Pero como lobos hay varios candidatos, tamibén encontramos al Wolfdog checoslovaco, que procede de un cruce entre un pastor alemán y lobas de los Cárpatos. Esta raza surgió en los años 50 y poco a poco fue perfeccionándose dándole la mayor prioridad a las camadas que más rasgos de lobo mantenían. Así, en nuestros días esta raza ha llegado a convivir con humanos, pese a que necesita de un entorno que facilite su socialización, pues de por sí se mantiene tímido, desconfiado, y puede mostrarse violento en situaciones sin posible previsión.