Los ruidos son grandes enemigos de nuestras mascotas. Todos relacionamos los petardos con perros asustados, pero no solo. Los electrodomésticos, las tormentas de verano o los fuegos artificiales son algunos de los principales ruidos que más temen nuestras mascotas y que pueden desencadenar ansiedad, estrés e incluso fobias difíciles de tratar. “Cuando convivimos con una mascota debemos estar atentos para conocer todos los matices de su carácter y reconocer cuáles son sus preferencias y gustos, pero también sus temores o las situaciones que les generan estrés”, comenta Ana Ramírez, directora técnica veterinaria de Kivet, la red de centros veterinarios de KIWOKO, que insiste en que nuestra respuesta ante el nerviosismo de las mascotas es “determinante”.
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¿Por qué motivo les afecta tanto el ruido a nuestras mascotas?
“Para entender muy bien esta cuestión, hay que tener en cuenta que el oído de los perros y gatos está mucho más desarrollado que el nuestro, por lo tanto, cualquier ruido fuerte, agudo o poco común les puede causar molestias. Es decir, que ese miedo que desarrollan no siempre se debe a hechos o eventos traumáticos que nuestras mascotas han vivido en un pasado”, nos comienza explicando Sonia Sáez, veterinaria Brand manager de Purina Corporativo.
Y detalla que por lo que respecta al miedo irracional que tienen hacia algunos sonidos, puede deberse a varias causas. “La mayoría las podemos evitar con una correcta socialización en edades tempranas, pero algunas pueden ser más complicadas de gestionar. Lo que les ocurre a muchos animales es que cuando cogen miedo a un ruido también sienten pavor ante otros estímulos o situaciones parecidas ya que las asocian entre sí por su similitud”, comenta.
Cabe destacar que el miedo como tal puede no ser negativo para las mascotas, ya que es un comportamiento innato y evolutivo estrictamente relacionado con el instinto de supervivencia de su especie. Por eso, ante cosas poco habituales se ponen en estado de alerta. “El problema llega cuando el animal tarda mucho tiempo en tranquilizarse y continúa en estado de hipervigilancia, lo cual hace que el perro tenga la sensación de que esa situación no la ha podido controlar y la asocia a algo estresante. Un hecho que puede provocar que de cara a futuras situaciones reaccione de peor forma hasta incluso llegar a desarrollar una fobia al respecto. Además de intentar evitar que nuestro animal lo pase mal, debemos gestionar estas situaciones rápidamente dado que muchos animales reaccionan con agresividad para combatir sus miedos, y este comportamiento no es para nada deseable”, recomienda la experta de Purina.
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Sonidos especialmente molestos
¿Hay sonidos que podemos considerar especialmente molestos para nuestras mascotas, algunos incluso dentro del hogar? Lo cierto es que en este caso depende de la situación y de cada mascota. “En general, los ruidos que les pueden ser más molestos son aquellos con tonos e intensidades más agresivas como los cohetes, petardos, fuegos artificiales y todo aquello relacionado con la pirotecnia, truenos, tormentas, disparos, entre otras cosas. Por lo que se refiere a los ruidos del hogar, aquellos que más les afectan pueden ser aspiradoras, alarmas, timbres, instrumentos musicales, batidoras y otros electrodomésticos como el microondas, etc”, comenta Sonia Sáez.
Así hay que actuar
Hay perros, como decíamos antes, que pueden llegar a desarrollar incluso fobias ante un ruido de intensidad, como puede ser un petardo, ¿qué podemos hacer en esos casos? ¿Cómo podemos minimizar el impacto de los ruidos que pueden causar miedo o estrés a nuestras mascotas? La veterinaria de Purina resume sus consejos:
-En primer lugar, recomendamos que cuando tu mascota está asustada lo mejor es evitar gritarle o reñirle. En estos momentos de tensión para el animal es importante demostrar afecto, cariño, comprensión, etc., para que se sienta seguro y protegido. Algo que le puede ayudar a tranquilizarse y a confiar en nosotros en sus momentos más complicados.
-Asimismo, es crucial no atar ni encerrar en un espacio que no sea habitual para tu perro o gato cuando está pasando un mal momento o cuando está asustado, ya que puede ser contraproducente debido a que el animal puede asociar esos ruidos (que ya le causaban pánico) a estar bajo unas condiciones que no le gustan.
-Por eso, hay que dejar que tu mascota vaya al lugar que considere más seguro para tranquilizarse y no pasarlo mal.
-Como modo de prevención, si sabemos que ese ruido o situación molesta va a llegar (se avecina una tormenta, se celebra alguna festividad que incluye petardos o ruidos estruendosos, etc.) podemos directamente llevar al animal a ese lugar en el que se siente más resguardado, con sus juguetes o snacks favoritos, poniendo música, radio o sonido de televisión de fondo para neutralizar los sonidos externos, de modo que se sienta seguro y puedas ahorrarle sufrimiento.
-Otra forma muy efectiva para ayudar a que tu mascota no pase un mal trago es jugar con ella. Es decir, cuando ese ruido esté molestándole intentar entretenerle para que se olvide de la situación y descargue toda su energía. De esta manera, el animal se calmará más fácilmente.
-En el caso de aquellos sonidos que provienen de dentro de casa, hay pequeñas acciones que pueden marcar la diferencia. Por ejemplo, cerrar las puertas, controlar el volumen de ciertos aparatos o evitar utilizar ciertos dispositivos o electrodomésticos cerca de nuestras mascotas.
-No obstante, el carácter más temeroso de algunas mascotas hace que tomar estas medidas sea insuficiente. Por ello, Ramírez aconseja en estos casos que las familias se dirijan a su veterinario de confianza, quien podrá valorar la administración de relajantes naturales, soluciones de feromonas o fármacos, “siempre y cuando lo considere conveniente en base a criterios médicos”.