Tener un acuario en casa puede ser una alternativa muy interesante para aquellas persona que desean tener mascotas y cierto contacto con el mundo animal, pero que no tienen tiempo para dedicárselo diariamente y que no pueden comprometerse a los cuidados que demandan perros y gatos. Los acuarios aportan, además, un plus de decoración a la casa, son espacios con luz y movimiento que pueden resultar casi hipnóticos y, desde luego, muy tranquilizantes. Iniciarte en este mundono tiene porqué ser ni caro ni complicado, razón por la que cada vez es una alternativa más factible para inexpertos en la materia.
Sin embargo, cuando pensamos en un acuario siempre nos vienen a la cabeza los peces, y esto no es obligatorio, existen otras alternativas. Como ya hemos comentado por aquí puedes tener un acuario con otras especies, como medusas, que requieren un tanque distinto y otras condiciones ambientales. La opción que te sugerimos hoy es tener gambas, querequieren aún menos esfuerzo, son más resistentes y mantienen una apariencia y comportamiento igualmente interesante y atractivo.
¿Puedo añadir gambas a mi acuario de peces?
Las gambas son, de hecho, el alimento de muchos peces. Por lo que no es nada recomendable que en tu acuario de peces tengas gambas, pues probablemente acabarían convirtiéndose en alimento de sus vecinos. Lo ideal es tener un gambario, es decir, un tanque específico para gambas y otros invertebrados. No necesitas mucho espacio, con un acuario de 10 litros puedes crear tu pequeño mundo de gambas sin tener ningún problema, aunque esto depende del tipo de gamba que quieras tener, algunas necesitan tanques mayores.
Sin embargo, tener peces conviviendo con tus gambas no solamente es positivo porque el acuario lucirá mucho más vivo, diverso e interesante, también porque los peces ayudan a que la microfauna se autorregule, especialmente los tricládidos planáridos, que podríamos definir como los ‘gusanos del acuario’ y que serían algo así como parásitos que crecen y se desarrollan si no existe la suficiente diversidad en el tanque, específicamente porque los propios peces pueden acabar con ellos y mantenerlos a raya. Tener gambas junto con peces es una decisión compleja con pros y contras.
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A la hora de tener peces debemos de tener en cuenta dos cuestiones, que sus necesidades ambientales sean las mismas que las de las gambas y que no se la coman. Puedes optar por peces neón, danios, rasboras y medakas, que son especies muy similares entre sí y se caracterizan por su pequeño tamaño y apariencia casi transparente. Otra opción es incluir un ancistrus, que es un pez radicalmente distinto al pez neón, en este caso es oscuro, grande y lento, casi parecido a una roca.
Los peces que convivan con tus gambas pueden estresar bastante a las gambas, no es extraño que en un tanque diverso éstas se queden siempre ocultas y arrinconadas por miedo a los peces. Por lo que observar cómo funcionan las dinámicas de tu acuario será vital para detectar problemas, que van desde la marginación de las gambas hasta su exterminio.
En todo caso, que la gamba tenga donde esconderse es muy importante. No concibas mezclar gambas con peces si no dotas al acuario de la suficiente flora y rocas que evite quedar expuestas ante los peces, además esto les ayudará a relacionarse entre ellas e incluso a criar, pues los huevos los depositan en zonas vegetales.
Ventajas de tener gambas
El bolsillo es el primero que se alegrará de tu decisión, los ejemplares de gamba para acuario suelen ser baratos, no son animales complejos de criar y por tanto la oferta es bastante buena. Además, son animales muy longevos porque resisten muy bien las variaciones de temperatura y las fluctuaciones de los parámetros del agua, no es fácil que las gambas te den un susto por un cambio de las condiciones del tanque, son bastante resistentes. Además, la mayoría de las especies de gamba no precisan osmosis, por lo que el tanque que elijas puede ser más sencillo y barato. Y por último, son capaces de criar en el acuario y multiplicarse, lo que puede ser muy interesante de apreciar desde fuera y, cada cierto tiempo disfrutarás de nuevos inquilinos.
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Sin embargo, como ocurre con los peces, hay distintos tipos de gambas y cada una atiende a un comportamiento, longevidad y convivencia diferente. Las gambas neocaridinas son las más fáciles y asequibles, las caridinas son algo más complejas y las sulawesi, pese a ser preciosas, son muchísimo más difíciles de mantener, pues necesitan un acuario con osmosis, sales específicas para mantener un pH del agua concreto y una temperatura por encima de los 27ºC.
Para principiantes
Si vas a aventurarte en el mundo de las gambas y quieres ir paso a paso y sin sobresaltos te recomendamos que recurras a la gamba neocaridina davidi, son las más pequeñas y fáciles de mantener. No son nada exigentes y resultan muy bonitas. Presentan tonos marrones y verdosos, aunque también hay variedades denominadas cherry que muestran un color rosado o rojo.
Otro tipo de gamba fácil de mantener si aún no tienes experiencia es la llamada gamba caridina multidentata. Son famosas porque no tienen coloración, resultan casi transparentes, lo que por un lado puede resultar menos lucido para el acuario pero a la vez es una apariencia muy original y mezcladas con otras especies puede resultar complementarias. Son gambas enormemente pacíficas, pero necesitan irremediablemente espacios donde esconderse: rocas, plantas y maderas.
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