Pensamos que cualquier raza de perro pequeño, por tener un tamaño más manejable, es la perfecta para un hogar con niños. Sin embargo, estamos equivocados. Si bien es cierto que a menor tamaño y peso, menos posiblidad de que haya un problema, hay algunas razas 'mini' o 'toy' para las que, a priori, convivir con un pequeño ser que grita, patalea, le estira de las orejas, lo achucha constantantemente, etc., puede suponerle una auténtica tortura.
Por ello, cuando vayamos a adoptar a nuestro compañero peludo, lo primero que debemos hacer es informarnos bien. Ya sea pidiendo consejo a los responsables de la protectora o refugio al que acudamos, o solicitando información sobre la raza en un veterinario. Si además tiene conocimientos de etología, mucho mejor.
Según afirma la veterinaria Sonia Sáez, de Purina España, "en general, los perros pequeños suelen ser más asustadizos y eso es debido a que por su tamaño todo se magnifica y se sienten más desprotegidos, pero algunos perros medianos o grandes pueden llegar a tener más miedo que los pequeños". Y recuerda que "la causa raíz de las muestras de agresividad en perros es casi siempre el miedo a lo desconocido, lo que podría evitarse con una correcta socialización y educación".
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Un vínculo sano
"Para una correcta socialización, el perro debe exponerse a todo tipo de estímulos mientras es cachorro, incluyendo a niños, que suelen ser más movidos que las personas adultas, con un tono de voz más agudo y realizan movimientos bruscos que pueden asustar a un perro que no esté acostumbrado", indica la veterinaria. Los primeros meses de vida del perro son cruciales para poder disfrutar tranquilamente en familia de la compañía de nuestros peludos.
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Y si llega un bebé a la familia...
"Se debe exponer al perro poco a poco, dejándolo ver y oler varias veces al día y siempre relacionándolo con un refuerzo positivo, es decir, con snacks a modo de premio para que relacione que estar tranquilo junto al bebé es algo bueno", explica.
También debemos recordar que, aunque haya un miembro más en la familia, el perro continuará teniendo necesidades básicas, como paseos, juegos y mimos. "Estas actividades, que tanto gustan a nuestros peludos, se pueden realizar con el bebé, y así el perro asociará que con el peque de la casa se hacen las cosas más divertidas", concluye la experta veterinaria Sonia Sáez.
En la imagen, un ejemplar de Pequeño ruso.