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No todas las mascotas se relacionan igual, y donde más podemos apreciar esas diferencias es en la llegada a casa. El comportamiento de cada animal denota sus vulnerabilidades, porque sus temores más primarios controlan su carácter y transforman la bienvenida al hogar en una experiencia a su medida. Un perro, por ejemplo, será muy extrovertido al llegar a casa (salvo que haya tenido malas experiencias con humanos) y querrá conocerlo todo, olisquear, revisará el espacio y se mostrará muy activo. Pero un gato, por el contrario, buscará un lugar seguro desde el que empezar a descubrir el espacio a su ritmo y solitariamente. Los conejos acceden al hogar, generalmente, en una jaula, pero no por eso son menos conocedores de lo que está pasando.
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Llegar a un hogar nuevo puede ser una situación muy estresante para el conejo, todo lo que ocurre le es de interés porque estará atento a su supervivencia. Mientras que para ti es un día bonito y probablemente te sientas muy feliz, el conejo es muy posible que esté aterrorizado y tema un desenlace fatal, pues como animal de presa, está programado para ponerse siempre en lo peor, es decir: que un depredador mayor podría acabar con su vida. Por eso es muy importante que a la hora de preparar la llegada del conejo a la casa tengas en cuenta que el ambiente de tu hogar en ese recibimiento debe ser lo más calmado posible: sin ruidos estridentes, las menos personas posible, y sin la intención inmediata de interactuar con el conejo.
El mejor momento del día para transportarlo es una vez que se ha puesto el sol, pues los conejos son animales crepusculares, tanto matutinos como vespertinos, lo que quiere decir que se sienten más activos y en pleno uso de sus facultades tanto una vez que se va el sol como justo antes de su salida. A medio día, por ejemplo, suelen sentirse somnolientos y podrían vivir una situación estresante al no sentirse en pleno uso de sus facultades.
No debes molestarle demasiado por lo menos en dos días, es el tiempo mínimo que necesitará para empezar a coger confianza con los sonidos, las voces y los olores que marcan la personalidad de tu hogar. Una vez que deje de ver tan inminente la necesidad de protegerse, podreis empezar a conoceros y él será partícipe de tu casa. Para poner más fácil esta adaptación, no pierdas de vista que el conejo tenga todo lo necesario, en concreto heno y agua.
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Convirtiéndose en un miembro del hogar
La primera quincena de adaptación del conejo a tu hogar será la que marque la velocidad de su confianza. Si logras tener paciencia y no estresar mucho al conejo, verás resultados óptimos a gran velocidad. Pero no debes ser impaciente, tratar de cogerlo con la mano desde el primer día o fomentar que tus hijos jueguen con él no hace sino crear una distancia entre lo que tú quieres (que confíe en ti) y lo que él puede darte (poder sentirse seguro). Lo ideal es que nunca cojas al conejo, sino que cada vez que quieras que él salga de la jaula tan solo tengas que abrirle la puerta y observar cómo es él quién sale. Si llegáis a ese estado de confianza, cogerlo puntualmente no será un problema. Pero cogerlo desde el primer día es una situación limitante para él, y su instinto le dice: ‘si estás retenido no podrás escapar, podrán acabar contigo si así lo desean’.
El tono de nuestra voz es muy importante, si somos capaces de hablarle con tranquilidad y con cierta dulzura, el conejo comprenderá que somos amistosos e irá bajando sus defensas. Los conejos son animales muy inteligentes, no sólo reconocen a la perfección el timbre de la voz de su dueño o de las personas con las que convive, sino que también es capaz de reconocer su nombre. Realmente, tanto para él como para otros animales su nombre no es para él un rasgo de identidad, sino una palabra clave que hace que se sienta más en alerta. Cuando un conejo escucha su nombre piensa que debe agudizar sus sentidos, pues algo sorprendente puede pasar: recibir comida, un peligro, un cambio en tu juego, etc…
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Cosas que son importantes para el conejo
Son animales que no se sienten bien si la temperatura es demasiado cálida o fría, para ellos sería idóneo vivir en un hogar entre 16 y 21ºC. Pero son especialmente sensibles a los cambios bruscos, si en verano pones el aire acondicionado y se pasa de un calor propio de agosto a un frío polar, el conejo puede tener serios problemas de salud. Vigila también que su jaula no esté en una zona de corrientes, es primordial porque podrían enfermar e incluso morir. Por otro lado, debes saber que al igual que los gatos, no llevan muy bien mojarse, pero no temas: los conejos son animales extraordinariamente limpios, ellos mismos se asean, y sólo en circunstancias muy extremas es recomendable darles un baño.
Existen juguetes especialmente diseñados para los conejos, recibirles incluyendo alguno en su jaula no es buena idea, porque estará colapsado de estímulos, pero ofrecérselo días después es una muy buena opción, porque podrá hacer que esté entretenido y que obtenga un refuerzo positivo de su estancia en la casa. Además, puedes dar al conejo snacks como premio, especialmente el primer día. Notarás que le gusta escarbar y roer, son animales que en el medio natural se desenvuelven con mucha energía y actividad, por eso mismo cuanto más seguro y tranquilo esté el conejo más querrá hacerlo.