerte por aburrimiento. No es que mueran de pena, sino que la soledad les estresa, genera en ellos la necesidad de ejercitarse, buscar a otros congéneres, escapar y esto a la larga acaba con su salud. Por otro lado, debes saber que las uñas de estos animales están muy afiladas, porque están diseñadas para trepar sobre los árboles, por lo que será indispensable que acudas a un veterinario (exótico) para que se las lime, pues si no interactuar con tu petauro puede producirte cortes.
Una mascota que puede ir contigo a dónde quiera que vayas (en la casa)
Precisamente el petauro es un mamífero pequeño que disfruta extraordinariamente de tu compañía, que te reconocerá y que puede mantener una relación bastante concreta con todos los miembros del hogar, aunque no desde el primer día, pues necesitará un largo periodo de adaptación. A diferencia de los conejos o hámsters, en el petauro hay bastante más cercanía y ganas de interactuar. Por ese motivo, puedes estar con él en casa mientras trabajas, ves la tele, lees o descansas. A la primera de cambio tratará de subirse a una estantería, y puede que planee hacia otra. Cuidado con darle demasiada libertad, es prácticamente imposible que haga sus deposiciones en un lugar concreto, por lo que si le sacas de su jaula y convives con él, es probable que encuentres algunas sorpresas inesperadas en zonas de la casa con las que no contabas.
Son bastante longevos
Ya hemos dicho que un petauro no pertenece a la familia de los roedores, sin embargo al tener una morfología similar podemos vernos en la tentación de comparar su esperanza de vida. Mientras que un hámster vive entre 2 y 4 años, el petauro demuestra que se trata de otro tipo de especie al superar con creces esta marca y alcanzar entre los 8 y los 14 años. Lo que implica, además, una responsabilidad mayor para nosotros, pues el compromiso que adoptamos al darle cobijo debe mantenerse por más de una década.
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¿Cómo debe ser su jaula y dónde ponerla?
Como ocurriría con cualquier animal, cuanto más grande sea su jaula más calidad de vida gozará la mascota, porque así podrán ejercitarse y llevar una vida saludable. Los petauros necesitan más espacio en vertical que en horizontal, esto es muy importante porque les gusta trepar, y no tanto caminar. Y verás que no para quieto, les gusta mucho el movimiento, pero si los barrotes son verticales no lo tendrá fácil, necesita que sean horizontales para poder posar el pie y sostenerse en su ascenso. Dentro de la jaula necesitará una casita para anidar, y ten en cuenta que puedes dotar a su espacio de todo tipo de elementos ornamentales y de juego, como ramas, escaleras, cuerdas y demás apoyos que sirvan para su movimiento vertical. Como en otras mascotas, es primordial que la jaula no esté en una zona de corrientes, y que mantenga una temperatura entre 22ºC y 32ºC.
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Pequeñas manías
Si tienes un petauro del azúcar descubrirás que para ellos no hay un lugar más cómodo que el bolsillo de tus chaquetas, y más si son de lana. Son para ellos un recuerdo instintivo de la bolsa marsupial. Pero cuidado, si llevas a uno dentro no olvides que debes tenerlo en cuenta al sentarte. Si tienes la suerte de contar con un petauro desde que es una cría, cogerá confianza enseguida, resulta más difícil cuando el petauro ya es mayor, pues sus recelos pueden ser más prolongados. Por mucho que se sienta feliz en tu casa, debes tener mucho cuidado porque a la mínima pueden explorar demasiado y escaparse de casa. De día es bueno que la jaula esté en una zona donde puedan ver la actividad del hogar, les gusta observar. Y cuando les saques de la jaula no les pierdas de vista. Lo cual se hace más complejo si son dos, pero a la vez es casi indispensable que el petauro no esté solo.
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