Las causas por las que un perro puede cojear son muy variadas y revisten de distinta gravedad. Tal y como nos explica Ana Ramírez, experta veterinaria de KIVET, en la mayoría de los casos, un pequeño golpe, un mal apoyo o una caída pueden provocar daño en alguna de las patas de nuestro peludo. Entre las lesiones más destacas tras este tipo de accidentes se encuentran contusiones, fracturas óseas o rotura de ligamentos.
“Otras afecciones como la artrosis, displasia de cadera o displasia de codo también puede ser causa de cojera en nuestro perro. Este tipo afecciones consisten en la degeneración de la articulación ya sea por desgaste del cartílago de la articulación (artrosis) o por una malformación de una articulación (displasia de cadera o codo)”, añade la especialista.
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Enfermedades que se manifiestan con cojera
Como decíamos antes, hay distintas enfermedades que tienen entre sus síntomas la cojera. “Las principales son contusión, enfermedad articular, fractura ósea o luxación articular. Estas patologías suelen producirse debido a traumatismo o degeneración de las articulaciones. Además, otras patologías como la artrosis o la displasia de cadera también pueden ocasionar cojeras”, puntualiza la veterinaria.
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Distintos tipos de cojera
Ana Ramírez nos explica que podemos hablar de dos tipos de cojera.
- Por un lado, encontramos la cojera aguda, que suelen ocasionarse por un traumatismo y puede ocasionar desde problemas leves, como contusiones, hasta lesiones más graves como una fractura de hueso o lesión en un ligamento.
- Por otro lado, las cojeras crónicas son aquellas de larga duración y que responden a enfermedades como la artrosis o la displasia de cadera, que son de larga evolución y que, en la mayoría de los casos, acompañará al perro el resto de su vida una vez comience a padecerla. Aunque esto puede variar mucho en función del paciente.
Buscar la causa
Nos preguntamos si debemos consultar siempre con el veterinario si notamos que nuestro perro cojea. “Proporcionar una buena atención veterinaria es clave para garantizar la salud de nuestras mascotas. Si observamos que nuestro perro cojea, es muy importante no alarmarnos y permanecer atentos para discernir si se trata de un problema puntual o que se alarga en el tiempo. Hay ocasiones en los que el problema se resolverá solo, como, por ejemplo, cuando se debe a una mala postura o a un golpe sin importancia. Sin embargo, si la cojera persiste a lo largo del día, conviene consultar al veterinario”, nos sugiere la experta.
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¿Qué soluciones hay para tratar la cojera de nuestro can?
No podemos olvidar que a la hora de establecer cuáles son las mejores soluciones para tratar la cojera de un perro, es esencial que un experto veterinario evalúe el tipo de lesión y las causas. “En este sentido, podrá prescribir soluciones que vayan desde el reposo hasta la medicación, pasando por la inmovilización de la pata, entre otros. Para algunas enfermedades, también será recomendable realizar pruebas diagnósticas (radiografías, ecografía, etc.) para obtener la causa y tratar a patología. No obstante, es esencial que sea el veterinario el que marque las pautas”, nos cuenta.
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Ayudar a nuestro perro
Nos preguntamos también cómo podemos ayudar a un perro que padece cojera. “La mejor ayuda que podemos ofrecer en este sentido es, en primer lugar, respetar al animal y no forzar a que realice acciones que le produzcan dolor. Además, debemos observar la evolución de esa cojera para actuar en consecuencia y proporcionar la atención veterinaria cuando el problema persista”, nos comenta la veterinaria, que añade que, si la cojera va acompañada de dolor, existen distintos fármacos que pueden ayudar a controlarlo, pero es importante incidir en que nunca debemos medicar a nuestras mascotas sin contar con el aval veterinario. Por tanto, deberán ser los expertos los que pauten la mediación necesaria en función del tipo de lesión y de las características de cada animal.