La rehabilitación funcional, como en humana, engloba una serie de técnicas, terapias físicas y ejercicios terapéuticos específicos encaminados a lograr la recuperación de la movilidad, en este caso, de nuestros animales de compañía. "Las mascotas pueden sufrir a veces lesiones o patologías que comprometen su movilidad y disminuyen su calidad de vida, mediante estas terapias podemos conseguir, si no la recuperación funcional total, al menos la más cercana a la normalidad para que puedan disfrutar de una vida activa y sin dolor", explica Gemma del Pueyo, directora del servicio de Rehabilitación y Medicina Deportiva de AniCura Vetsia. Además, la rehabilitación tiene un papel clave en el mundo del perro deportivo, ya que ayuda al mantenimiento de la forma física y previene lesiones, así como, en caso de lesión, recupera al perro para la actividad deportiva en el menor tiempo posible y disminuye el riesgo de recidivas.
Los animales más susceptibles de rehabilitación son el caballo, el perro y el gato, aunque en este último depende mucho de la personalidad del individuo y de lo que se deje manejar. "Podemos hacer rehabilitación en otras especies como conejos, hurones, aves, pero en estos casos se requiere un conocimiento específico de estas especies y su manejo", añade.
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Patologías en las que se practica la rehabilitación en el agua
Tal como nos explica esta experta en rehabilitación de mascotas y otros animales, "todas aquellas patologías que supongan una alteración en la movilidad o la capacidad funcional de la mascota son susceptibles de ser tratadas mediante rehabilitación. Entre las patologías más comunes que encontramos en nuestro centro se encuentra la osteoartritis o degeneración articular, patología cada día más común en nuestras mascotas (perros y gatos) en animales mayores y no tan mayores". Las patologías de columna, tales como hernias discales o tromboembolismos, que a veces pueden resultar dramáticas por la paraplejia o tetraplejia que provocan, son patologías comunes en el centro de rehabilitación.
"Estos son sólo algunos ejemplos, ya que, como he mencionado anteriormente, cualquier patología que limite la movilidad puede tratarse mediante terapias de rehabilitación. En el caso del perro deportivo, no solo tratamos lesiones, sino que además preparamos en pretemporada y mantenemos la forma física durante el periodo de competición", indica.
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¿Cómo funciona?
Lo primero que debe hacerse antes de empezar la rehabilitación es una valoración funcional por parte del veterinario rehabilitador para determinar las limitaciones y los cambios compensatorios que presenta el paciente y establecer el mejor plan de rehabilitación para la recuperación del mismo. Se establece entonces, en conjunto con el cuidador, un número y frecuencia de visitas. La sesión media dura aproximadamente una hora (aunque puede ser más si el paciente lo necesita) y durante la misma se llevan a cabo las terapias establecidas.
Entre esas terapias se incluyen agentes físicos como LASER, magnetoterapia, diatermia, radiofrecuencia, electroestimulación o ultrasonidos; técnicas manuales como masaje, tracciones o movilizaciones; hidroterapia en piscina o cinta subacuática y ejercicios terapéuticos específicos. Durante la sesión, en nuestro centro, el cuidador está siempre presente y puede colaborar en la rehabilitación de su mascota.
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¿Cuáles son las precauciones que se deben tomar?
"La primera y más importante es tener un diagnóstico de lo que le sucede a la mascota. Esto hará que podamos ser más específicos en el plan de rehabilitación y tengamos más probabilidades de éxito y, además, minimizará los riesgos para el paciente", insiste Gemma del Pueyo.
Lo segundo es conocer el estado de salud del paciente, es decir, si tiene alguna otra patología que limite la rehabilitación, por ejemplo, patologías cardiacas u oncológicas.
La tercera, aunque no menos importante, es tener siempre una buena comunicación con el veterinario que lo refiere o el especialista (traumatólogo/ neurólogo, por ejemplo).
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¿Se contraindica en algunos casos?
La rehabilitación estará contraindicada en aquellos casos en los que exista inestabilidad (por ejemplo, en las fracturas) o sea imprescindible un tratamiento previo (quirúrgico o no) para aliviar los síntomas del paciente (por ejemplo, en las hernias discales)."En estos casos será el especialista correspondiente el que decida cuándo el paciente está listo para empezar la rehabilitación. Por supuesto, puede hacerse rehabilitación postoperatoria en el hospital durante el ingreso, siempre supervisada por los veterinarios especialistas y limitando el uso de terapias a aquellas que denominamos pasivas, es decir, en las que el paciente no participa de forma activa, sino que las lleva a cabo el terapeuta", aclara.
En caso de pacientes oncológicos y pacientes cardiacos ha de haber una evaluación previa del riesgo-beneficio que puede suponer la rehabilitación para el paciente.
¿Cuánto duran estas sesiones?
Las sesiones de hidroterapia pueden llevarse a cabo solas o en combinación con otras terapias. Hay dos modalidades utilizadas en veterinaria: natación en piscina y caminata en cinta andadora subacuática. Suele comenzarse con un tiempo mínimo, ya que muchos de nuestros pacientes llegan desentrenados tras una lesión o simplemente no han nadado o andado en cinta nunca, y ese tiempo va aumentando progresivamente a lo largo de las semanas de tratamiento hasta un tiempo máximo de entre 20 o 30 minutos.
"Para que los efectos de la hidroterapia se aprecien al menos deberían acudir a sesión una o dos veces por semana, pero esto variará en función de la patología del paciente", señala la veterinaria de Anicura Vetsia.
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¿Cómo puede el dueño de la mascota contribuir al proceso de rehabilitación?
"En nuestro centro el cuidador de la mascota es pieza clave en la rehabilitación del paciente. En primer lugar, en la sala, porque generalmente le transmite seguridad y están más tranquilos y colaboradores si están ellos. Y en segundo, porque les enseñamos una serie de terapias manuales y ejercicios que ellos pueden llevar a cabo en casa para que la rehabilitación se haga de forma constante y no solo cuando acuden al centro. Además, es fundamental que el cuidador transmita motivación durante la recuperación funcional", nos explica la experta.
De hecho, "siempre decimos que ponemos “deberes” a los clientes. En función de las necesidades del paciente, establecemos un plan de ejercicios específicos semanales para realizar en casa que iremos monitorizando cada sesión con el fin de cambiar lo que sea necesario. Además, aprenden con nosotros a hacer masajes y movilizaciones para hacerlas a diario en su domicilio. Solemos darles soporte por escrito y apoyar estos ejercicios y masajes con vídeos", concluye.