Abrir las puertas de nuestra casa a una nueva mascota es algo que no podemos tomarnos a la ligera, por mucha ilusión que tengamos en ello siempre hay variables que debemos de tener en cuenta para conseguir una perfecta armonía entre las rutinas de nuestra casa y que la decisión sea sostenible en el tiempo. Cuando pensamos en traer a un gato para que forme parte de nuestra familia nos puede venir a la cabeza un pequeño minino juguetón que acaba de salir del cobijo de su madre. Sin embargo, existen otras alternativas que ofrecen ventajas en las que tal vez no has reparado, como por ejemplo pensar en adoptar a un gato que ya sea adulto.
¿Cuándo se considera que un gato ya es adulto? Estamos refiriéndonos a animales que tienen entre uno y dos años, y se les considera así porque ya no van a crecer más ni su temperamento variará significativamente. Sin embargo no nos referimos únicamente a que ya sean maduros sexualmente, porque esa fase suele llegar antes, hacia los seis meses de edad. Todo depende de la raza del gato, no existen números redondos que podamos adjudicar a todos los gatos por igual, pero lo cierto es que un gato de dos años ya permanece estable tanto en tamaño como en peso, así como en carácter.
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Un gato adulto ya muestra como será
Esta es una de las primera variables a tener en cuenta, que un gato de dos años ya refleja una personalidad que le define, y encontraremos en él menos sorpresas que si le adoptamos de muy cachorro. A esta edad podremos saber si es un gato tímido, si se lleva bien con otros animales, si tiene problemas para socializar o si es demasiado aventurero y tiene una capacidad innata para meterse en líos. Lo bueno de adoptar un gato ya adulto es que tendremos lo que vemos, minimizando la posibilidad de encontrarnos con sorpresas de temperamento que solo se podrías descubrir según crece el animal.
Otra de las ventajas de adoptar a un gato que ya es adulto es que la educación y la crianza están ya completos o en vías de estarlo. Un gato de 2 años ya conoce bien lo que es un arenero, tiene en cuenta cómo se convive en una casa con humanos y, si ha tenido trato con otros animales, ya sabe cómo relacionarse. No hay que preocuparse por cómo abordar esas fases, que ya no suponen un desvelo. Además, no deberás tener en cuenta los cuidados de los gatitos cachorros sobre su alimentación temprana en la fase de destete y demás.
Si tienes hijos o convives con personas mayores, uno de los posibles miedos que podrás tener es que el gato ya adulto trate de marcar su territorio y pueda resultar agresivo con ellos. Este es un miedo relativo, es más probable que un gato adulto sepa medir sus fuerzas y que no ataque a que un gatito pequeño, por el mero hecho de jugar, lance sus zarpas para tantear sus límites. Los gatos adultos, por lo general, ya son conscientes de que hay barreras que no deben cruzar, y qué es importante no mostrarse agresivo con los miembros de la familia en la que están. Además, un gato adulto sentirá menos necesidad de desfogar energía que uno cachorro o muy joven, por lo que es muy probable que no quiera perder el tiempo rompiendo cosas o arañando más de la cuenta.
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¿A qué gatos nos referimos?
Conviene aclarar que cuando hablamos de adoptar un gato adulto nunca nos estamos refiriendo a uno callejero, pues es prácticamente imposible hacer convivir a un gato salido de la calle y que nunca ha sido educado bajo los parámetros de un hogar. Nos referimos, por tanto, a los gatos abandonados por familias que no han cumplido con el compromiso de dar cobijo a sus mascotas.
En España se abandonan anualmente a alrededor de 36.000 gatos, según los estudios anuales de la Fundación Affinity, unos números terribles si tenemos en cuenta que es muy difícil encontrar una familia para gatos adultos por la idea romántica que se tiene de que un cachorro siempre se adaptará mejor al hogar. Además, se estima que diariamente las protectoras de toda España rescatan a 400 gatos domésticos abandonados. Por ese motivo, una ventaja social que aporta la adopción de un gato adulto es mejorar estos números, con responsabilidad, y colaborar a que los gatos que no ven un futuro mejor en el horizonte puedan revertir esta situación y cambiar por completo sus vidas.
¿Qué debes tener en cuenta de cara a la adopción?
Déjate asesorar por la protectora o refugio, ellos son los primeros interesados en que el gato vaya a un hogar donde vaya a ser comprendido y que todo salga de la mejor manera posible. Aunque es cierto que los refugios están saturados, para ellos es indispensable que la personalidad del animal case perfectamente con la de sus nuevos dueños, porque si no es así estarían exponiéndose a que la triste historia del abandono se repita, por eso se realizan entrevistas y test exhaustivos con los demandantes de mascotas, para cerciorarse de que el gato ideal va al hogar perfecto, y no se deja nada a la suerte.
Una vez que tu gato llegue a casa, una de las condiciones indispensables es no agobiarlo. Darle todo el espacio necesario para que sea él quien inspeccione la casa, que se haga con su nuevo hogar de forma gradual. Probablemente encontrará refugio en un lugar concreto de la casa que le proporcione la sensación suficiente de seguridad, como por ejemplo: debajo de tu cama. Y poco a poco irá haciendo incursiones al exterior, conociendo cada estancia y familiarizándose con cada sonido y cada integrante de la familia. El consejo más valioso que podemos darte de cara a los primeros días es que tengas paciencia, permite que el ritmo de adaptación lo ponga el gato, pues al ser adulto lleva consigo su propia versión de cómo deben ser las cosas, y él sabe qué necesita y qué tiempos son los más apropiados para él mismo.
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