Ante la idea de irnos de vacaciones unos días o unas semanas siempre surge la misma duda ¿qué hacemos con la mascota? Si es un perro, lo que más le podrá gustar es acompañarte, los canes siempre valoran la pertenencia al grupo antes que cualquier otra comodidad, allá donde estés tú él será feliz, sin embargo, no puedes llevarlo a cualquier sitio. Los medios de transporte públicos no son demasiado pet-friendly, aunque recientemente Renfe ha anunciado que va a elevar el peso de las mascotas permitidas para viajar junto a sus dueños, de 10 a 40 kilos, aunque por ahora se trata de una prueba piloto en algunos AVE. Sin embargo, los hoteles siguen sin estar preparados, y las trabas para ir a cenar, disfrutar de la playa o hacer actividades deportivas o culturales acompañados por nuestra mascota lo ponen muy difícil.
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Los gatos te echarán de menos, pero no quieren ir contigo, prefieren ante todo quedarse en casa y seguir disfrutando de sus comodidades: sus cuencos llenos de pienso y agua, su arenero limpio y sus zonas de recreo y para echar la siesta: su hogar es su paraíso, no quieren experimentar un cambio de rutina. Y con el resto de mascotas pasa algo parecido, viajar con un conejo, un loro o una tortuga puede ser altamente contraproducente. ¿Entonces qué hacemos con la mascota?
La mejor opción de todas es dejarla bajo el cuidado de un amigo o persona de confianza, nadie mejor que alguien cercano que se comprometa a suplir tu presencia y cariño. Piensa esta opción: puedes dejar tu casa a un conocido que quiera pasar unos días de vacaciones en tu localidad, cambiar de aires o plantear unas vacaciones económicas. A cambio deberá vigilar que a tu mascota no le falta de nada y darle compañía durante el tiempo que esté en casa. Los intercambios de casa a cambio de cuidar a la mascota pueden ser un trato muy equilibrado, sin embargo debes poder plantearlo con cierta antelación
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Los perros, los más complejos
Salvo si vas a confiar a tu perro a un cuidador profesional que disponga de una “residencia canina” para varios, lo ideal es que el animal permanezca en su propia casa y que sea el amigo-cuidador el que se desplace a ésta. Si el animal sigue manteniendo un entorno que le es familiar, con los mismos olores, misma disposición de las cosas y sus mismas comodidades, echará menos en falta el cambio. Trasladar a una mascota a una nueva casa con alguien que no conoce son dos cambios: de localización y de cuidador. Piensa que nadie va a pasar 24 horas con tu perro, por lo que si él está en una casa que no conoce y se siente solo, podría desarrollar estrés y optar por una vía de escape a cierta ansiedad y confusión: deteriorando la casa o el mobiliario. Bien sea investigando el nuevo entorno, o buscando llamar la atención, si permanece en tu casa tendrás el espacio más acotado.
Sea en casa o en el hogar del nuevo cuidador, es muy importante que días antes podáis compartir tiempo, tu sustituto, tu mascota y tú. Así podrá conocer su forma de hablar (tono de voz), su carácter (perros y gatos tienen un sexto sentido para identificar si una persona es nerviosa o calmada), su olor y la forma que tiene de jugar. También, si va a trasladarse a otra casa, puede ir contigo y pasar tiempo allí para que el cambio no sea abrupto. Ahora bien, una cosa es aplicar una fase de adaptación de uno o dos ratos, y otra eternizar o dramatizar el cambio, los animales son muy fuertes y necesitan poco, no seas tú quien más dramatice la situación, alargándola sin sentido: a veces es más nuestro pesar por separarnos que el auténtico “trauma” que pueda padecer el animal.
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Trucos para el nuevo cuidador
Es importante que si la mascota está habituada a ciertos horarios, el nuevo cuidador trate de respetarlos. La misma hora para el paseo, para renovar la comida, e incluso para jugar. Los animales tienen su propio reloj interno, y si están habituados a que todo ocurra a la misma hora es muy positivo que esos horarios se mantengan.
Permite al cuidador que utilice los premios de forma más holgada que tú, no tengas miedo a que tu mascota se malacostumbre, al contrario: recibir chuches ayuda a coger confianza y hace que se asocie al nuevo cuidador como a una persona de fiar. Eso sí, para sacar provecho a los premios, es mejor que sean del mismo tipo que tú le das habitualmente, esto tocará su recuerdo y le ayudará a comprender que formais parte de un todo, que nada ha cambiado tanto, y que está en buenas manos.
Cuidado con dar excesivas muestras de dramatismo
No solo el tiempo pasa de forma diferente para mascotas y humanos, también el significado de la separación. Cuando tú te vas conoces el plazo en el que regresarás, para ti es un tiempo concreto que nunca podrás comunicar a tu mascota. Además, es común que sientas cierto grado de culpabilidad o simplemente pena por no poder compartir este tiempo con tu mascota, sabes que la echarás de menos. El ser humano es el único animal capaz de preocuparse por lo que pasará. La idea “te echaré de menos” no existe ni puede ser concebida por un perro o un gato, por eso una despedida no es comprensible para él. En ningún momento cavilarán teorías o expectativas, nunca piensan que se les hace largo, o que ojalá falte poco para que regreses, tampoco pensarán que es una decisión voluntaria, ni interpretan un juicio de valor. Los perros y los gatos solo conocen dos estados: estar contigo o estar sin ti, y ambos son válidos.
Por eso mismo, despedirte de tu mascota como si fuera un ser humano, es algo que debes evitar si no quieres sufrir en balde y confundir aún más a tu perro o gato. Cuando te vayas, simplemente vete. Probablemente, si tienes un perro, él sabrá que te estás yendo para varios días cuando te vea arrastrar una maleta y los canes desarrollan fácilmente un sistema de patrones con los que asocian que otras veces que te fuiste con una maleta sintieron que no fue tan breve como cuando sales con la bolsa de la compra. Aun así, saben que podrán vivir con ello. Si les abrazas, utilizas un tono de despedida, les acaricias, te haces muy presente, y entonces te vas, el animal puede sentir más estrés y ansiedad sobre la separación que si simplemente te vas. Haz que el nuevo cuidador venga a estar con tu mascota cuando tú te vayas, que le mantenga entretenido, juegue con él, con eso bastará para que la separación no sea más dolorosa de lo estrictamente necesario.
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