La modelo y empresaria Malena Costa se ha convertido en una de las mujeres más influyentes y reconocidas en el mundo de la moda en España. Pero también es conocida por su pasión por los animales, en particular, por el amor a los caballos. De hecho, desde pequeña ha desarrollado una conexión muy especial con estos majestuosos animales. Ello le ha llevado a tener su propio caballo, Claudio, del que nos ha hablado en esta entrevista.
¿Quién es Malena Costa?
Malena Costa nació el 31 de agosto de 1989 en Palma de Mallorca. Desde muy joven ya mostró interés en el mundo de la moda, lo que le animó a presentarse a distintos concursos de belleza y desde muy pronto, a los 11 años, comenzó a cosechar éxitos.
Pero no es de su faceta como modelo de la que hemos hablado en esta ocasión, sino de esta relación tan especial que mantiene con uno de los amores de su vida:Claudio, un precioso caballo de raza frisón que llegó a su vida en 2020. Con este magnífico animal no solo practica uno de los deportes más beneficiosos, la equitación, Claudio también le ha ayudado a desarrollar virtudes como la paciencia, la disciplina y el trabajo duro.
Malena cree firmemente en los beneficios que ofrece este deporte. Y es que es una forma de ejercicio que no solo ayuda a fortalecer los músculos del jinete, también proporciona un gran ejercicio para el caballo. Además, la equitación puede ser una forma de terapia para los humanos y puede ser especialmente beneficiosa para aquellos que sufren de ansiedad o estrés. Es, de hecho, una disciplina que nos ayuda a saltar barreras superando nuestros miedos. Nos lo cuenta ella misma.
¿Cuándo te iniciaste en el mundo de la hípica?
He montado a caballo desde que tengo uso de razón. Comencé a montar desde muy pequeña en una finca que tenían los dueños de la guardería a la que iba. La pasión por estos animales me acompañó durante toda mi infancia y cuando fui más mayor ahorraba todo el dinero de las pagas o los regalos para montar en un centro de ponis que estaba cerca del bar de mis padres. También montaba mucho con mi mejor amigo, que tenía un rancho de caballos.
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¿Qué era lo que más te atrae de esta disciplina?
Realmente, no me atrae la hípica en sí. Lo que más me gusta son los propios caballos y la naturaleza. No solo me hace feliz montar a caballo. Estar rodeada de ellos, pasar tiempo en el campo, al aire libre me hace sentir muy dichosa y me aporta mucho bienestar.
Nos dices que son los caballos los que te despiertan estos sentimientos de alegría, ¿qué más te dan estos animales?
Me aportan tranquilidad, paz, libertad, felicidad, amor, cariño, bondad… Creo que los caballos ayudan muchísimo psíquicamente, da igual que tengas un mal día. En cuanto te acercas a ellos se te olvida todo.
¿Podrías describir el vínculo que te une a tu caballo Claudio?
Aunque haya montado toda mi vida, la realidad es que para conocer bien el carácter de un caballo tienes que pasar mucho tiempo con él, observándole. Estos animales tienen gestos muy diferentes a otros, como pueden ser, por ejemplo, los perros. Desde que tengo a mi propio caballo, tengo la suerte de pasar muchas horas a su lado.
De hecho, gracias a Claudio, he podido conocer muchísimas cosas que antes desconocía de lo que conforma el carácter de un caballo. Si aprendes a observarles, acabas entendiendo todo lo que te quieren decir con sus gestos y cuando comprendes eso, la conexión y el vínculo que se crea es único.
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¿Crees que se puede explicar este vínculo?
No sabría bien cómo explicarlo con palabras. Creo que la mejor forma de averiguar lo que se siente estando o montando a caballo es probarlo.
¿Cómo te sientes cuando montas?
Me relaja y desconecta como lo que más en este mundo. Es alucinante, porque me monto con Claudio y muchas veces empiezo a bostezar en los primeros minutos de tanto que me relaja.
Suelo montar en las pistas de mi hípica, que es la Hípica La Moraleja. Pero también lo hago en el campo y la realidad es que es lo que más me gusta.
Cuidar de ellos también resulta muy reconfortante y terapéutico...
Si soy sincera, yo paso más tiempo con sus cuidados que montando y disfruto mucho de ello. Para mí Claudio no es solo un caballo, es parte de mi familia y como no lo puedo tener en mi casa siempre que estoy con él intento cuidarlo lo mejor que puedo. Paso mucho tiempo haciéndole cariños…
Tener un caballo es una gran responsabilidad… pero la verdad que si es algo que te apasiona sin duda todo lo compensa.
Hay que cepillarlo, bañarlo (en verano), revisar que no tenga ninguna herida o dolor, darle una buena alimentación, protegerle de los insectos, vacunarlo cuando toca ... Y para mí es muy importante que esté el máximo de tiempo posible suelto en el prado.
¿Por qué animarías a aquellas personas que están pensando en apuntarse a hípica, pero que no se atreven a hacerlo, a que definitivamente den el paso?
Diría que si es algo que les gusta y pueden, que se animen a retomarlo. A las personas que nos gusta el mundo del caballo, aunque estemos temporadas sin montar por el motivo que sea, cuando vuelves te sientes intensamente feliz y todo lo que aporte felicidad, bienvenido sea.
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