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Hernia de disco en perros: síntomas y tratamiento

Las hernias tratadas convenientemente permiten, en un elevado porcentaje, una calidad de vida máxima que puede ser del 100% con respecto a la situación clínica del animal antes de sufrir esta lesión. La rapidez en el diagnóstico e instauración del tratamiento adecuado (médico o quirúrgico) son esenciales


Actualizado 22 de enero de 2024 - 14:28 CET

Al igual que los humanos, los perros también pueden sufrir hernias de disco, trastornos que pueden ocasionar dolor e, incluso, la parálisis de las patas. Es más habitual que las razas pequeñas y las de columna larga la sufran, pero cualquiera puede padecerla. El pronóstico suele ser favorable después del tratamiento que el veterinario estime conveniente y siempre que se trate de manera precoz. El veterinario José Gómez, head of Medical Service Iberia de AniCura, te explica todo lo que necesitas saber sobre este problema de salud y cuáles son las señales para que puedas sospecharlo y llevar a tu mascota al veterinario.

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¿Por qué se producen las hernias discales en los perros?

Al igual que ocurre en medicina humana, las lesiones de la columna vertebral son frecuentes en perros y tienen diferentes causas. En primer lugar, es importante recordar en qué consisten estas lesiones.

La columna vertebral está formada por una serie de huesos alineados para permitir la movilidad y flexibilidad del cuerpo, así como proteger la médula espinal. Estas son las vértebras. Para evitar el choque entre ellas se disponen entre ellas unos cojinetes, denominados discos intervertebrales, que tienen un anillo externo fibroso (que le da consistencia) y una parte interna pulposa (que proporciona elasticidad). De esta manera, los discos intervertebrales son capaces de absorber las tensiones continuas sobre la columna vertebral que se producen con el movimiento. Cuando el disco intervertebral sufre una tensión excesiva o va degenerando debido a la edad y no es capaz de mantenerse en su posición, se produce una salida de este (protrusión) o de la parte pulposa por rotura del anillo fibroso (extrusión), invadiendo el canal donde se aloja la médula espinal. Esto es una hernia de disco.

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Factores de riesgo para sufrir una hernia de disco

La conformación corporal del perro, la edad, el sobrepeso y los traumatismos son las principales causas.

  • Razas. Las razas condrodistróficas (longilíneas y de patas cortas) como pueden ser los teckel, cocker, pekinés o bulldog francés son las más afectadas por la enfermedad del disco intervertebral, especialmente a nivel lumbar. Pero todos los perros son susceptibles. Así, razas gran tamaño, como pueden ser el pastor Alemán, Boxer o labrador son también razas que se cuentan también entre las que más sufren problemas degenerativos del disco intervertebral. La diferencia fundamental estriba en el tipo de hernia, así la hernia por extrusión es más común en razas pequeñas condrodistróficas, mientras que la protrusión discal es más común en razas no condrodistróficas y de mayor tamaño (>20Kg)
  • Edad. La edad provoca la pérdida de las propiedades del disco por envejecimiento, lo que provoca que no pueda adaptarse a las tensiones a las que se ve continuamente sometido.
  • Sobrepeso. El sobrepeso, como en todo, es un factor negativo porque incrementa la tensión sobre el disco, además de favorecer los fenómenos inflamatorios y degenerativos, así el envejecimiento precoz.
  • Traumatismos. Por último, los traumatismos sobre la columna y el ejercicio inadecuado y explosivo, como pueden ser los saltos verticales o giros agresivos en carrera son factores predisponentes para sufrir una hernia discal

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Síntomas

Hablando de hernias discales es importante distinguir tres regiones en la columna: cervical, torácica y lumbar. Las hernias pueden producirse en cualquiera de ellas y las consecuencias son diferentes según la zona afectada.

La médula espinal es el canal de comunicación de doble sentido entre el cerebro y el resto del cuerpo, por lo que, básicamente, una hernia discal produce una interrupción total o parcial de dicha comunicación desde el punto donde se produce.

Centrándonos en las más habituales, que son las lumbares y a las que nos estamos refiriendo principalmente y en las torácicas, los síntomas principales son el dolor y la alteración motora (paraparesia) e incluso parálisis (paraplejia) en las extremidades posteriores, llegando en casos a la incontinencia urinaria y fecal (según el nivel y la intensidad de la lesión) por la compresión medular que impide la transmisión nerviosa.

Cuando la hernia se produce a nivel cervical (en el cuello), además de todo lo anteriormente mencionado, pueden llegar a afectarse las cuatro extremidades, produciéndose lo que se denomina una tetraparesia (alteración motora) o tetraplejia (parálisis) si la lesión se produce en las primeras vértebras del cuello.

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¿Cómo se tratan?

El tratamiento conservador puede ser una opción en algunos casos de enfermedad degenerativa inicial leve, de evolución lenta y que no comprometen seriamente la médula y la funcionalidad. Básicamente como en medicina humana.

Pero el tratamiento de elección en la inmensa mayoría de estos casos es la cirugía, bien cuando las hernias tratadas médicamente evolucionan a cuadros de incoordinación motora (ataxia), debilidad (paresia) y especialmente urgente es la cirugía en los cuadros de parálisis, sobre todo si el cuadro se produce de manera aguda.

¿Qué cuidados necesita un perro tras la cirugía?

La cirugía de columna está muy desarrollada en veterinaria, contando con grandes especialistas en esta técnica. La terapia analgésica, antibiótica y antiinflamatoria es el primer tiempo inmediatamente después de la cirugía.

Una vez realizada la intervención, la rehabilitación precoz es la parte esencial para poder restaurar el máximo posible de funcionalidad motora al animal.

El programa de rehabilitación y la duración de este dependerá de la severidad de la lesión y duración de esta, pero es un proceso que requiere tiempo y diferentes técnicas, que no difieren de las empleadas en humana (ejercicios en piscina, rehabilitación pasiva, láser…) pero adaptadas a la anatomía canina.

Afortunadamente, al igual que ocurre con la cirugía, contamos en veterinaria con excelentes veterinarios especialistas en rehabilitación y fisioterapia de mascotas con una formación de años en esta disciplina, así como con las instalaciones adecuadas en determinados centros. Todo ello nos permite proporcionar un tratamiento integral de estas lesiones medulares con las máximas garantías.

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¿Cuál es el pronóstico?

El pronóstico depende fundamentalmente de la severidad de la lesión y del tiempo de respuesta a la misma. En casos explosivos la rapidez en el diagnóstico y la intervención quirúrgica es fundamental. Por ello es esencial acudir a su veterinario al menor síntoma de alteración motora o dolor que observemos en nuestro perro.

Una hernia degenerativa controlada desde sus primeras fases, bien tratada y operada en su momento y especialmente las hernias agudas con compromiso motor severo operadas de urgencia tienen, en general, un pronóstico favorable en aquellos casos en los que la médula no se ha visto seriamente afectada.

Las hernias tratadas convenientemente permiten, en un elevado porcentaje, una calidad de vida máxima que puede ser del 100% con respecto a la situación clínica del animal antes de sufrir esta lesión. La rapidez en el diagnóstico e instauración del tratamiento adecuado (médico o quirúrgico) son esenciales para el éxito en la resolución de este cuadro.

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¿Se pueden prevenir las hernias en perros?

Hay un componente genético que es inevitable, pero una alimentación sana y equilibrada que permita una condición corporal adecuada, evitando especialmente el sobrepeso, un ejercicio correcto para mantener el tono muscular adecuado, con especial atención a la zona lumbar pero, sobre todo, evitar las agresiones directas sobre la columna (giros, saltos verticales, carga de pesos…) son las principales medidas que podemos tomar para reducir el riesgo de sufrir esta lesión.

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