Si te suena este ave, puede que incluso pienses que es un animal prehistórico. Su nombre científico es Raphus cucullatus, pero lo cierto es que el pájaro dodo existía ya cuando el ser humano apareció en el planeta y pervivió hasta el siglo XVII, época en la que su presencia empezó a flaquear precipitadamente y a desaparecer abruptamente hasta no quedar un solo espécimen de este tipo de ave en 1662, año en el que se constata la extinción total del pájaro dodó. ¿Cómo era? ¿Qué produjo su desaparición?
Resulta curioso que la primera vez que un pájaro dodo fuera visto por un europeo fuera en 1958, cuando los marineros holandeses llegaron a las Islas Mauricio, en el océano Índico, y describieron entre su fauna había un pájaro grande y torpe, casi como una gran gallina, a la que apodaron “dodo”, se cree, por su carácter y apariencia un tanto “boba”. Apenas 100 años después este ave desapareció. Y es que aunque su carne no era muy apreciada para el consumo humano, pues parece ser que tenía una textura y un sabor no demasiado refinados, sus huevos sí parecían deliciosos y sus plumas se empezaron a vender para realizar atuendos exóticos. No era extraño que los barcos europeos que atracaban en las Mauricio llevaran de regreso al viejo continente ejemplares de dodo, además, de que en plena travesía también utilizaran el ave para alimentarse, no era deliciosa pero era grande, lo que aseguraba el alimento para varios marineros.
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Motivos para su extinción
Esta especie sólo existía en las Islas Mauricio, pues era un ave que no había desarrollado la facultad de volar, por lo que sus alas y cola se mantuvieron cortas, como la de una gallina, pero no mantiene una anatomía gallinácea, sino que está emparentada con las palomas, claramente aves que sí volaban. Esta es una cuestión evolutiva, y es que no necesitaba escapar de depredadores porque su vida de las islas era plácida, sin depredadores de los que preocuparse.
Se cree que, de haber pertenecido a otra zona de planeta, con mayores peligros, sí habría desarrollado el vuelo y su reproducción se habría diseminado por un área más extensa. Sin embargo, el depredador que llegó por sorpresa fue el hombre, que aunque transportó ejemplares del pájaro dodo a Europa, no lo hizo en la cantidad suficiente, y fueron más los ejemplares que fallecían que los que procreaban.
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No era un animal 'bobo' como se creía
El comportamiento del pájaro dodo denotaba una adaptación al medio muy profundo, pues las estaciones secas y húmedas de las Mauricio están muy diferenciadas entre sí, el cambio es muy brusco, y el pájaro dodo debía saber prepararse para sobrevivir a ambas y que el impacto no le pillara desprevenida, para ello debía acumular grasas y encontrar agua para sobrellevar la estación seca y saber parapetarse en la húmeda. Su alimentación era sencilla, consumía semillas del árbol tambalacoque, originario también de las Mauricio y uno de los motivos por los que este ave no se adaptó bien a la vida en el continente europeo: echaba de menos a este árbol.
Llegaba a medir nada menos que un metro de altura, y su peso podría alcanzar más de 20 kilos. Esto le hizo muy popular, pues se veía con facilidad y que no pudiera volar le dejaba a merced de la caza humana. Todo su cuerpo tenía plumas, salvo las patas y la zona de la cara que se une al pico, éste medía unos 20 centímetros y tenía una forma de gancho que recuerda en cierta medida a las gaviotas, aunque en su caso se cree que desarrolló esta figura para poder romper mejor los cocos, otro de los alimentos principales de su dieta y que no existía en Europa. Según los descubridores de las Islas Mauricio, la describen como un ave gorda y lenta, sin embargo los ejemplares que empezaron a crecer en cautividad eran más esbeltos y se movían con más agilidad, fruto de una dieta más contenida.
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Su ADN está a salvo para ser revivido
Aunque no cabe duda de que fue la mano del ser humano la que actuó para que el pájaro dodo se extinguiera, no es tan sencillo. Realmente todo empezó por la llegada a la isla de los perros de las tripulaciones y de las ratas polizones. Lo que significó la propagación de dos mamíferos letales para los pájaros dodo, pues ambos vieron en estas aves una presa a la que perseguir. También llegaron a las Islas Mauricio ejemplares de gallinas, que fueron importadas para dotar a las tripulaciones de huevos, y una vez en tierra se establecieron, sin embargo muchas llegaban enfermas, y estas mismas enfermedades se transmitieron al pájaro dodo.
Según la doctora Elisabeth Shapiro, de la unidad de biología evolutiva de la Universidad de California Santa Cruz, el pájaro dodo es el símbolo universal de la extinción causada por el hombre, una especie que en apenas un siglo fue aniquilada de su entorno natural. Precisamente, gracias a los avances veloces e imparables en investigación genética de los que gozamos hoy en día, un grupo de científicos liderados por Shapiro ha dado con la clave para intentar devolver a la vida al pájaro dodo. Se trata de un descubrimiento sobre su ADN que inserta la pieza que faltaba para conocer su genoma y completar así su secuencia genética con el objetivo de volver a reproducirlos, traerlos a la vida tres siglos después de su extinción.
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