Los perros tienen una forma de comprender su entorno muy diferente a los humanos. Te habrás dado cuenta de que mientras que tú ves la televisión o una pantalla durante horas, él jamás le presta atención, su visión es distinta y no percibe nada porque necesita la tridimensionalidad y una escala de colores diferente. ¿Pero qué pasa con la música? ¿La perciben igual? ¿Les es agradable? ¿Podría incluso producirle relajación?
La calidad de la escucha de un perro está muy por encima de la de los humanos. Tras el olfato, el oído es su segundo sentido principal y más valorado. Constantemente están reconociendo sonidos que ocurren a bastante más distancia de la que nosotros podemos ni tan solo imaginar. Cuando aún estás a muchos metros de la puerta de casa el perro ya sabe que has realizado un tintineo de llaves característico y, por tanto, reconoce que te acercas antes incluso de percibir tu presencia por el olfato. Los perros están constantemente realizando patrones sonoros, el paso de un camión de la basura que para a un par de calles de tu casa o la salida de los niños de un colegio cercano. Es el sonido el que advierte al perro de qué hora es, porque su atención y profundidad de escucha es altísimo.
¿Pero les gusta la música?
Ante la pregunta de si un perro puede disfrutar con la música lo primero que tenemos que saber es que casi todas las facultades sociales y de comprensión de los canes están enfocadas a la supervivencia. Un perro nunca es más feliz que cuando se siente plenamente seguro, y utiliza su oído para protegerse: adelantándose a las posibles amenazas. Estar atento a que un intruso irrumpa su tranquilidad es para los perros el estado habitual, trascienda o no a su comportamiento aparente. Entonces, cuando ofrecemos música podemos estar imponiendo una capa de ruido para él, imposibilitando al can escuchar y percibir la información que necesita.
Es como si a los humanos, que somos animales preferentemente visuales, nos apagaran la luz o nos taparan los ojos en un estado de constante duda sobre si algo malo pudiera sucedernos. A los perros no les gusta que se les coarte su libertad física y sensorial, y de la misma forma que paralizar sus extremidades les genera estrés, poner música puede hacerles sentir indefensos para escuchar. ¿Esto significa que no les guste la música? No, sí les gusta la música, pero no cualquier estilo.
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El tipo de música es la cuestión más importante
Como sabes, los perros son muy sensibles al sonido. Un trueno o unos fuegos artificiales que tú apenas escuchas a ellos les produce un inmenso temor. Sin embargo, no parecen especialmente sensibles a la música, es como si no la escucharan. Esto tiene que ver con las frecuencias del dispositivo que genera esa música. Hay distintos tipos de altavoces que emiten distintas frecuencias (los famosos hertzios), pero también notarás una diferencia muy evidente entre escuchar un sonido producido por un televisor, un altavoz profesional o un instrumento en vivo. De hecho, las personas también podemos reconocer con bastante facilidad cuando el sonido de un violín procede de un instrumento de madera real, o cuando es una reproducción grabada.
Según un estudio publicado por Animal Welfare en 2002, la música más repleta de estímulos, con muchos instrumentos, incluso con varias melodías entremezcladas y a un volumen elevado les genera rechazo, por estrés. El heavy y el rock son, sin duda, los géneros musicales más negativos para los perros. Ese sentimiento de ansiedad que les produce está motivado porque dejan de poder concentrarse en lo que quieren (la protección) y ellos no comprenden por qué.
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Es difícil ver a un perro enfadado porque has puesto música, y la explicación es muy interesante. Los perros no comprenden que esa música la hayas puesto tú, para ellos no existe un vínculo entre que tú toques una pantalla y se escuche música, ni tan siquiera si tocas un piano delante de él. Los perros tampoco conocen qué es exactamente un trueno, ni una trompeta. Para ellos el sonido está completamente desligado de su ejecución, por lo que no creen poder evitarlo y mucho menos pedirte explicaciones a ti.
La música que puede disfrutar tu perro es la música clásica, y no toda. Le gustan los instrumentos de cuerda, sencillos y sensibles, y no la superposición de notas de las sinfonías. Los perros necesitan instrumentos concretos, pocos estímulos auditivos, y es muy importante que no tengan un volumen que colapse completamente el sonido ambiente. Si tu perro escucha música clásica pero a la vez puede estar atento a percibir las variables de seguridad que él siempre revisa, probablemente le gustará.
La música clásica está construida en base a las matemática: son patrones constantes y repetidos, y eso puede ser muy disfrutable por el perro, pues no solo son instrumentos bellos, sino que generan en él una sensación de previsibilidad, si suena bajo un patrón, el perro siente que es constante y que, por tanto, es seguro. Por eso los perros se pueden sentir más a salvo con música, lo que les produce menos ansiedad y estrés.
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