Actitudes que deberíamos aprender de nuestras mascotas
En ocasiones se comportan de forma que parecen humanos, pero tal vez seamos nosotros quienes deberíamos aprender de los perros y gatos, y ser como ellos incorporando algunas de sus cualidades.
Fidelidad
Uno de los rasgos que más valoramos en nuestros perros y gatos es el amor incondicional que saben demostrar por nosotros. Una vez que identifican, desde cachorros, cuál es la configuración de la familia, saben perfectamente quiénes somos y qué lugar ocupamos en la casa. Saben diferenciar entre los padres y los hijos, y utilizan esa percepción para buscar su propio hueco en el grupo. Cuando uno de los familiares no está en casa, la mascota lo sabe, le busca y le espera, y cuando llega es el primero en demostrar su alegría.
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Vigilan nuestro estado de ánimo
Tanto los perros como los gatos observan nuestro comportamiento y vigilan nuestro estado anímico. Es común que cuando estamos tristes las mascotas buscan la manera de hacerse más presentes, para que interactuemos con ellas y nos alegremos. Esta es una cualidad maravillosa que nos devuelve todo el esfuerzo y la preocupación que a veces tenemos sobre ellos, para que se alimenten bien y disfruten de su tiempo. Cuando nuestras mascotas quieren ser partícipes de nuestro tiempo, buscan los indicadores que les avisan de que necesitamos un aporte de cariño o, si estamos contentos, corren a disfrutar de ese momento con nosotros, para festejar nuestras alegrías como un amigo más.
Jamás demuestran rencor
Desde un punto de vista empírico, no se puede decir a ciencia cierta de que los animales tengan sentimientos equiparables a los humanos, sino sensaciones asociadas a situaciones. Por eso, y por su propia naturaleza, un animal nunca demostrará rencor. Y, en especial, las mascotas, jamás podrían hacerlo. Los gatos y los perros pueden demostrar ciertas estrategias para conseguir aquello que desean, pero jamás se comportarán con rencor o con ninguna otra actitud negativa humana. Las mascotas son cristalinas.
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El hogar está allí donde estés tú
Tu mascota abandonaría cualquier comodidad o cualquier capricho por lo realmente importante, estar contigo. Su sensación de felicidad es plena tan solo dormitando a tu lado y sintiendo que camina en tu dirección. Aprecia su placidez y alegría cuando está contigo, puede ser en casa, o en cualquier otro lugar remoto. Cuando tú no estás, y pese a que considere tu casa la suya propia, siente que le falta algo, el hogar está incompleto hasta que tú no entras en él.
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Siempre te protegerá
Por su naturaleza, esta es una característica más bien de los perros, aunque algunos gatos también demuestran una actitud en guardia ante posibles agresiones o conflictos. Los perros guardan siempre una parte importante de su acción en mantenerse alerta ante posibles amenazas, especialmente las que pudieran caer sobre ti. Si alguien pretende hacerte daño o atentar sobre el hogar, el perro lo protegerá como si fuera suyo, con toda su energía y tesón, sin importarle las consecuencias.
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Siempre está dispuesto a jugar
Las mascotas saben cómo pasarlo bien y, aunque parezca increíble, en ocasiones tienen más claro que tú cuáles son las cosas importantes de la vida, y te enseñan a valorarlas. Solo tienes que observar. Siempre que quieras jugar con ellos, estarán a tu lado y acogerán de buen grado los juegos, las carantoñas y las caricias. Y es recíproco, te demostrarán su amor jugando contigo, haciéndote que dejes lo que estés haciendo, eso tan aburrido que solo entiendes tú, y que vayas con ellos a pasarlo bien. ¿Acaso no vivimos para esto?
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No les importa tu aspecto
Es cierto que los perros y los gatos no se asustan con facilidad de nada, pero precisamente, son seres vivos que caminan y se relacionan contigo, y con los que no tienes porqué guardar las apariencias. Puedes caminar desnuda a su lado, puedes llevar los pelos encrespados, o puedes llevar unas ojeras de campeonato, ellos siempre te verán como eres: lo más importante de sus vidas.