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La inmensa mayoría de las situaciones en las que podríamos no comprender con exactitud un comportamiento felino podríamos acabar determinando que se debe a su mente de cazador. Aunque no lo parezca, los gatos solo piensan en cazar, les apasiona. Esa actividad rige su vida y convierte la mayoría de sus rarezas en un hábito primario enfocado a cazar más, cazar mejor y divertirse cazando. Lo malo es que en casa no hay nada que cazar…
Tirar objetos
Habrás observado, no sin cierto estupor, como tu gasto puede distraerse jugando a tirar los objetos que tienes en la estantería o la mesa. Se acerca, observa, le pega un golpe con la patita, tanteando, le vuelve a dar repetidas veces y finalmente le asesta una patada certera que acaba por tirar el objeto al vacío, mientras el gato observa como cae con aspecto circunspecto. ¿Qué pasa por la cabeza del gato?
Muchas veces la respuesta más sencilla y evidente es la más acertada. Los gatos son cazadores avezados, no sólo están programados para buscar presas y derribarlas, sino que necesitan esa emoción para sentirse completos, su mente no asume que viviendo en una casa y disfrutando de todas las comodidades de la familia ya no necesitan de tener siempre activado este mecanismo de búsqueda que les incita a la caza.
Entonces: se aburren. Por mucho que traten de ver darle la vuelta a las situaciones más rutinarias y convertirlas en un juego de caza y observación, vivir en una casa se hace muy monótono para ellos. Los gatos que tiran objetos son aquellos que no tienen demasiados alicientes, están pidiendo a gritos un poco de emoción: un puntero láser, una pelota con movimiento autónomo, un compañero de aventuras… Tirar objetos significa: ojalá tuviera algo más divertido que perseguir.
Para evitar que tu gato tire cosas, préstale más atención. Busca juegos físicos que puedas compartir con él, tú puedes ser su mejor compañero. Esto ayudará a que mejores tu relación con él y con el medio (tu casa). Cuando tu gato esté a punto de tirar algo, llama su atención, no para prohibirle (pues no servirá de mucho) sin para intrigar su atención con otra situación mucho más atractiva, juega con él.
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Se suben a lo más alto
Si le dejaras, tu gato acabaría subiendo al armario más alto de la casa. A diferencia de los perros, en ocasiones llegar a casa plantea la duda ¿dónde está escondido el gato? Saber dónde está es un auténtico enigma. A veces simplemente nos observa desde lo alto de la estantería. Depende mucho de la configuración de la casa, pero si los muebles lo permiten, el gato acabará trepando y encontrará su lugar favorito en lo alto de cualquier superficie. Por eso los árboles rascadores son tan codiciados, pues les permite ascender y jugar trepando.
La explicación sobre por qué los gatos aman las alturas es sencilla: son depredadores. Como casi todo en los gatos se explica por su intenso deseo de cazar, y para los especímenes más antiguos de felinos situarse estratégicamente en las alturas, donde poder otear a sus presas, era un objetivo primordial. Mientras que a los animales “presa” les apasionan los agujeros en el suelo, los depredadores aman las alturas.
Euforia nocturna
Si tu gato está esperando a que te vayas a dormir y justo cuando apagas la última luz se pone a maullar y a correr por la casa: estás ante un caso clásico de euforia nocturna felina. Los gatos aman la noche, lo llevan impreso en su reloj biológico. Son seres nocturnos a los que les apasiona la intriga de la oscuridad, por fin podrán dar caza a un roedor: ese sería el sueño más anhelado de estos pequeños cazadores.
Cuando apagas la luz y te vas a dormir el gato te dice maullando: “¿de verdad no vas a participar en la caza?” Tú sabes que no hay nada que cazar, pero su parte más primaria le colma de esperanza para creer que sí. Su actitud permanece alerta, emocionada y con ganas de celebrar la llegada de la noche: las horas en las que las presas están más indefensas y donde los ruidos son más claros.
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Te regalan animales muertos
Que tu gato te traiga agarrado a sus dientes un pájaro muerto o un pequeño ratón, y te lo ofrezca, es una de las situaciones más chocantes que te pueden tocar vivir como dueño de un felino. Por un lado parece una ofrenda, pero por otro resulta realmente asqueroso y descorazonador ver a un animal muerto en sus dientes.
La razón es sencilla, el gato te rinde tributo. Para él es infinitamente más divertido cazar que hacer algo con ese cuerpo inerte, acostumbrado como estará a comer su pienso y latas de comida fresca, ahora no va a renunciar a los platos delicatessen y a probar el sabor de la carne fresca recién cazada. No, lo que el gato pretende es divertirse cazando y, ya puestos, regalarte su presa para que seas tú quien la convierta en… ¿pienso?
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