Gatos sin morro visible
Hay auténticos amantes de este tipo de razas de gato, que se caracterizan por tener una cara más chata, casi plana, dado que la zona del morro y ‘nariz’ está integrada dentro del cráneo en una porción facial más ancha y corta. Esto produce que sus ojos destaquen más, sean más saltones y su expresión se intensifique. Son gatos con una apariencia más dulce y a la vez caprichosa. Pero no son razas que podamos considerar ‘naturales’ pues han sido priorizadas de forma artificial por los cruces que el ser humano facilitó en la búsqueda de unos rasgos estéticos concretos, así se ha conseguido aislar a razas estables de gato con una característica concreta: son braquicéfalos, peo además de su aspecto divertido, sufren serios problemas de salud.
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Braquicéfalos prohibidos en algunos países
En países como Noruega u Holanda se prohíbe la cría de perros braquicéfalos como los bulldog y los carlinos. Sin embargo la legislación de esos países todavía no se pronuncia sobre los gatos que presentan una morfología similar. El problema es que su hocico es mucho más corto e integrado dentro de la cara, lo que hace que su conducto nasolagrimal sea muy reducido. La primera consecuencia es que respiran con gran dificultad, y eso a su vez les dificulta moverse ágilmente. Ni saltan ni corren como otros gatos, por lo que son propensos a desarrollar obesidad a raíz del sedentarismo extremo que sus características físicas les obliga a adoptar.
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Son tranquilos porque no pueden asumir una vida ajetreada
Entre todos los gastos braquicéfalos tal vez el que presenta una cara más original y que antes salta a la vista que no tiene hocico externo al cráneo es el llamado como gato exótico de pelo corto. Este gato es corpulento, tiene la patas cortas, un tamaño mediano y su nariz chata es más que evidente. Son gatos especialmente tranquilos, aman la paz y la soledad, entre otros motivos porque se alteran mucho cuando hay actividad, dado que su respiración no les permite seguir el pulso de mucho ejercicio físico. Proviene de Estados Unidos, y fue el producto de la reproducción selectiva entre gatos americanos de pelo corto (los famosos ‘short hair’) y gastos persas.
Gato birmano
A principios del siglo XX se realizó un cruce selectivo entre gatos persas y siameses, y el resultado fue el que hoy conocemos como gato birmano aunque no procede de Asia sino de Francia. Son gastos muy amigables que desarrollan fuertes vínculos con los humanos de la casa, y que no presentan ninguna dificultad para relacionarse con niños pese a la fama de traviesos que tienen. Dentro de los braquicéfalos probablemente sea la raza más activa, y esto es porque tienen el hocico algo más levantado y eso les permite respirar mejor. En todo caso, haciendo recuento, las razas braquicéfalas son la birmana, himalaya, exótico de pelo corto y la persa.
No regulan su temperatura
Un problema añadido a las dificultades para respirar correctamente de los gatos braquicéfalos está relacionado con la imposibilidad de regular su temperatura corporal como harían el resto de gatos, esta es la razón fundamental por lo que que rechazan hacer esfuerzos físicos considerables que puedan acalorarlos y necesitar de una ventilación superior. También es uno de los motivos por los que aguantan peor el calor en general. Esta situación le hace vulnerables a problemas cardíacos, a padecer obesidad, deformación de su dentadura, vomitar de forma frecuente y en suma, tienen una menor esperanza de vida.
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Un desarrollo dental irregular
Como dueño de un gato braquicéfalo, bien sea persa, himalayo, exótico de pelo corto o birmano, un consejo fundamental es vigilar el desarrollo dental del gato pues, dado que su cráneo está forzado a mantener en un mismo espacio la zona nasal, es la dentadura la que puede verse alterada al desarrollarse incorrectamente o con afecciones dentales. Una correcta higiene dental es fundamental en toda mascota pero en los gatos braquicéfalos es completamente indispensable.
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Más lágrimas de lo habitual
La zona lacrimonasal del gato braquicéfalo está integrada dentro del cráneo y eso produce un mayor lagrimeo que no es ninguna anécdota sino una constante en ellos. Esto les hace muy sensibles y propensos a las infecciones oculares, es indispensable que mantengas limpia esta zona y que los ojos llorosos del gato no desencadenen en una infección ocular. Sus ojos necesitan un mayor seguimiento del veterinario, que podrá recomendar fármacos para cuidar sus ojos y minimizar la posibilidad de infecciones.
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Otras enfermedades graves
No es poco común que los gatos braquicéfalos desarrollen la enfermedad poliquística renal, se trata de un trastorno de carácter congénito que produce quistes en los riñones del animal. Estos quistes están presentes ya en el nacimiento del gato, pero no es posible detectarlos porque al principio no producen ninguna interferencia en su salud porque son muy pequeños, sin embargo según el animal va creciendo estos quistes crecen con él y pueden llegar a dañar seriamente al riñón. Esta enfermedad se da principalmente en la raza de gatos himalayos y es hereditaria, por lo que todas las camadas de un mismo espécimen podrán desarrollarla.
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Miocardiopatía hipertrófica felina
Sin que tengan que ver directamente con los problemas de respiración de las razas braquicéfalas, lo cierto es que estos gatos arrastran otros problemas de salud muy graves. El motivo es que, cuando se seleccionaron a los especímenes que fundaron estas razas, se primó la estética y no la salud, por ello los rasgos genéticos que mantenían eran propensos a enfermedades o malformaciones congénitas que no importaron demasiado a cambio de disponer de una raza de cráneo ‘chato’. Entre estas afecciones está la miocardiopatía hipertrófica felina, que es un problema cardíaco muy común en gatos braquicéfalos y que se demuestra con jadeos, respiración con la boca abierta y acelerada y desinterés total por jugar o relacionarse, dando la falsa sensación de ser dócil cuando lo que realmente ocurre es que el gato no se siente equilibrado y ve su bienestar en constante peligro.
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