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consejos horarios para pasear perro© Adobe Stock

¿Cuál es la hora y la frecuencia perfectas para pasear a mi perro?

Sacar al perro no es suficiente, es importante que pautemos diariamente unos horarios fijos y un recorrido completo para que nuestro can no desarrolle problemas de salud y de comportamiento.


Actualizado 22 de junio de 2022 - 13:27 CEST

El ajetreo diario no nos permite grandes espacios de tiempo para el relax y la contemplación. Pocas personas se pueden permitir dar un buen paseo al día: los hijos, el trabajo y los quehaceres domésticos se comen todo nuestro tiempo. Sin embargo, cuando nos referimos a dar un paseo al perro la expresión no debería ser “sacar al perro”, sino acompañarle a una de sus fases diarias más importantes: la relación con su entorno y la ejercitación de sus habilidades sociales y físicas.

En qué debe consistir el paseo

Por un lado los perros tienen una vida infinitamente más sencilla que los humanos, pero no nos dejemos engañar, hay cuestiones que para ellos son mucho más complejas y vitales. El paseo diario (o mejor dicho: los paseos diarios) son las piezas fundamentales del mundo físico y “mental” del animal.

Cuando un perro sale a pasear lo primero que hace es reconocer el ambiente, y ahí se activan todos sus sistemas complejos de percepción, análisis y socialidad. Primero olfatea el ambiente. El entorno es radicalmente distinto si hace un día seco o si está lloviendo. Notarás que en los días de lluvia se vuelve mucho más activo, porque los olores se potencian. Para los perros el olfato es su sentido principal, como para nosotros la vista, al llover es como si se pusieran gafas que amplifican los colores y las texturas.

La segunda de las fases por las que debe pasar el perro al salir a la calle es hacer ejercicio físico, una necesidad capital en perros domésticos que, cada vez desarrollan más obesidad o problemas cardiovasculares, fruto del extremo sedentarismo. Debe pasear, pero pasear bien, lo significa caminar un mínimo de 20 minutos, el tiempo suficiente para cambiar de paisaje, dejar atrás los sonidos y los olores característicos de la zona cercana al hogar, y llegar a nuevos lugares con su personalidad propia. Caminar, correr y jugar es indispensable.

El tercer eslabón de un paseo es el que tiene que ver con la cara social de tu mascota. Que tu perro se acerque a otros canes, que se ladren mutuamente, que se huelan y que jueguen. Es fundamental que se integre en su pequeña sociedad canina. No solo es divertido, jugar también modela su carácter y lo completa.

El juego no solo es una forma de recrearse sino de potenciar la maduración de su personalidad y comportamiento. Un perro poco socializado es torpe con las muestras de comunicación con otros perros, tiende a ladrar furiosamente (solo por llamar la atención y saludar), desarrolla temores a estar próximo a otros perros y no acaba por comprender cuando los otros quieren jugar, y lo malinterpreta con que puedan suponer una amenaza.

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El mejor momento: atención a los ritmos circadianos

Los perros llevan a rajatabla los patrones de conducta y comportamiento que tú le inculques, no solo los siguen sino que además los necesitan porque son bastante cuadriculados en lo que respecta a las costumbres. Los canes tienen su propio reloj biológico, el que estipula los ritmos circadianos de cada perro, y además es capaz de integrarlo con tus costumbres. La única indicación importante es que, en lo que respecta a los paseos, procura no ser caótico, y busca siempre una uniformidad en los horarios.

Salir a la calle con tu perro solo cuando tú tienes un hueco libre, y generar un ritmo aleatorio de paseos es lo peor que podrías hacer a tu perro. El perro agradece que ciertas costumbres sean inamovibles, pero también que sepas acompasarlos al entorno: el perro podrá desear salir a la calle desde que salen los primeros rayos de luz, y tenderá a rehusar a salir cuando anochezca.

En total el número de salidas para pasear ideales son tres. Una por la mañana, cuanto más temprano mejor, porque así hay menos gente, los olores son más principales, la calle está fresca y este paseo ayuda a despejar al perro, a poner en marcha su metabolismo y ritmos internos. A primera hora de la tarde, el paseo puede ser más breve, más que pasear podemos buscar que salude a otros perros y que juegue. Y finalmente a última hora de la tarde el paseo puede ser más largo y sosegado.

Las horas perfectas son, por la mañana, entre las 8:00 y las 10:00. Por la tarde depende de la época del año, porque en verano es necesario tener en cuenta los posibles golpes de calor, pero de forma general el paseo de la tarde debería ser más bien hacia las 17:00, ten en cuenta que este puede ser el más breve. Y finalmente el último paseo del día puede ser a las 20:00.

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Consecuencias de pasear poco y mal

Los perros pueden desarrollar algo similar a los trastornos obsesivos compulsivos (TOC) de los humanos, en su caso se denominan estereotipias, con conductas repetitivas y a la larga pueden producir daños. Si se rasca compulsivamente, ladra de contínuo y sin aparente razón justificada o se lame en exceso, puede ser motivado por una mala socialización y por pasar mucho tiempo en casa. Los perros privados del suficiente contacto con el entorno desarrollan ansiedad, que se traduce en un estado nervioso y repetitivo.

Un perro que no pasea lo suficiente acaba por necesitar volcar su energía de alguna forma. El mal comportamiento de muchos perros en el hogar es producido precisamente porque no han podido ejercitarse fuera. Si tu perro destroza objetos, es tozudo y no parece plegarse a la educación que tratas de darle, puede que el motivo oculto en ese mal comportamiento sea la necesidad de pasear más, y hacerlo con mayor calidad.

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