A partir de ahora veremos cómo poco a poco el verano va quedando atrás. Esto implica una bajada de las temperaturas y menos horas de luz al día. Esto cambios afectan al organismo de nuestro perro, que tendrá que prepararse para el cambio de ciclo. Es cierto que para ellos, como animales domésticos, los cambios no son muy bruscos, ya que la mayoría vive en pisos acondicionados con calefacción, luz artificial y todo tipo de comodidades. Pero es conveniente estar atentos a lo que supone para ellos una nueva estación y así cuidarles como se merecen.