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consejos mejorar calidad vida perro anciano© Adobe Stock

Comportamiento y cuidados que necesitan los perros ancianos

Los perros que llegan a una edad avanzada pueden variar su comportamiento y volverse más distantes o irascibles


Actualizado 22 de agosto de 2022 - 12:06 CEST

La esperanza de vida de los animales domésticos suele superar entre un 30% y un 40% la de las mismas especies que se crían y viven en un entorno salvaje. Esto ocurre porque en los hogares los cuidados veterinarios, la alimentación y el estilo de vida alejado de graves peligros o depredadores hacen, en suma, que sus organismos se mantengan lo más cuidados posible y que no se enfrenten a situaciones mortales de forma continua para conseguir su supervivencia.

Cómo ha aumentado la longevidad gracias a los avances científicos y el modo de vida es algo que podemos notar incluso en nosotros, los seres humanos, en 1910 un español medio vivía una media de 39 años y hoy en día la esperanza de vida está en 80 años. No es difícil imaginar que el nivel cognitivo y el estado físico de una persona de edad avanzada no era igual en 1910 que en 2022. Tengamos en cuenta que biológicamente el desgaste del organismo, y en concreto del cerebro y de los sentidos, no puede ser igual en un ser que ahora vive casi el triple de lo esperado, por eso si pensamos en cómo viven y se desarrollan los perros ancianos, tal vez avanzaremos mucho si antes nos paramos a pensar cómo envejecemos los humanos y cuales son estas consecuencias.

Es muy importante tener en cuenta que el comportamiento que desarrollan los perros ancianos no es algo a lamentar, como una enfermedad, sino simplemente el desarrollo natural de una etapa, el perro es el mismo, pero entra en un ciclo diferente provocado por los cambios hormonales y el desgaste de su organismo. De forma general, podemos considerar que un perro entra en esta etapa al cumplir los 10 años, sin embargo depende mucho de la raza, como sabes de forma general los de mayor tamaño viven menos años y los más pequeños gozan de una mayor longevidad.

El comportamiento de un perro en edad avanzada se torna más imprevisible, puede prestar menos atención, puede verse más irascible, se le podría ver despistado y cansado. En muchos aspectos podría dar la sensación de que, ya que es mayor, se ha ganado ir a su aire, pide respeto, y esas situaciones de irritabilidad o de ir por libre son porque ya no tiene ganas de órdenes o de relacionarse más. Esta es una visión errada acerca de lo que realmente está viviendo el animal, fruto de varios malentendidos.

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Errores al interpretar el estado de vejez de tu perro

El comportamiento de un perro anciano cambia de forma muy pronunciada, aunque gradual, y la piedra angular de esta modificación es su carácter son las alteraciones en sus órganos receptores. Biológicamente la regeneración celular de su organismo no está preparada para tener el mismo nivel de vista, oído y olfato que cuando era cachorro, y los avances veterinarios y los cuidados a lo largo de su vida no son equiparables al mantenimiento que podemos hacer los humanos. Por este motivo, de forma inevitable y sin excepción, un perro anciano ve mucho peor, oye mucho menos y experimenta una disminución notable de aquello que pretende olfatear. Todas estas condiciones producen en él una sensación constante de desorientación, pues un alto porcentaje de las cosas que ocurren a su alrededor ya no pueden ser interpretadas por él, podríamos decir que se ve “desconectado” de la realidad, y eso afecta y mucho a su comportamiento, que se hace más distante e incluso inseguro.

Esa inseguridad de no poder percibir el mundo en toda su magnitud se suma al dolor o molestias que físicamente pueda sentir por algun problema de salud concreto, puede ser simplemente muscular, pero aún siendo leve, padecer dolor es la principal causa para modificar el carácter de un animal, también ocurre en humanos. A largo plazo, y teniendo en cuenta que los perros no pueden echar mano de su mente racional, lo que puede ocurrir es que el perro se vuelva más irascible, que aguante menos aquello que no le gusta o que no le apetece. No es un rasgo de “gruñón”, es simplemente que ni percibe el mundo con nitidez ni su organismo le da tregua a sentirse pleno, y eso genera inevitablemente episodios de ofuscación, casi como si de un instinto automático se tratara.

Es común en perros de avanzada edad que fruto de su deterioro cognitivo realicen cambios significativos en su higiene, se desorienten, se relacionen de forma distinta con otros animales y que incluso se alimenten de otra manera. En general todas estas cuestiones se alteran de forma negativa, son procesos que empiezan a quedar incompletos. Entre los motivos, además, es importante atender a que el nivel de fatiga del animal aumenta con la edad, se siente cansado, puede tener dificultad para respirar o caminar, lo que le sume en un estado de letargo mayor y unido al resto de variables.

El descanso de los animales en edad avanzada es distinto. No hay que irse muy lejos, los humanos también duermen menos cuando envejecen, y a la vez tienden a sentirse cansados a lo largo del día. Esto es debido, en parte a los cambios hormonales relacionados con el ciclo del cortisol, que es la hormona del estrés, su disminución deja de garantizar un descanso adecuado, y al ser un sueño menos profundo no se alcanza la fase REM, por lo que las conexiones sinápticas dejan de fortalecerse y puede comenzar un proceso de “desaprendizaje” de aquellas claves que le hacían comportarse de forma coherente y previsible.

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El error más grave que podemos cometer

Cierto es que podemos malinterpretar los síntomas del envejecimiento y no atender a que el animal pasa por una nueva etapa en la que inevitablemente todo va ponerse más difícil para él y que las consecuencias no son cómodas. Sin embargo, existe un error más grave que puede hacer que el proceso de envejecimiento se acelere o que tenga unas consecuencias significativamente peores, y es abandonar las pautas y amoldarnos en exceso a lo que su nueva edad le fuerza a hacer. Es decir, dejar de vigilar su alimentación, no propiciar que realice juegos, salidas ni se ejercite, admitir que ladre o se muestre agresivo, etc… Todas estas cuestiones pueden escudarse simplemente en la idea de que si es anciano, ya no merece la pena molestarle más. Sin embargo, pasar de largo sobre todas estas cosas puede implicar un declive significativo en su calidad de vida.

Tanto los problemas de conducta provocados por la edad, como el cansancio y cierta desgana tanto en el juego como en la alimentación, son cuestiones que no podemos abandonar creyendo que dejándolo en paz le estamos dando una vida más apacible. Tan solo debes tener en cuenta que los hábitos, las rutinas y las normas siguen ahí, aunque haya que adaptarlas. Consulta con tu veterinario para modificar la dieta de tu perro, realiza paseos con una frecuencia y duración adaptados a su edad, da más importancia a la higiene dado que él por sí mismo no será capaz de complementar tu esfuerzo, y trabaja con él su relación con el medio: juega a potenciar su olfato, ofrécele retos en los que deba utilizar este sentido, para él es el más conectado con su cerebro. Y por último, dale mucho amor, que él sepa que estás a su lado, que sigue formando parte de tu vida.

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