Beagle
Es uno de los perros más inteligentes, y no en vano su sociabilidad con los humanos es fuera de serie. Además, es una raza favorita en casi todos los rankings, porque tiene un tamaño medio muy manejable, tanto para viajar como para pisos de tamaño medio. Y el color de su pelaje es especialmente bonito, en tonos blanco, marrón y café. Se considera un perro muy afectuoso y alegre, que disfruta exteriorizando su amor por ti y tu familia, y que no dudará en alertarnos con su ladrido si huele el más mínimo riesgo.
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Bichón maltés
Los bichones malteses son una de las razas pequeñas más cariñosas que podemos encontrar. Se suele decir que los perros pequeños son nerviosos y ladradores, sin embargo los malteses son unos peluches, siempre pendientes de ser abrazados y subirse al regazo de sus dueños. Por su gran deseo de permanecer en casa y en un entorno doméstico se les considera en ocasiones perros-gato, que apenas necesitan realizar ejercicio. Comúnmente ladran a los extraños sin dudarlo, y también a otros perros, pero con sus dueños son tan amorosos y entregados, que solo les falta despegar del suelo como si fueran un helicóptero de tanto que mueven la cola cuando se sienten feliz a tu lado.
Carlino o pug
Los pug o carlinos son una raza similar al bulldog, pero en su caso, gracias a su tamaño y dulzura, se ha considerado durante siglos como un perro digno de la realeza, que sirvía de fiel acompañante de los niños en sus juegos y que compartía la vida de los monarcas en los palacios y villas. Aunque su origen es chino y su procedencia se remonta al año 700 a.C., perteneció a las casas reales de europeas entre el siglo XVII y la actualidad. Son perros dulces, juguetones, enternecedores y amantes de su familia. Con una mirada lo dicen todo y son capaces de transmitir todo su cariño, fidelidad y entrega con poco que tu le des.
Cocker spaniel
Aunque este perro no es amigos de otros seres de su raza, ama a los humanos y en especial a la familia con la que convive. Se trata un perro con un olfato muy refinado, por encima de la media de los canes, que además disfruta ampliamente con el ejercicio físico. Fiel amigo para realizar paseos y juegos al aire libre. Se lleva bien con los niños, pero si son muy pequeños es precisa la supervisión de un adulto, porque su paciencia con ellos es limitada.
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Golden retriever
Estos perros son el símbolo del perro familiar por antonomasia. Son cariñosos, entregados y pacientes. De las razas grandes resulta de las más indicadas para estar con niños, pues consienten y aceptan casi todos los juegos, y demuestran un amor por todos los miembros de la familia que no tiene competencia. Será el primero en abalanzarse sobre ti cuando llegues a casa y quien te mire con los ojos tristes cuando te vea partir a trabajar.
Pastor alemán
Tal vez te sorprenda encontrar al pastor alemán en esta lista de los perros más amorosos, pero lo cierto es que tras ese porte tan apuesto se encuentra un corazón deseoso de serte fiel hasta el último minuto del día. Los pastores alemanes son perros cariñosos, entregados, juguetones, inteligentes y obedientes. Su corpulencia y tamaño necesita del suficiente espacio para que puedea moverse con soltura. Pero, más allá del ejercicio y de los juegos energéticos que realiza, en casa se comporta como un pedacito de pan deseando ser achuchado.
Setter irlandés
Aunque sus orígenes están en la caza, se trata de un perro que ha ido adquiriendo dotes sociales cada vez más domésticas, hasta convertirse en una raza muy cariñosa y predispuesta a seguir una vida doméstica y familiar. Eso no quita que aprecie enormemente que le saques a dar largos paseos, y que juegues con él con los ejercicios más energéticos que puedas imaginar. Es un perro muy fuerte, pero también cuidadoso con la familia y cariñoso, aprecia los mimos y sabe cómo coresponderlos.
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Yorkshire terrier
Esta es una raza que en el exterior y con los desconocidos se muestra nerviosa y desprendida, disimulando lo inmensamente felices que son en casa al calor de su familia. Los yorkshire terrier son perros que pretenden imitar todos los actos de sus dueño, y acompañarlos por toda la casa, como si la vida fuera un trabajo de equipo: dormir donde duermes, ver la tele contigo y mirarte fijamente cuando lloras, tratando de darte cariño y asintiendo con la cabecita para alegrarte.
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