Tradicionalmente se ha pensado que tener en hámster es tan fácil como verle correr en su rueda de ejercicios. Evidentemente estos pequeños animales no necesitan las precauciones y las atenciones de otras mascotas domésticas, por eso mismo los hámster son tan demandados, pues pueden integrarse fácilmente en cualquier hogar sin que esto suponga un cambio muy importante en el ritmo diario de la familia. Sin embargo, a diferencia de un perro, los hámsters no expresan claramente su molestia si algo de lo que hacemos no es bueno para ellos o para su salud, por lo que es indispensable que agudicemos la atención y tengamos en cuenta qué necesidades tienen y cómo podemos hacerles la vida más fácil.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
El lugar donde pones la jaula: una asignatura difícil
Uno de los errores más comunes que se cometen cuando se tienen hámsters es no elegir el lugar adecuado para él. La jaula, o también llamada ‘hamstera’, debe emplazarse en un lugar estratégico que cumpla varias condiciones. Lo más importante es la tranquilidad. Lo último que necesita un hámster es vivir bajo el bullicio familiar. Estos animales son muy sensibles a los ruidos, porque evolutivamente están diseñados para escapar de los depredadores, por lo que su oído es muy bueno y tratan de utilizarlo para identificar peligros. En un ambiente natural, un hámster vive en pleno silencio, y solo cuando hay ruido su cerebro le dice que busque una escapatoria.
Instintivamente, si tu hámster no vive en una zona tranquila de la casa, sentirá la necesidad acuciante de escapar y podrá desarrollar un tipo de ansiedad tristemente muy habitual en este tipo de animales, que consiste en morder los barrotes de la jaula para, evidentemente, tratar de escapar. Esta es una señal inequívoca de que el lugar donde hemos puesto su casa no es el más adecuado. El salón o comedor de nuestro hogar no es el lugar más indicado, lo sería en tal caso el dormitorio o el despacho.
Leer más: Motivos por los que te muerde tu hámster
Por otro lado, la cocina tampoco es un lugar recomendable para que el hámster habite. Y no por una cuestión higiénica, sino por la molestia que le pueden ocasionar los olores. El olfato del hámster es muy agudo, y en la cocina le haremos vivir un suplicio haciéndole receptor de los intensos olores de comida de humanos que cocinamos en la sartén, olla u horno. Para un hámster disponer de un lugar tranquilo significa que todos sus sentidos estén equilibrados y no se le fuerce a recibir estímulos, tampoco olfativos.
Además, es muy importante que la jaula esté situada en una zona libre de corrientes de aire, que pueden ser fatales para la salud del animal, así como no recibir la luz directa del sol, que puede calentar en exceso la jaula y convertirla en una parrilla. Es preferible que la zona donde esté el hámster sea fresca a calurosa, si quiere guarecerse siempre tendrá su casita llena de algodón.
Respeta su ritmo de sueño
Cuando duerme, por mucho que nos apetezca jugar con él o ver como come o juega, debemos seguir la máxima férrea de no interrumpir su sueño, y mucho menos generarle un sobresalto. Para los animales necesitan ser fieles a sus ritmos de sueño y descanso.
Debes saber que los hámsters son crepusculares, esto quiere decir que duermen de día y tienen sus periodos de actividad en el atardecer y en las primeras horas de la mañana, cuando todavía el sol no está presente. Por ese motivo es muy probable que por la tarde le veas siempre dormitando, sin embargo hacerle despertar no es una opción, pues le generarás estrés y a la larga una caída importante de su salud y esperanza de vida.
Leer más: ¿Es un bulo que se vayan a prohibir conejos y hámsters según la nueva ley?
Los hámsters no son seres sociales
Cada animal es un mundo y no hay dos hámsters iguales. Muchos pueden tomar de buen grado el contacto con humanos, pero esto no siempre es así y requieren de un periodo de adaptación. Lo más importante que debes saber es que este animal no tomará plácidamente tu acercamiento a la fuerza, es necesario que tu relación con él sea gradual y que el hámster pueda acercarse a ti en la medida de que esté preparado.
Dosifica tu acercamiento, no seas tú el que tome la delantera y le cojas contra su voluntad. Podrás pensar ¿y cómo notaré que el hámster admite que yo le coja? Fácil, si el hámster trata de escapar, es que no quiere que le cojas. Por esto mismo, es importante dejarle su espacio y su tiempo, si tienes paciencia ese momento llegará, y será estable y duradero.
Por otro lado, tener dos hámsters en una misma jaula, además, no suele ser buena idea. Esto sería muy positivo en algunos tipos de aves, o en perros y gatos. Pero los hámsters no precisan de compañía de un igual para sobrevivir o mantenerse ocupados. No son animales gregarios que hagan piña con su manada, al revés, son solitarios y no tienen en mente compartir ni sus recursos ni su espacio.
Lo más probable cuando hay dos hámsters que viven juntos en una misma jaula es que se lleven fatal, traten de evitarse al máximo y, de verse, adquieran actitudes agresivas y se peleen. Eso en el caso de ser del mismo sexo, y de lo contrario, probablemente se aparearán, pero eso no quiere decir que se lleven bien ni que les guste convivir. Si tienes dos hámster y aprecias que su relación no es buena el mejor consejo que te podemos dar es que les separes en dos jaulas distintas, pues su relación no va a mejorar.
Leer más: Trucos para mitigar la soledad de tu mascota frente a tu vuelta al trabajo