Cualquier raza de perro puede convivir con un gato, siempre y cuando se le acostumbre desde cachorro. Por tanto, mestizos, mastines, pitbull, dogos... todos ellos pueden compartir espacio con otros peludos sin ocasionar ningún problema.
Si no les has acostumbrado desde pequeños, la socialización será más lenta, pero no imposible y, en estos casos, conviene recurrir a la ayuda de un buen profesional en conducta canina. "La conducta social es extremadamente adaptable, aunque, probablemente, sí requerirá un proceso de adaptación más lento. El truco está en que se respete su periodo de adaptación, si no han convivido desde cachorros", indica Gema López Aguado, veterinaria de la clínica Kivet Sant Pere de Ribes en Barcelona, centro colaborador de Kiwoko.
Por otro lado, hay razas más fáciles de adiestrar, por su docilidad y su buen comportamiento. Por ello, si tienes un gato y estás deseando adoptar un perro, toma nota de las siguientes, puesto que sus ejemplares pueden hacerte más fácil el trabajo de aclimatación entre las dos especies.
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