Los pájaros domésticos son una de las especies más populares en los hogares de todo el mundo. Su pequeño tamaño y la facilidad con la que se mantienen, además del bajo coste que requiere su alimentación y cuidados, hacen en suma que se trate de una opción muy popular para alegrar la casa con sus cánticos y bellos colores.
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Sin embargo, como cualquier otra especie, las aves también tienen enfermedades propias que pueden hacer mella en su salud. Lo complejo en su caso es detectarlas, los síntomas no siempre son evidentes. Generalmente cuando las enfermedades se hacen visibles puede ser ya demasiado tarde para tratarlas. Por eso es importante prestar mucha atención al ánimo del animal, percibir si cambia en algo su comportamiento o si presenta un aspecto distinto.
Estrés
¿Cómo va a tener estrés un pájaro? Estamos demasiado habituados a creer que el estrés es un problema humano, asociado a personas muy ajetreadas y, comúnmente, del entorno urbano. Sin embargo el estrés tiene un significado más general y que puede asociarse a todo tipo de seres vivos, pues se trata de una situación de estrés físico o emocional, que frustra la sensación de control.
El estrés apela a sentimientos de pérdida de la capacidad de supervivencia. Cualquier situación que ponga en entredicho o que complique acceder a aquello que necesitamos para vivir, que haga más complejo nuestro equilibrio físico o mental, eso define a una situación estresante. Los pájaros también viven este trastorno cuando se les fuerza a vivir bajo unas condiciones que no son las más óptimas.
Cuando un pájaro está en una jaula con más especímenes de los que puede soportar, generando una situación constante de competencia y caos, así puede desarrollar estrés. Si la jaula es pequeña y no puede moverse adecuadamente, también. Cuando la temperatura es más alta de lo que su cuerpo percibe como agradable, o cuando pasa muchas horas sin ninguna estimulación sensorial. Todo esto hace que la calidad de vida, “emocional” del pájaro se vea limitada, y a corto-medio plazo podrá sufrir los efectos del estrés: que pueden materializarse con nerviosismo, rascado y autolesiones.
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Psitacosis (ornitosis)
Muchas de las más importantes enfermedades de los pájaros se deben a una higiene inadecuada. Cierto es que puede resultar algo cansado retirar las heces de la base de la jaula y limpiar el resto de los barrotes y comederos, pero es de vital importancia para que el ave se mantenga sano. Esta enfermedad no sólo afecta a los pájaros, sino que éstos lo transmiten a los humanos, sin embargo para nosotros representa sólo los síntomas de un resfriado, por lo que pocas veces se logra relacionar una con la otra, y pasa desapercibida.
Enfermando de psitacosis, los pájaros sufren un descenso importante de su apetito, secreciones de las mucosas (como si estuvieran resfriados), pérdidas del plumaje, se les hincha el la zona del vientre, sufren calambres en sus articulaciones, diarrea y desarrollan problemas respiratorios.
'Escherichia coli'
Como en el caso de los seres humanos, los pájaros también pueden albergar bacterias en su intestino, y éstas pueden permanecer “durmientes” sin generar ningún tipo de problema. Sin embargo, si las condiciones son propicias pueden despertar y provocar diarrea y otros problemas digestivos. La mayoría de estas bacterias se reproducen cuando el ambiente no es del todo higiénico, por lo que extremar la limpieza de la jaula de tu ave es primordial para evitar estas posibles infecciones.
Picaje (autolesión de plumas)
Hay varias explicaciones para comprender por qué un ave se arranca las plumas a sí mismo, y todas ellas son graves porque esto constituye una autolesión, algo para lo que no está predispuesto a menos que algo le afecte gravemente. La causa más probable es que el pájaro padezca de parásitos, y con estos picotazos esté tratando de zafarse de ellos, sin controlar adecuadamente el daño que se produce a sí mismo.
Los pájaros también pueden tener problemas de conducta que les puede motivar a arrancarse las plumas como síntoma de aburrimiento, soledad, problemas de sueño, falta de juguetes, falta de atención o problemas de higiene.
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Coccidiosis
Esta es una de las enfermedades más letales que pueden afectar a las aves, también a las domésticas. Se trata de una parasitosis intestinal fruto de ingerir alimentos o agua contaminados por la saliva de animales enfermos. Esta enfermedad produce que el ave sufra de diarrea hemorrágica, lo que en apenas 5 días puede provocarle la muerte, pues pierde peso de forma acelerada y su sistema digestivo deja de funcionar. Esta enfermedad es curable, pero hay que atajarla a tiempo acudiendo al veterinario ante el primer síntoma.
Quistes foliculares
Aunque el lugar más común para que surjan estas protuberancias es bajo las alas, lo cierto es que podría parecer en cualquier parte del cuerpo del pájaro. Suelen originarse en el nacimiento del ave, cuando las alas se retraen y generan quistes, lo que es más habitual en pájaros de abultado plumaje como canarios y loros. Generalmente no presentan un problema muy grave, pues pueden ser extirpados con cirugía veterinaria.
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