Muchas veces se nos olvida lo importante que es dedicar tiempo a nuestras mascotas y jugar con ellas. Damos casi por sentado que el juego es una actividad lúdica sin trascendencia, pero esa es una idea errónea. Para las mascotas el tiempo de juego significa algo que va más allá: implica dar sentido a una pieza fundamental de su sociabilidad y de sus instintos. Si te fijas bien, los juegos que se realizan con las mascotas, sean del tipo que sean, están recreando el ciclo de caza o de supervivencia que llevan grabado a fuego en su comportamiento. Con perros y gatos todo gira a ir a por las presas, y en el caso de roedores el juego cobra un matiz de huída. Para ellos no solo no es estresante creer que en verdad están cazando o escapando, sino que el juego se engarza como pieza fundamental que completa sus instintos más primarios y necesarios.
El juego tiene, además, dos motivaciones muy importantes. Es la forma que tiene nuestro gato de hacer ejercicio por lo que jugar es vital para él y su estado físico, para luchar contra la obesidad y enfermedades cardiovasculares. Piensa que a diferencia de los perros, los gatos no salen de casa, lo que les facilitaría ejercitarse con otros animales y hacerlo “a demanda” en función de su necesidad diaria, los gatos dependen íntegramente del espacio doméstico, que no siempre está disponible para el juego, y de tu interacción sin no existen otras mascotas en el hogar. Por otro lado, los vínculos que se generan cuando jugáis van más allá del rol de “proveedor de comida” y el de “compañero de piso”. Si formáis parte de las mismas aventuras os convertís en parte de un mismo equipo, para el gato jugar contigo no equivale sólo a una actividad de recreo, el juego es real para él, por lo que te asociará a una situación importante y profunda, que da forma a qué es: un cazador.
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Perseguir a una presa jamás pasará de moda
Al final todos los juegos con gatos tienen un componente similar, se basan en perseguir a una presa, sin embargo podemos modificar y sofisticar mucho este juego. El elemento más importante es “la presa”, y es muy relevante que no sea un juguete común. Si te lo tomas en serio, debería cumplir estos requisitos: tener aspecto de roedor, cuanto más realista mejor, por otro lado resulta muy útil si al moverse produce algún ruido con un cascabel por ejemplo, piensa aunque que los gatos también cazan por la vista, lo hacen mucho más por el oído, son capaces de posicionar la recepción de un ruido e identificar exactamente desde qué ángulo procede, bien sea en vertical u horizontal, algo que los humanos somos completamente incapaces de saber. Y por último, y muy importante: el juguete que utilices para dar caza debe ser inédito, no lo dejes a su alcance salvo en los momentos de juego, el gato debe asociar que se trata de un elemento único y preciado, asociado a la caza, porque si lo dejas de cualquier manera tirado por el suelo cuando ya no jugais perderá el interés en él, se convertirá en un elemento de juego sin aliciente, perderá la magia.
Jugar de la forma más rudimentaria es la manera más efectiva y gratificante. Si tú también te ejercitas, mental y físicamente, y el juego significa para ti un reto: es la prueba de que lo estás haciendo bien, de que sois un equipo. Jugar ni es fácil ni requiere poca visión, recuerda que los gatos son felinos muy avezados. Puedes atar la presa a un palo, haciendo la forma de una caña de pescar. Cuanto más larga sea la cuerda y tú puedas alejarte más del espacio, mejor, porque así se dotará a la rutina de juego de mayor realismo y libertad de movimiento, pero debes de ser capaz de no ponérselo fácil. Piensa en términos de caza ¿si le dejamos ganar y llevarse la presa de forma instantánea, el reto perdería todo el valor. Recuerda las típicas frases motivacionales que usamos en nuestra vida diaria “lo importante está en el camino, no en llegar al destino”, pues jugando con un gato esto es mucho más relevante. Que seas un buen jugador humano implica que el gato no logre cazar a su presa de forma instantánea, sino que la “partida” se alargue lo suficiente para ir generando más interés en él, deseo de darle caza, actividad, desarrollo de la persecución. Sólo así el ejercicio físico que realizará tu mascota será el adecuado, y una vez que atrape a la presa sentirá que está completando una caza real: algo que ha deseado lo suficiente y que se ha ganado.
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Sofisticando la caza
Una vez que tenemos claros los puntos importantes de la persecución podemos dotar al juego de un aliciente más complejo, como por ejemplo utilizar un juguete rellenable de hierba gatera. Esto producirá en el gato una percepción olfativa, completando una dimensión más de su percepción de caza, y al apresarlo disfrutará aún más de su premio, pues podrá “ensañarse” con el juguete dando rienda suelta al resto de su energía. Esto es muy importante y poca veces es tenido en cuenta: la caza necesita una culminación, si el proceso de persecución ha sido óptimo y elaborado, nacerá en el gato un deseo casi irrefrenable de contacto con la presa y de “devoración”. Por eso los punteros láser no son tan adecuados para jugar con gatos, porque aunque favorecen un juego muy rápido, nunca pueden ofrecer la consecución física de la presa, y ésto puede frustrar al gato y darle ansiedad. Los juguetes rellenables son una alternativa muy completa a nuestro esquema de presa, cuerda y palo.
Sin embargo, existen juguetes que automatizan aún más el premio que obtiene el gato al dar caza a su presa, dosificando alimentos que hay en su interior. Se trata de sistemas interactivos en los que se hace menos necesario que estés atento, y que están pensados para dispensar un snack cuando el gato es capaz de completar con éxito un rompecabezas diseñado a su medida y que, encaja con el modo de razonar de los gatos: observar e interactuar de forma rápida, creando la analogía de que una presa está atrapada, podrá escapar y ellos deben evitarlo, dándoles caza antes. Sin embargo, estos juegos hacen que tu presencia sea más superflua, tú pasas a un segundo plano porque el juguete lo hace todo, por lo que nuestro consejo es que recurras a estas herramientas automáticas para complementar vuestra relación, pero no bases la parte importante en ella, pues así tú desapareces de la ecuación. Recuerda el consejo que te dábamos al principio: si tú también sientes que estás quemando energía física y mental, es que estais jugando a lo mismo, y es entonces cuando el vínculo entre ambos se fortifica.
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