Aunque optar por tener peces en casa puede parecer una alternativa sencilla, pues aparentemente un acuario siempre dará menos preocupaciones que mantener a un perro o a un gato, lo cierto es que cuando elegimos tener varios peces conviviendo en un mismo acuario estamos abriendo la puerta a muchas decisiones que tomar y a un comportamiento de los peces que se moverá en torno a tu forma de configurar el espacio, de dosificar la comida y de elegir las especies. No hay dos acuarios iguales y todas tus decisiones marcarán el resultado e incluso esto puede apreciarse en la forma que tienen los peces de nadar y de relacionarse.
Observar el movimiento constante que se da en el acuario puede ser relajante, aunque el espacio no es grande, los peces no paran de nadar, de observar su entorno y de tratar de interactuar con él. Esa paz casi idílica a veces es rota por las persecuciones, lo cual imprime cierta novedad y emoción al acuario. ¿Qué puede significar que dos peces se persigan en el acuario? ¿Es un conflicto, un juego, debemos preocuparnos?
Son varios los motivos que empujan a los peces a iniciar una persecución, y en la gran mayoría de los casos tú tienes un papel protagonista para inducir o modificar este comportamiento. La elección de los especímenes es una de las decisiones más relevantes, en función de si son machos, hembras, están mezclados o hay una descompensación entre los géneros.
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El tamaño de la pecera y cómo esté decorada es también una cuestión que puede acarrear más persecuciones o problemas de comportamiento. Si es pequeña y tiene sobrecarga de elementos los peces podrán desarrollar cierto “estrés” que se materializa en la necesidad de escapar a un entorno más libre y con más espacio, lo que les produce la necesidad de perseguirse para experimentar una falsa sensación de que el espacio es mayor. Sin embargo, decorar el acuario y dotarlo de suficientes elementos es indispensable para que los peces se sientan protegidos y camuflados, la ausencia de objetos también produce el deseo de estos de perseguir. Es importante llegar a un término medio, con una pecera lo suficientemente grande para todos los peces que deseas incorporar y una decoración que no colapse el espacio, pero que tampoco les deje desnudos.
Cuando los peces crían también pueden darse persecuciones, tanto de protección contra el pez que trata de hacerse con los huevos, como del intruso que intenta despistar al vigilante para en un momento de descuido poder acceder a las crías. Para que la reproducción de los peces sea más fácil y no se produzcan persecuciones puedes dotar al acuario de más zonas de vegetación para que puedan camuflar ahí a sus crías sin miedo a que estén visibles y disponibles para cualquier pez furtivo.
Otro problema muy habitual es la disputa por la comida, especialmente complicado si tenemos en cuenta que cada pez necesita un aporte distinto, unos se alimentan en la zona superficial, otros en el fondo, y todos deben acceder al alimento por igual. Elegir especies de pez compatibles en cuanto a su alimentación es vital para mantener un clima pacífico en el acuario, de lo contrario puede haber descompensaciones importantes, especialmente a causa de la defensa del territorio por acceder a la comida, y a la larga puede haber agresiones fatales, como la mutilación de una aleta o la devoración de uno de los peces.
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Nadar en vertical o contra el cristal
Tal vez alguna vez has visto a tus peces nadar en vertical, de abajo a arriba y de arriba a abajo. Existen varias posibles explicaciones pero todas nos llevan a una palabra: estrés. Esto quiere decir que algo no funciona bien, y tratándose de un acuario la explicaciones suelen ser las mismas: incorrecto tamaño de acuario (demasiado pequeño, generalmente), demasiados peces en el mismo tanque (sobrepoblación), mala calidad del agua (no se está limpiando ni cambiando el agua con la periodicidad que se precisa), o simplemente porque el espacio está colmado de elementos y no pueden nadar con facilidad.
Nadar en vertical es sobre todo un hábito que pueden tomar los peces que están solos, y que no pueden dar salida a su estrés persiguiéndose o generando una pelea, si están solos recurren al nado en vertical para impostar una persecución, buscando otros horizontes por arriba y por abajo, de forma contínua.
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