Los perros no se diferencian demasiado a los humanos en cuanto a cómo utilizan su dentadura y las fases por las que esta pasa. En efecto, también los cachorros tienen dientes de leche que pierden al poco tiempo, cuando con apenas cinco y seis meses desarrollan con gran rapidez los dientes definitivos. Sus piezas dentales les acompañarán toda la vida, y se verán amenazadas por los golpes, los alimentos duros, el sarro, la placa y las caries.